
“Es como lo que David solía hacer”, dijo el piloto boricua, en una noche durante la que el juego pasó a segundo término, eclipsado por las preocupaciones sobre su excompañero David Ortiz, herido de bala un día antes en su natal República Dominicana. “Es uno de esos días de los que uno no quisiera ser parte, sinceramente. Pero todos tenemos un trabajo que hacer”.
Danny Santana, compatriota de Ortiz, abrió el undécimo inning con un doble, su cuarto hit del juego del lunes, y anotó en un sencillo del venezolano Elvis Andrus para darles a los Rangers de Texas una victoria de 4-3 sobre Boston.
Cerca del final del juego, Ortiz aterrizó en su ciudad adoptiva, a bordo de un avión-ambulancia que lo trajo desde República Dominicana, donde recibió un disparo en un club nocturno el domingo por la noche. Los fanáticos guardaron un momento de reflexión antes del juego y corearon su apodo — “¡Papi!” — durante el homenaje.
“Estamos hablando de un tipo que se echó sobre las espaldas un equipo y una ciudad entera, básicamente durante toda su trayectoria”, destacó Chris Sale, el abridor de los Medias Rojas, quien repartió 10 ponches durante siete capítulos, con pelota de tres hits, y abandonó la lomita con una ventaja de 2-1. “Obviamente, uno quiere ser capaz de ayudarlo cuando puede hacerlo”.

Dirigentes de los Medias Rojas dicen que están haciendo todo lo que pueden para apoyar al expelotero. Entre la ayuda figuró un avión, que trasladaba por la tarde al expelotero de Santo Domingo a Boston, donde continuará recibiendo atención.
El presidente de los Medias Rojas, Sam Kennedy, aseguró que adora a Ortiz y sabe que la ciudad se volcará para manifestarle su solidaridad. El asistente especial Jason Varitek, quien jugó con Ortiz por casi una década, dijo que no pudo dormir mucho la noche del domingo mientras intentaba obtener información actualizada sobre el estado de salud del dominicano.
El manager actual del equipo, el puertorriqueño Alex Cora, señaló que Ortiz fue un gran jugador y sigue siendo incluso mejor persona.
Se espera que el equipo rinda un homenaje al otrora Jugador Más Valioso de la Serie Mundial antes del juego del lunes por la noche contra los Rangers de Texas.

El extoletero de los Medias Rojas de Boston estaba en el Dial Bar and Lounge de Santo Domingo en torno a las 20:50 cuando el agresor se le acercó por la espalda y le disparó. Ortiz fue trasladado a la clínica Abel González, donde fue operado y se encontraba estable, indicó el director de la Policía Nacional dominicana, Ney Aldrin Bautista Almonte.
Ortiz estaba fuera de peligro y no había sufrido daños en órganos importantes, indicó a la prensa su padre, Leo Ortiz, en declaraciones a la prensa delante de la clínica.
“Ya él salió de la sala de operación, está estable (...). En estos momentos está en reposo”, dijo Leo Ortiz. “Habrá Big Papi por mucho tiempo”.
El supuesto tirador fue capturado por una multitud en el bar y golpeado por la gente, dijo Bautista. La policía esperaba a que fuera atendido por sus heridas para interrogarlo.
Las autoridades investigaban si Ortiz era el objetivo del ataque, señaló el jefe de policía.

Así que el piloto alemán, cuatro veces monarca de la Fórmula Uno, tomó el asunto en sus manos, literalmente.
Tras descender de su vehículo, todavía con el casco puesto, se dirigió a su garaje, dando pasos firmes. Luego, se abrió paso hacia la parrilla de premiación posterior a la carrera.
Atónitos, los espectadores en Montreal presenciaron el momento en que Vettel, con ademanes teatrales, tomó un gran letrero con el número uno, colocado frente al Mercedes de Lewis Hamilton y se lo llevó hacia el lugar donde se iba a colocar su Ferrari, el espacio vacío del número dos.
Luego, el alemán hizo lo mismo con el letrero del número dos. Lo levantó y lo colocó frente al bólido de Hamilton.
La multitud lo vitoreó, como si hubiera conseguido una victoria moral.

Al tiempo que la Asociación de Clubes de Europa se reunía en Malta, The Associated Press obtuvo declaraciones de ejecutivos de Schalke, Lazio, Saint-Etienne, Mónaco, Burdeos, Braga, Basilea y Young Boys en contra de que la Liga de Campeones sea un torneo más restringido.
Las voces de rechazo se añaden al anuncio de la Liga Premier de que todos los 20 clubes de Inglaterra se oponen al plan de la UEFA. Hay una división en España, con siete de los nuevos miembros del país en la ECA que se resisten, aunque Barcelona y Real Madrid parecen seguir apoyando a la organización.
La ECA, liderada por el presidente de la Juventus Andrea Agnelli, respalda la visión de la UEFA de asegurar la permanencia de 24 de 32 equipos en la fase de grupos, a partir de 2024.