LImpératriceCIUDAD DE MÉXICO (AP) — La banda francesa L’Impératrice quiere que la gente no deje de bailar al ritmo de su música disco, pero al componer canciones como las de su álbum “Tako Tsubo”, no tiene miedo de hablar de melancolía.

“Es algo que nos gusta hacer, mezclar las emociones y no hacer una canción dance con letras que hablen sólo de bailar; queremos mezclar las emociones. A veces algunas de nuestras canciones son bastante bailables y se sienten como canciones felices, pero las letras son algo tristes... Nos gusta esa mezcla”, dijo la vocalista Flore Benguigui en una entrevista reciente con The Associated Press en la Ciudad de México.

La agrupación se encontraba en el país latinoamericano tras hacer su debut en el célebre Festival de Música y Arte del Valle de Coachella en California. Visitó la capital mexicana para un concierto en el Pepsi Center, en su regreso al país tras sus conciertos prepandemia de 2019. También se presentaron como artistas principales del Festival Echoes de Guadalajara.

Sus integrantes son parisinos a excepción de Benguigui, quien es originaria de Aviñón y estudió jazz. El tecladista Charles de Boisseguin comenzó el proyecto en solitario hasta que conoció al otro tecladista, Hagni Gwon, quien a su vez convocó al bajista David Gaugué y al baterista Tom Daveau. Poco después se unió el guitarrista Achille Trocellier y Benguigui, quedando el grupo oficialmente conformado en 2012.

Tras álbumes y EPs como “Sonate Pacifique”, “Odyssée”, “Vanille Fraise” y “Matahari”, su más reciente disco es “Tako Tsubo” de 2021, con canciones en inglés y francés, cuyo título alude al término japonés para las trampas para pulpos y al síndrome del corazón roto.

Las personas con “el síndrome del corazón roto tienen el corazón con la forma de una trampa para pulpos”, explicó Gwon.

La música retro pop y disco de L’Impératrice los coloca como herederos de la corriente del French Touch iniciada por Daft Punk, a quienes han rendido homenaje en sus videos musicales, y representada por grupos como Air y Phoenix. Pero en su caso se enorgullecen de ser una agrupación que no depende tanto de los sintetizadores, sino que toca sus instrumentos totalmente en vivo.

 

“En los años 90 sólo teníamos canciones cliché en la radio, canciones que eran bastante malas, todas basadas en la música dance de los 90 y luego llegó Daft Punk y le agregó sampleos y un toque disco, dándole mucha importancia a los bajos y creo que todos trataron de hacer lo mismo desde entonces”, dijo De Boisseguin. “Es una especie de legado”.

“Es algo francés hacer disco y existe un sonido francés, pero la diferencia es que nosotros somos una banda de seis integrantes y estamos tocando música disco en vivo”, agregó Benguigui.

Para su concierto en Coachella llegaron algo temerosos, pues se presentaban en los primeros horarios de la tarde y eran la única agrupación francesa del cartel, que también incluía a artistas como Billie Eilish y The Weeknd.

“Fue una gran sorpresa porque éramos un poco como los inadaptados”, dijo Trocellier. “Pero salimos como campeones”.

“La gente fue muy agradable, muy receptiva a la música. Incluso cuando fuimos a ver a otros artistas, la gente era muy amable, muy diversa, pero para nada grosera, no como en Francia”, agregó Gwon con ironía.

La banda continuará su gira por Francia, Bélgica y Suiza en mayo y se presentará en el festival Primavera Sound de Barcelona a comienzos de junio.

“Hemos tenido mucho tiempo para trabajar en esta gira. No vamos a tocar las canciones como están en el álbum, hemos tenido el tiempo para hacerles remix y hacerles nuevos arreglos y hacer algo realmente como si estuviéramos en un club”, dijo De Boisseguin. “Será una enorme fiesta dance”.