Rodrigo PresidenteLA PAZ, Bolivia (AP) — El político conservador Rodrigo Paz juró el cargo como nuevo presidente de Bolivia el sábado, inaugurando una nueva era para la nación andina después de casi 20 años de gobierno de partido único.
Paz prestó juramento ante legisladores y líderes extranjeros, alzando su mano derecha ante una Biblia y una cruz.
“Dios, patria y familia, lo juro”, dijo antes de recibir la banda y las medallas presidenciales.
La investidura de Paz, de 58 años, ha generado gran expectación entre los bolivianos, cansados ​​de la grave escasez de combustible y los elevados precios de los alimentos que caracterizan la peor crisis económica del país en 40 años. Para sorpresa de muchos, derrotó a su rival, el expresidente Jorge “Tuto” Quiroga , de una derecha mucho más prominente, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Bolivia el mes pasado.
Paz hereda una economía en ruinas tras 20 años de gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS) , fundado por el carismático expresidente Evo Morales. El partido vivió su época dorada durante el auge de las materias primas a principios de la década de 2000, pero las exportaciones de gas natural se han estancado y su modelo económico estatista, basado en generosos subsidios y un tipo de cambio fijo, ha colapsado.
Ante la escasez de dólares estadounidenses y la crónica falta de combustible, la mayoría de los votantes eligió a Paz para sacarlos de la crisis económica. Propuso reformas importantes, pero a un ritmo más gradual que Quiroga, quien abogaba por un rescate del Fondo Monetario Internacional y un programa de choque fiscal.
“El país que heredamos está devastado… endeudado moral y materialmente, con interminables filas para conseguir combustible y mercados vacíos”, dijo Paz en su primer discurso como presidente. “Bolivia se reincorpora al mundo, nunca más aislada. Nunca más será rehén de una ideología; la ideología no da de comer”.
Los presidentes de Argentina, Javier Milei; Chile, Gabriel Boric; Ecuador, Daniel Noboa; Uruguay, Yamandú Orsi; y Paraguay, Santiago Peña asistió a la inauguración en la capital de Bolivia, La Paz.
Tras su victoria del 20 de octubre, Paz se distanció del bloque ALBA —del que Bolivia forma parte junto con Cuba, Nicaragua y Venezuela— y se acercó a Estados Unidos, de donde su país se había distanciado tras la expulsión del embajador estadounidense en 2008, durante la administración de Morales.
Paz también entabló conversaciones con instituciones financieras internacionales sobre un posible programa de asistencia económica. Además, el nuevo presidente alcanzó un acuerdo inicial con la Corporación Andina de Fomento para un préstamo de 3.100 millones de dólares destinado a impulsar la recuperación económica durante los próximos años.
«Tras dos décadas de gobierno de izquierda, puede contar con la buena voluntad de los inversores extranjeros y la comunidad internacional», afirmó Michael Shifter, del Diálogo Interamericano, un centro de estudios internacional con sede en Washington. «Su tarea no será fácil. Si actúa con demasiada lentitud o sus políticas se estancan y no logran sacar a Bolivia de su crisis económica, Paz corre el riesgo de perder capital político».
Paz también anunció después de las elecciones que su gobierno cooperará con todas las organizaciones internacionales en materia de seguridad, incluida la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos, a la que Morales expulsó de Bolivia a finales de 2008.
Paz ahora tendrá que trabajar en la construcción de una alianza sólida con los bloques políticos, ya que su Partido Demócrata Cristiano controla solo el 39% de los 166 escaños de la Asamblea Legislativa.
“No nos han entregado un trono, sino una tarea”, dijo Paz. “Este es el momento de la verdadera democracia y del respeto a la ley; nadie está por encima de la ley. Superaremos ese pasado vergonzoso y lamentable”.
(Luis Gandarillas/Pool Photo via AP)
Por  Carlos Valdez