
Cientos de policías antimotines frenaron con bombas lacrimógenas a los manifestantes cuando algunos comenzaron a golpear con palos a los agentes. Luego los que protestaban fueron conminados a retirarse hasta una plaza importante donde la manifestación duró hasta la noche.
“Seguimos luchando para defender a nuestro presidente y para decirle que no está solo y para exigirle que cierre el Congreso que no le deja trabajar”, dijo a The Associated Press Gladys Galván, vendedora de ropa de 44 años que viajó por primera vez desde la andina ciudad región Ayacucho.
Galván dijo que, a diferencia de quienes marcharon contra Castillo el último sábado y que llegaron hasta la zona de protesta en el centro histórico de la capital “en buses con aire acondicionado desde las zonas más ricas de Lima”, ella había arribado “en tres transportes diferentes”, incluyendo a un camión que cargaba papas desde los Andes.
Max Salas, exsoldado del ejército de 54 años y quien llegó desde una comunidad rural de la región Huancavelica, indicó que a Castillo “desde el primer momento que llegó a la presidencia lo han querido vacar y eso me parece injusto”. El mandatario ha sobrevivido a dos intentos de remoción desde el Parlamento que no logró destituirlo por no alcanzar los 87 votos necesarios.

Según el vocero del Ministerio de Exteriores, Zhao Lijian, Xi se reunirá con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el de Francia, Emmanuel Macron, entre otros, en el marco de las dos cumbres. La primera será la del G20, que tendrá lugar en Indonesia, y estará seguida de la de la APEC en Tailandia.
Xi ha evitado en gran medida los viajes al extranjero desde el inicio de la pandemia, mientras China se adhiere a su estricta política de “cero COVID” que incluye confinamientos y cuarentenas obligatorios.
Las cumbres se celebran después de que Xi recibió un tercer mandato de cinco años como líder del gobernante Partido Comunista, y en medio de disputas con Estados Unidos y otras naciones por el comercio y de reclamos territoriales.

La aeronave de la aerolínea Satena, propiedad de la Fuerza Aérea colombiana, partió de Bogotá hacia la capital venezolana con 45 pasajeros a bordo. El primer vuelo de Caracas a la capital colombiana, en la ruta inversa, lo realizó el lunes la aerolínea venezolana Turpial Airlines.
Satena “por primera vez en su historia hace un vuelo internacional y no cualquier vuelo“, dijo a la prensa Guillermo Reyes González, ministro de Transporte de Colombia, quien se contaba entre los pasajeros del vuelo inaugural. El ministro destacó que lo hizo para “restablecer la hermandad entre Colombia y Venezuela”.
Por ahora, únicamente Satena, Turpial y la aerolínea venezolana Laser cuentan con el permiso de las autoridades de Venezuela para operar la ruta entre las dos capitales.
Entre las aerolíneas que han solicitado permiso para operar entre Bogotá y Caracas figuran Latam, la mayor empresa aérea de América Latina, y Wingo, una aerolínea de bajo costo propiedad de Copa Holdings.

Con el reciente cambio de gobierno se avivó el debate sobre la estrategia antinarcóticos. El presidente Gustavo Petro —el primero de izquierda en Colombia— considera que la lucha contra las drogas “fracasó”, pero ha descartado legalizar la cocaína.
“Hay que regular el mercado, que en el fondo es legalizarlo”, dijo a The Associated Press el expresidente Juan Manuel Santos, premio Nobel de Paz y miembro de la Comisión Global de Políticas de Drogas, creada en 2011 por antiguos jefes de Estado y líderes mundiales.
Santos sabe porque lo enfrentó como mandatario del 2010 al 2018, que en Colombia hay sectores que se oponen tajantemente a la legalización de la droga. Aún así, propone que de manera gradual se regule la producción, comercialización y el consumo de las drogas, primero como un proceso interno en Colombia —cambiando la legislación— y simultáneamente haciendo una labor diplomática para conseguir apoyos a nivel internacional.
Reformar la política de drogas a un nivel global enfrenta otros desafíos ya que existen tres convenciones de drogas de las Naciones Unidas que no se han flexibilizado. Ernesto Zedillo, expresidente de México y miembro de la Comisión, explicó a la prensa que los países tienen varios caminos alternos para dejar atrás la prohibición, como retirarse de las convenciones internacionales, o retirarse y luego volver sólo a suscribir los aspectos compatibles con la política de drogas interna o lograr que una asociación de países modifiquen las convenciones.

Petro convocó a los presidentes de Perú, Ecuador, Bolivia, Venezuela, Surinam y Brasil. El mandatario colombiano calificó de “estratégica” la presencia de Luiz Inácio Lula da Silva luego de que asuma el mando de Brasil el 1 de enero de 2023.
La Amazonía se extiende en dichos países por aproximadamente siete millones de kilómetros cuadrados y ha sido afectada por procesos de deforestación, incendios, praderización, ganadería, minería y cultivos de uso ilícito.
“Es hora de que Estados Unidos, principal contaminador de CO2, y América del Sur, detentora de una de las principales esponjas de CO2, hablen, acuerden y construyamos un camino conjunto”, señaló Petro en el panel organizado por Colombia llamado “Amazonía como pilar de equilibrio” durante la cumbre climática conocida como COP27 que se desarrolla en Egipto.
Revitalizar la selva amazónica, según Petro, pasa por conformar un bloque político capaz de abrir un fondo para buscar financiación y poner en marcha políticas de mitigación del cambio climático con presupuestos propios de cada país y ayuda internacional.
El mandatario colombiano señaló que no buscan “dinero regalado” sino la liberación de la deuda externa de los países en desarrollo para que ese dinero que iba a ser dirigido a cancelarla se destine a programas de protección y conservación de la Amazonía.
El presidente venezolano Nicolás Maduro aseguró en el mismo panel estar dispuesto a apoyar un proceso de recuperación de la Amazonía en conjunto con la región y propuso reactivar institucionalidad existente como la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), creada en la década de 1980.
La reunión regional propuesta de Petro -el primer presidente de izquierda en su país- aún no tiene fecha ni asistentes confirmados. El encuentro más próximo de presidentes latinoamericanos se espera en México entre el 23 y 25 de noviembre con la presencia de los mandatarios de Chile, Argentina, Ecuador, Perú y Colombia.