
El mandatario encabezó un multitudinario acto de cierre de campaña en la provincia de Córdoba, unos 800 kilómetros al norte de Buenos Aires, antes de encarar unas elecciones generales cuesta arriba en las encuestas frente al opositor kirchnerista Alberto Fernández.
Este último junto a su compañera de fórmula, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, (2007-2015) cerraron más temprano su campaña proclamando el fin del neoliberalismo y el regreso de las políticas populistas de redistribución del ingreso.
“Les quiero pedir que no dejemos que las dificultades nos hagan dudar de las cosas que ya hemos logrado”, pidió Macri a sus seguidores. “Es momento de ir para adelante y no tropezar con la misma piedra”.
La recesión económica, sumada a una inflación descontrolada que aumentó la pobreza a 35,4% de los argentinos, desde el 30% cuando asumió en 2015, han puesto en riesgo la reelección del mandatario y abrieron las puertas a un triunfo del populismo.
Macri reconoció el costo social de su plan de ajuste económico, pero adelantó que “ahora sí va a venir una etapa de crecimiento, de generación de empleo de mejora de salario y alivio para los argentinos”.
“Somos una enorme mayoría que durante muchos años estuvimos en silencio hasta con miedo, mirando la política desde lejos, diciendo no me voy a meter y eso fue un gran error, dejamos un espacio vacío y lo ocuparon esos que quisieron ir por todo y también intentaron ir por nuestra libertad que es innegociable”, concluyó.

La criticada operación satisface el deseo de muchos en España, que consideran que el mausoleo es una afrenta a sus víctimas y a la posición de España como un estado democrático moderno.
La exhumación y el posterior entierro no acabarán con el legado de Franco en el política contemporánea española, especialmente a apenas unas semanas de las elecciones generales del 10 de noviembre, cuando los principales partidos de la derecha y la izquierda se vuelvan a enfrentar por el gobierno.
¿QUIÉN ERA FRANCO?
El general Francisco Franco gobernó España entre 1939 y 1975, luego de participar en un alzamiento militar contra el gobierno de la II República en 1936, una rebelión que provocó una guerra civil de tres años. Católico convencido, consideró la guerra y la posterior dictadura como una especie de cruzada religiosa contra las tendencias anarquistas, de izquierdas y laicas del país. Su gobierno autoritario, junto a una Iglesia católica profundamente conservadora, mantuvo a España aislada de los avances políticos, industriales y culturales ocurridos en Europa durante casi cuatro décadas.
El país volvió a la democracia tres años después de su muerte, pero su legado y su huella en la política española siguen despertando rencores y pasiones.
Durante décadas, miles de personas conmemoraron el aniversario de su deceso, el 20 de noviembre de 1975, en la explanada de la Plaza de Oriente, en el centro de la capital del país, Madrid, y en el mausoleo del Valle de los Caídos. Y aunque la popularidad del dictador ha disminuido mucho, su exhumación ha sido criticada por sus familiares, por los tres principales partidos de la derecha española y por algunos miembros del clero por abrir viejas heridas políticas.

El país vive un clima convulsionado por protestas en contra del presidente Evo Morales y del Tribunal Electoral, al que acusan de montar un fraude a favor del mandatario.
Organizaciones internacionales como la OEA, la Unión Europea y la ONU han manifestado su preocupación ante la situación y han llamado a la calma.
Con 95.76% de las actas electorales computadas, Morales encabezaba con el 45,92% de los votos, frente a su rival más cercano el expresidente Carlos Mesa con el 37,47% quien preside la alianza de centro Comunidad Ciudadana (CC).
De mantenerse la tendencia, habría una segunda vuelta en una fecha por definirse en diciembre próximo, lo que podría calmar las protestas. De acuerdo con la norma, el ganador de la primera vuelta debe obtener 50% más uno de los votos o sumar 40% con una diferencia de al menos 10 puntos entre el primer y segundo lugar.
En tanto, el país vivía una segunda noche de manifestaciones violentas en contra del tribunal electoral en varias ciudades. Las protestas del lunes derivaron en la quema de oficinas electorales en dos localidades.
La tensión aumentó tras la renuncia del vicepresidente del Tribunal Supremo Electoral quien renunció el martes a su puesto por “desacuerdos” con la decisión de suspender publicación de conteo rápido tras los comicios presidenciales del domingo. La suspensión generó sospechas en contra del TSE y desató las protestas.

Con el 98,09% de las actas computadas, Morales obtenía el 46,77% de los votos mientras que Mesa lograba el 36,75%. Las boletas restantes podrían hacer variar la diferencia de 10 puntos entre los dos principales candidatos.
Las autoridades electorales no realizaron declaraciones sobre el escrutinio.
La ley contempla que, para ganar en la primera vuelta, un candidato debe obtener el 50% más uno de los votos o lograr el 40% y tener una diferencia de al menos 10 puntos porcentuales sobre el segundo.
En paralelo, la oposición y agrupaciones ciudadanas denunciaron fraude electoral en protestas callejeras que se extendían por todo el país.
El escrutinio se retrasó porque en la región de Chuquisaca no se reanudó luego de que, durante las protestas violentas, se quemó el tribunal electoral local. La región sureña de Potosí tuvo el mismo problema.
Opositores y organismos internacionales como la Organización de Estados Americanos (OEA) expresaron su preocupación en la noche del domingo, poco después del cierre de los centros electorales, cuando la transmisión de los resultados del conteo rápido se interrumpió por casi 24 horas. Al reiniciarse, Morales había ampliado su ventaja sobre Mesa.
Poco antes de que el conteo diese los 10 puntos de ventaja a Morales, Mesa dijo que no reconocerá el resultado.
“No podemos aceptar un resultado que bloquee una segunda vuelta, sólo aceptaremos si hay segunda vuelta”, afirmó el opositor, que calificó el cómputo oficial de “monumental fraude”.

La OMS dijo que se detectó el caso en la frontera con la República Democrática del Congo, que ha informado de 37 casos de polio derivados de la vacuna en lo que va del año. La agencia de salud de la ONU dijo que no se ha demostrado un vínculo entre el caso zambiano y el brote en el Congo, pero recomendó acrecentar la vigilancia y la campaña de vacunación porque “existe el potencial de transmisión internacional”.
En algunos casos aislados, el virus vivo de la vacuna oral contra la polio puede sufrir una mutación capaz de provocar nuevos brotes.
Nueve países africanos están combatiendo epidemias de polio vinculadas con la vacuna en medio de los esfuerzos de la OMS y sus miembros para mantener en marcha la campaña para erradicar la enfermedad. Se han reportado casos en China, Myanmar y Filipinas.
El jueves, la OMS y sus socios esperan anunciar la erradicación mundial del virus de polio tipo 3.
De los tres tipos de virus, el tipo 2 fue erradicado hace años. El tipo 1 persiste, pero esto solo se refiere a los tipos en el medio natural. El tipo 2 sigue causando problemas porque está contenido en la vacuna oral y ocasionalmente evoluciona a nuevas cepas responsables de brotes derivados de la vacuna.
La campaña global de erradicación de polio, iniciada en 1988, esperaba lograr su objetivo para 2000. Si bien se ha reducido drásticamente la incidencia del mal, el virus permanece firmemente arraigado en partes de Pakistán y Afganistán, países vecinos. Este año se registraron 72 casos en Pakistán, comparado con apenas ocho en 2018.
En una reunión de la junta de supervisión del polio en septiembre, Michel Zaffran, de la OMS, dijo que el estatus de la erradicación era “de gran preocupación” dada la prohibición del Talibán de efectuar la vacunación casa por casa en Afganistán. La campaña en Pakistán es una “trayectoria fallida”, según los expertos.