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Un equipo de buzos aún intentaba determinar el punto y la causa de la filtración, pero el flujo de petróleo fue detenido el sábado por la noche de la línea submarina frente a Huntington Beach, informó el director general de Amplify Energy, Martyn Willsher.
Al menos 572.807 litros (126.000 galones) de crudo fueron derramados en las aguas frente al condado Orange a partir del viernes en la noche o las primeras horas del sábado, cuando navegantes comenzaron a reportar un brillo en el agua, indicaron las autoridades.
“No anticipo que haya más. Esa es la capacidad de todo el oleoducto”, declaró Willsher durante una conferencia de prensa el domingo. Añadió que la línea fue vaciada por succión y que decenas de plataformas petroleras cercanas operadas por Amplify suspendieron sus operaciones.
Se trata de uno de los mayores derrames en la historia reciente del sur de California, ensuciando la orilla de Huntington Beach, conocida como la capital del surf en Estados Unidos. Las cuadrillas se apresuraron a contener el crudo antes de que se esparciera hacia humedales protegidos.

Las votaciones consecutivas del Senado y luego de la Cámara de Representantes evitaron una crisis, pero sólo postergarán otra en un momento en que los partidos políticos se enfrascan en una discusión sobre cómo incrementar el límite de endeudamiento del gobierno antes de que Estados Unidos se arriesgue a caer en una mora de pagos potencialmente catastrófica.
La Cámara de Representantes aprobó la propuesta de financiamiento a corto plazo por 254 votos a favor y 175 en contra, poco después de que el Senado diera el visto bueno con una votación de 65-35. Una amplia mayoría de republicanos de ambas cámaras se opusieron a la medida. El proyecto de ley era necesario para mantener funcionando al gobierno una vez que el año fiscal actual termine el jueves a la medianoche. La aprobación dará más tiempo a los legisladores para que elaboren las medidas de gasto que financiarán a las agencias federales y los programas que administran.
“Hay mucho más por hacer”, dijo Biden en un comunicado después de promulgar la medida. “Pero la aprobación de esta iniciativa nos recuerda que la colaboración bipartidista es posible y nos da tiempo para aprobar un financiamiento a un plazo mayor para mantener a nuestro gobierno en operaciones y cumplirle al pueblo estadounidense”.
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Entre la gran cantidad de problemas que afectan a California —los cuales incluyen incendios forestales, una sequía histórica y un clima cambiante que incide en ambas situaciones— el más visible es quizá el de las personas sin techo, porque decenas de miles de ellas viven en campamentos en las ciudades grandes y pequeñas de todo el estado.
La crisis de la gente sin techo en California era el principal tema de conversación entre los detractores de Newsom previo a la pandemia, y fue un asunto que el gobernador abordó ampliamente cuando dedicó todo su discurso sobre el “Estado del Estado” de 2020 a atender el problema.
En los últimos tres años, California ha destinado más de 2.400 millones de dólares de recursos estatales y federales a diversos programas para las personas sin casa. La mayor parte esos fondos se han entregado a gobiernos locales, que los han utilizado para cosas como arrendar hoteles y moteles a fin de albergar a gente sin techo durante la pandemia.
Los programas han sido eficaces, pero no han cambiado mucho la percepción pública del problema de la gente sin casa, un hecho que Newsom reconoció el miércoles durante una conferencia de prensa en Los Ángeles.
“Vivimos en un mundo de circunstancias en el que la gente quiere ver resultados inmediatos”, señaló. “Pero en lo tocante a estos asuntos hay que esperar años y años para ver los resultados”.

La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, impulsó una sesión nocturna y altos asesores de la Casa Blanca mantuvieron conversaciones en el Capitolio, mientras los líderes demócratas hicieron gestiones hasta tarde para negociar un plan con ciertas reducciones que los centristas reacios pudiesen aceptar. Biden hizo espacio en su agenda para llamar por teléfono a legisladores, pero el acuerdo no parecía cerca, en especial con el senador demócrata Joe Manchin.
Manchin, centrista de Virginia Occidental, se resistió a ceder aferrándose a su declaración previa de que estaba dispuesto a llegar a un acuerdo con el presidente por 1,5 billones de dólares, menos de la mitad de la cantidad propuesta originalmente.
“No veo un acuerdo esta noche. Realmente no”, le dijo Manchin a los reporteros a su salida del Capitolio.
Profundamente enfrentados, el presidente y su partido se arriesgan a un revés potencialmente vergonzoso — si no a un colapso políticamente devastador de todo el proyecto — si no logran resolver el impasse sobre la visión de Biden.

“Es desafortunado. No estoy de acuerdo con ella”, dijo el senador demócrata Bob Menendez, uno de los principales defensores de la inmigración dentro del partido, al referirse a la decisión de Elizabeth MacDonough, árbitra apartidista de la cámara alta.
La redacción que fue rechazada habría permitido que los inmigrantes que llegaron a Estados Unidos antes de 2010 pudieran quedarse de forma permanente si cumplían con otras condiciones, lo que habría beneficiado a 8 millones de personas, dijo una persona al tanto del plan y que habló bajo condición de anonimato.
Para muchos progresistas y activistas en favor de la migración, uno de los principales objetivos de la iniciativa de 3,5 billones de dólares ha sido incluir una oportunidad para la residencia permanente, y posiblemente la naturalización, para millones de inmigrantes.
El presidente Joe Biden propuso a principios de este año buscar la manera de brindar ese recurso a 11 millones de inmigrantes. Aunque la Cámara de Representantes ha aprobado medidas para ayudar a algunos de ellos, los republicanos han trabado dichas iniciativas en el Senado, y las negociaciones bipartidistas para encontrar un punto medio han fracasado.