LIMA (AP) — Argentina brilló en la primera jornada de la natación, y superó ya la cosecha de oro lograda hace cuatro años. En un hecho inusitado, comenzaron también el martes las pruebas de pista y campo en el atletismo, donde México consiguió un triunfo sorpresivo que le permite igualar las preseas doradas de Toronto 2015.
En contraste, un hecho desafortunado privó a Colombia de al menos una medalla y a los Juegos Panamericanos de su duelo más aguardado: Caterine Ibargüen se marcha de Lima, aquejada por una lesión y no se enfrentará a la venezolana Yulimar Rojas en el salto triple.
Emociones encontradas en Lima.
Para Argentina, pura alegría. Protagonizó una jornada épica con dos oros y una plata, peléandole con irreverencia a Estados Unidos.
La debutante Delfina Pignatello dio el primer oro a su país, con una victoria en los 400 metros estilo libre. Virgina Bardach agregó otra presea dorada al imponerse en los 200 metros estilo mariposa.
Julia Sebastián agregó una medalla de plata en los 100 metros pecho.
“Fue una jornada magnífica, la verdad es que ganar tres medallas en un día no es nada fácil, pero para esto nos preparamos”, dijo Bardach. “Estoy muy contenta, no estaba segura de poder hacerlo, aunque en el fondo creía que podía y lo logré”.
La cosecha de los nadadores argentinos sólo fue superada en la jornada por la que obtuvieron los estadounidenses, quienes se apoderaron de tres de los ocho oros en disputa.
Con los dos oros, los argentinos alcanzaron 17 preseas de primer puesto en el medallero general. Superaron lo hecho en Toronto, donde tuvieron 15 medallas doradas.
En cuanto a Colombia, un triunfo de Ibargüen en el salto largo no podía darse por seguro el martes. Pero su ausencia de la competición de salto triple el viernes representa un golpazo.
La campeona olímpica emprenderá el retorno a su país antes de lo previsto, luego de resentirse de una lesión en la final del salto de longitud, donde ni siquiera alcanzó el podio. Su retiro frustra su intento por defender el título panamericano del triple salto nada menos que contra la campeona mundial Rojas.
“Ella no puede estar en salto triple porque es una prueba de mucho impacto”, dijo el entrenador de Ibargüen, Ubaldo Duany, en declaraciones a periodistas en Lima.
Ibargüen quería logar el oro en el salto de longitud panamericano, una de las tareas pendientes de la veterana estrella antioqueña en su laureada carrera. Hace ocho años, en los Panamericanos de Guadalajara, sólo pudo alcanzar el bronce. En cambio, se llevó la victoria el martes Chantel Malone, quien le dio a las Islas Vírgenes Británicas su primera medalla en la historia de los Juegos.
La colombiana dijo después de la prueba que se resintió de una fascitis plantar que la afecta desde hace un mes.
México extendió al duodécimo día de los Juegos su cosecha ininterrumpida de medallas doradas, gracias a Fernando Martínez, cuya victoria sorpresiva en los 5.000 metros representó otro hito para la delegación azteca: la 22da presea de oro en lo que va de las justas en Lima, con lo cual iguala anticipadamente el botín alcanzado cuatro años atrás en Toronto.
A pesar de que la delegación mexicana llegó a estas justas rodeada por polémicas debido a un recorte en el respaldo económico a los deportistas por parte del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, le pisa los talones a Canadá, que está en el tercer lugar con 24 oros. Estados Unidos es primero con la friolera inalcanzable de 62 y Brasil es segundo con 27.
“Vamos a seguir poniendo nuestro granito de arena y a dar lo mejor; todos los mexicanos somos unos guerreros”, dijo Martínez, quien empleó un tiempo de 13:53.87 para alzarse con el oro sorprendente.
Para Puerto Rico en cambio, el cetro en dobles femeninos de tenis de mesa no es precisamente algo que se haya salido del libreto. Pero inspira igual, al ver coronada al fin la emotiva historia de una familia enlazada por el amor... y el tenis de mesa.
Melanie y Adriana Díaz se impusieron en siete sets a las estadounidenses Yue Wu y Zhang Lily en la final, para que la bandera Monoestrellada se izara en lo más alto por cuarta ocasión en lo que va de las justas en Lima.
“Estoy muy contenta de haber obtenido este logro junto con mi hermana Melanie”, expresó Adriana.
Las boricuas llegaron a los Juegos con buenas credenciales, y el camino hacia la final en Lima fue relativamente fácil, con triunfos en cinco sets durante los cuartos de final y seis sets en semifinales.
El duelo por el título fue una historia distinta, las Díaz debieron emplearse a fondo para imponerse por 7-11, 11-8, 10-12, 11-7, 6-11, 11-8, 11-7.