Los hinchas de Niza tuvieron que esperar dos años para volver al estadio y ver a su equipo enfrentar al Olympique de Marsella, en una de las rivalidades más apasionantes del fútbol francés. Ahora su conducta violenta, no la pandemia, podría provocar otro cierre.
Faltaban 15 minutos en partido del domingo de la liga francesa cuando una botella de plástico fue lanzada hacia el astro del Marsella Dimitri Payet. El extremo reaccionó encolerizado, tirándola de vuelta hacia la grada detrás del arco. Los hinchas terminaron invadiendo la cancha para encarar a Payet y sus compañeros de equipo, desatando una gresca monumental que provocó la suspensión del partido y eventualmente abandonarlo.
El gobierno francés sostuvo el lunes que los disturbios traspasaron la “línea roja”
“No puede haber tolerancia para esos actos”, indicaron en un comunicado Roxana Maracineanu y Jean-Michel Blanquer, ministros encargados del deporte.
No hubo un rechazo contundente inmediato por parte de la liga francesa, que simplemente citó a Niza y Marsella a una reunión con el Comité Disciplinario el miércoles.
El proceso penal, en tanto, avanza a un ritmo acelerado. Los fiscales franceses abrieron el lunes varias investigaciones por acusaciones de que lanzaron varios objetos que representaron un peligro para otros, el uso de mobiliario como proyectiles y violencia agravada voluntaria. Revisarán el video para intentar identificar a aquellos involucrados, incluyendo a posibles jugadores e integrantes del cuerpo técnico de los equipos que podrían haber estado implicados, informó la fiscalía de Niza.
Este tipo de actos pueden ser castigados hasta con tres años de prisión, multas y la prohibición de ingresar a escenarios deportivos por cinco años.
El presidente del Niza, Jean-Pierre Rivère, culpó a los jugadores del Marsella de lanzar las botellas de vuelta a los aficionados.
“Después de eso las cosas empeoraron”, dijo Rivère. “Creo que los servicios de seguridad del Marsella no debieron intervenir en la cancha y especialmente no golpeando a nuestros jugadores”.
La riña entre jugadores y personal de ambos equipos continuó durante varios minutos antes de que ambos equipos abandonaran la cancha y se suspendiera el juego. El árbitro intentó reanudar el encuentro, pero el Marsella se rehusó y esto llevó a que se cancelara el juego.
Rivère sostuvo que el partido debió reanudarse.
“Hablé con los seguidores para decirles que lo que hicieron, en cuanto a lanzar botellas no fue aceptable”, aseguró Rivère.
El presidente del Marsella, Pablo Longoria, insistió que no era seguro para sus jugadores volver a salir.
Tras apenas tres jornadas en la temporada, ya se han registrado dos agresiones a los jugadores del Marsella, club dirigido por el técnico argentino Jorge Sampaoli.
El centrocampista Valentin Rongier sufrió un corte del labio después de que la afición del Montpellier le lanzó un objeto cuando celebró un gol en la primera fecha.
El domingo, Payet acabó sangrante y raspones en la espalda. Sus compañeros Matteo Guendouzi y Luan Peres también sufrieron arañazos.
El Niza podría acabar con una sanción que provocaría el cierre total o parcial de su estadio, poco de reabrirse las puertas para el ingreso de aficionados.
“La respuesta tiene que ser lo más individualizada posible”, clamó Ronan Evain, director ejecutivo de la Red de Hinchas Europeos de Fútbol. “Aún no he visto evidencia sustantiva que un castigo colectivo funcione”.