Algunos peloteros han hecho caso omiso de las medidas que prohíben los apretones de manos, las palmadas y los abrazos. Otros se han sentado a una distancia menor a la considerada segura respecto de sus compañeros en las cuevas durante los juegos.
La temporada de béisbol ha arrojado evidencias amplias de lo difícil que resulta deshacerse de los viejos hábitos, incluso cuando ello pretende mitigar los riesgos de propagar el coronavirus.
El brote entre los jugadores de los Marlins de Miami ha puesto de relieve los puntos vulnerables de las Grandes Ligas, si bien los equipos reexaminaban ya sus estrategias tras los primeros días de la campaña.
“Tenemos que hacer un mejor trabajo”, reconoció el manager de los Marineros de Seattle, Scott Servais. “Pienso que todos estamos diciendo lo correcto, pero a la hora de los juegos, hay que hacer también lo correcto”.
El martes, las Grandes Ligas suspendieron la campaña de los Marlins hasta el domingo, tras las pruebas positivas en el equipo. Los Filis de Filadelfia, que recibieron a Miami el fin de semana pasado, seguirán inactivos hasta el viernes.
Se desconoce la forma en que de propagó el virus entre los Marlins, pero las posposiciones en cascada han llamado la atención sobre los protocolos de seguridad.
Hace apenas unos días, los equipos se mostraban optimistas en las medidas de salubridad, mientras se preparaban para poner en marcha una temporada en plena pandemia.
La nueva normalidad en la liga apuntaba a que los peloteros se cambiaran de ropa fuera de clubhouses repletos. Les exigía usar espacio vacío en las gradas como parte del dugout. Les daba la opción de usar mascarilla durante los encuentros y restringía el acceso de la prensa a ciertas instalaciones de los clubes.
Pero nada de eso ha podido erradicar la tendencia natural de los jugadores a tener contacto físico durante el transcurso de los juegos.
En Oakland, una serie entre los Atléticos y los visitantes Angelinos de Los Ángeles incluyó casos en los que no se respetó el distanciamiento social. Los peloteros locales se arremolinaron en torno de Matt Olson después de que conecto un grand slam que puso fin al juego en la décima entrada, para que Oakland ganara por 7-3.
“De manera instintiva, quieres celebrar un gran triunfo como ése... Yo diría que esto no va a ser perfecto al comienzo y que, quizás algo como lo que ocurre con los Marlins generará más prevención y cuidado”, dijo el manager de los Atléticos, Bob Melvin. “Si ocurre así, probablemente sea algo bueno”.
Fuente AP: (https://apnews.com/71694c910f51580eb24f42d221be7ea6)