Cuando el coronavirus asolaba a Europa a inicios de abril, la idea de una reanudación del fútbol profesional esta temporada se antojaba imposible y hasta antiético.
De todas formas, en los próximos siete días, el deporte volverá a tres de los países más importantes y que estuvieron entre los más golpeados por la pandemia — Italia, España e Inglaterra.
Será un fútbol distinto, como ya se ha visto en Alemania, Dinamarca y Polonia, las primeras ligas en reactivarse.
Al impedirse la presencia de público en los estadios, figuras de cartón o peluches han reemplazado a los aficionados en las gradas. Una prueba de COVID-19 ahora es parte integral de la rutina previa a un partido, como el estiramiento. Se usa ruido artificial como banda sonora en las transmisiones.
Así que cuando la Liga de España vuelva a la escena el jueves, luego de una suspensión de tres meses, con el clásico andaluz entre el Sevilla y Real Betis, uno de los partidos más coloridos del fútbol perderá algo de su atractivo.
El fútbol italiano regresará al día siguiente con un duelo por las semifinales de la Copa Italia entre la Juventus y el Milan. Otro clásico sin gente.
Y el 17 de junio será el turno para la liga más rica y popular: la Premier inglesa vuelve con un par de partidos, destacándose el Manchester City-Arsenal. Lo hace pese a que muchas escuelas permanecen cerradas, los pasajeros que llegan a los aeropuertos tienen que cumplir cuarentenas de dos semanas y aún se informa diariamente de un elevado número de fallecimientos.
Será higiénico y sin mucho ambiente, pero el fútbol está de vuelta.
“Casi, casi... y estoy impaciente”, dijo el volante Antonio Candreva, cuyo Inter de Milán se las verá el sábado contra el Napoli por el torneo de copa. “El césped verde, mis compañeros y las emociones que sólo este deporte te puede dar”.
Ronan Evain, director de la Red de Aficionados de Fútbol de Europa que cuenta con miembros en 48 países del continente, dijo que hay cierta indiferencia por la vuelta del fútbol.
“En los países del sur europeo hay mucha resistencia”, dijo Evain a The Associated Press. “La sensación es que es precipitado, que es una indecencia en países que fueron muy golpeados por el virus y que el fútbol a puerta cerrada no es fútbol”.
“Se rechaza más en España, Italia, Portugal y Francia, se acepta más en Inglaterra y las naciones escandinavas. En Inglaterra, por ejemplo, la aceptación es más fuerte por el argumento económico de que el fútbol necesita volver para sostenerse financieramente”.
Evain vive en Francia, donde todo el fútbol fue cancelado el 28 de abril ante la orden del gobierno de prohibir el deporte hasta septiembre. Las ligas de Holanda y Bélgica ya habían tomado semejante medida, y Escocia acabó haciéndolo también.
El primer país de importancia en el que se volvió a jugar fue Alemania, pese a la oposición de los “ultras” de los clubes, en contra de jugar sin público. La Bundesliga acabó prestándose como ejemplo para otras ligas de Europa.
Jugadores, técnicos y personal se tienen que someter a pruebas. No se han detectado positivos desde que el balón empezó a rodar el 16 de mayo en el torneo de primera división.
El regreso del fútbol ha sido visto como un éxito en Alemania, aunque se trata de un país en el que virus no golpeó tan fuerte como otros por tener una mayor capacidad de hacer tests a sus ciudadanos.
En España, donde el 1 de junio fue el primer día en el que no se reportaron muertes por el coronavirus durante un periodo de 24 horas desde marzo, el presidente de su liga, Javier Tebas no descarta la presencia de público en lo que resta de la temporada en caso de recibir el visto bueno de las autoridades.
En Italia, varios grupos de ultras están en contra de jugar sin público. También está la preocupación por tener que acatar un protocolo, en el que todo un equipo deberá entrar en cuarentena de 14 días si uno de sus integrantes da positivo.
Los equipos italianos tienen entre 12 o 13 partidos por jugar, la mayor cantidad en Europa.
Más complicado ha sido la vuelta en la Premier, donde hay más dinero en juego por los jugosos contratos de derechos audiovisuales de por medio.
Gran Bretaña también está por detrás de sus rivales europeos en la lucha contra el virus, y varios jugadores han expresado reticencia ante lo que perciben es un retorno prematuro.
Para Liverpool y sus seguidores, el regreso se había tardado demasiado. El club acaricia su primer título de liga desde 1990, aunque sus hinchas no podrán entrar al estadio para celebrar el extraordinario momento.
“Hay algo que me dará alivio al completarse la temporada de manera justa”, dijo el hincha de Liverpool Steve Jones, habitual en Anfield. “Llevamos 30 años esperando por esto, así que podemos aguantar unos cuantos meses o lo que se necesita para armar una fiesta”.
Fuente AP: (https://apnews.com/df8c251d91a6a4e1e6afad3ef4165fcc)