BEIJING (AP) — Desde la moda cosmopolita de Milán hasta la localidad chic de Cortina d’Ampezzo en los Alpes, los próximos Juegos Olímpicos de Invierno se promueven como un banquete cultural, gastronómico y, desde luego, deportivo.
Después de tres Juegos consecutivos en las sedes inéditas de Sochi, Pyeongchang y Beijing, además de la edición de 2010 en Vancouver, el máximo evento de los deportes invernales vuelve a los Alpes en 2026.
Para el Comité Olímpico Internacional, regresar a la cordillera más famosa de Europa, donde los Juegos comenzaron en 1924 en el centro francés de esquí de Chamonix, marcarán el regreso a un ámbito más conocido, luego de que la celebración llegó a lugares muy remotos.
Pero varios esquiadores europeos, incluidos dos prominentes italianos, tienen reservas sobre la forma en que se están organizando los Juegos de Milán-Cortina.
Los Juegos de 2026 impondrán un récord, como los que se desarrollarán en la superficie más amplia de toda la historia. Las sedes se diseminarán en un territorio de 22.000 kilómetros cuadrados (10.000 millas cuadradas), en una gran zona del norte de Italia, desde las regiones de Lombardía y Veneto hasta las provincias de Trento y Bolzano.
“No habrá espíritu olímpico”, advirtió Federica Brignone, tres veces medallista, esta semana, tras lograr el bronce en el eslalon gigante, antes de obtener otra presea de tercer puesto en el combinado alpino.
“Todos estarán en su propia área. Es bueno aprovechar las estructuras existentes y no consumir y construir nuevas sedes. Desde un punto de vista ecológico, será mucho mejor”, dijo Brignone. “Pero en términos de un ambiente olímpico, no estoy seguro de cómo serán, si bien no pienso que sean muy bonitos”.
Los organizadores de los Juegos de 2026 han acatado el plan de reformas del presidente del COI Thomas Bach, Agenda 2020, el cual permite candidaturas más flexibles y aprovechar la infraestructura existente, incluso si ello implica usar recintos muy apartados de la ciudad principal de los Juegos.
El hockey, el patinaje artístico y el de pista corta se realizarán en Milán en 2026. El esquí de fondo, el salto y el combinado nórdico tendrán como sede el Vale di Fiermme. El patinaje de velocidad en pista larga se llevará a cabo en Baselga di Pine.
El snowboarding y el freestyle se realizarán en Livigno, el biatlón en Anterselva, el esquí de hombres en Bormio y el de mujeres en Cortina d’Ampezzo, lo mismo que las pruebas de trineos y los duelos de curling.
La división del esquí alpino, entre Bornio y Cortina, mantendrá a hombres y mujeres separados respectivamente por un recorrido de cinco horas en automóvil, el cual incluye una desviación hacia Suiza, debido a que la ruta más directa pasa por zonas montañosas que están cerradas en el invierno.
“No me gusta eso”, expresó el esquiador noruego Lucas Braathen. “Es muy agradable que todos estemos en un mismo lugar. Estoy aquí para hacer nuevos amigos y para ver otros tipos de cultura. Y ahora nos están dividiendo”.
Marta Bassino, monarca mundial del eslalon gigante, mencionó los problemas de organización ocurridos en Cortina el año pasado, durante ese campeonato, el cual se llevó a cabo sin espectadores por la pandemia.
“Incluso sin espectadores fue difícil y problemático. El estacionamiento fue una complicación”, explicó Bassino. “Son los pequeños detalles los que marcan la diferencia”.
Las demoras en la construcción representan otro problema, de cara a la entrega oficial de la organización de los Juegos a Milán-Cortina, que se realizará el domingo, durante la ceremonia de clausura en Beijing.
Un tobogán creado hace un siglo en Cortina debe reconstruirse por completo, a un costo de casi 60 millones de dólares. Las obras no han comenzado todavía, aunque la región de Veneto presentó un plan de reconstrucción para la pista en diciembre.
En Baselga, la remodelación de la pista de patinaje al aire libre tampoco ha iniciado.
De igual modo, más de 1.000 millones de dólares previstos para mejorar carreteras, vías férreas y otra infraestructura tampoco se han inyectado en su mayor parte.
“Estamos bastante atrasados”, admitió en noviembre Giovanni Malago, presidente del comité organizador, quien encabeza también el Comité Olímpico Italiano.
Un nuevo alcalde en Turín ha mostrado interés por albergar el patinaje de velocidad en el óvalo existente bajo techo, construido para los Juegos de 2006, si la instalación de Baselga no funciona.
Faltan todavía cuatro años.
“Montaremos un gran espectáculo”, aseguró Giuliano Razzoli, campeón olímpico de eslalon en 2010, quien compitió quizás en su última cita olímpica en Beijing. “Y el mundo entero querrá venir a Italia”.