Tenía dos ofertas sobre la mesa. Las dos de la Liga MX, la élite del fútbol mexicano. "Las dos eran más importantes desde lo económico y lo deportivo", subraya Matías Morla, apoderado de Diego Maradona.
Y lo transformaban en el entrenador mejor pago del fútbol azteca. Pero la respuesta fue tajante: no. "Quiero ascender con Dorados, ellos me dieron la oportunidad de mi vida. Cuando vengas a México renovamos", fue la contestación del Diez a su apoderado, con la que cerró la conversación.
Pese a que el primer paso no lo pudo dar, ya que perdió la final de la Liguilla ante Atlético San Luis, Maradona continuará siendo el director técnico de Dorados de Sinaloa: firmará la renovación del vínculo hasta diciembre de 2019. Tras una escala en Cuba, donde atenderá negocios del astro, Morla viajará a Culiacán para rubricar el acuerdo. Habrá, claro, una mejora económica en el vínculo, que ya están trabajando su representante y Christian Bragarnik, el empresario que hizo de nexo con el Grupo Caliente, dueño de la institución. Pero las demandas de Diego para su continuidad pasan por otro lado. Luego, volverá a pisar suelo argentino para celebrar las fiestas. Y, antes de regresar a los entrenamientos con el Gran Pez, se trasladará a Bielorrusia para participar de un par de eventos con el Dinamo Brest, club del que todavía es "presidente honorario".
Las 3 razones por las que MAradona decidió seguir en Dorados
"Lo que me hubiese gustado hacer en mi patria hoy lo estoy desarrollando en México. Y que sea en la patria grande, en mi continente, es un honor doble. Triunfar en Latinoamérica es doble mérito", agregó.
2. Un "cargo" inédito. Uno de los incentivos extra para Maradona que negocia Morla con las autoridades de Sinaloa es que lo nombren "embajador deportivo" de la región, título honorífico que llevaría a lo largo y a lo ancho de México y en el exterior, en conferencias y eventos. La intención de la gobernación es que la figura de Maradona, ya un vecino más de Culiacán, sirva para despegar la imagen de la región del Chapo Guzmán, nacido allí, y el narcotráfico.
3. Refuerzos "de peso". Maradona prefirió resignar sus pretensiones económicas a cambio de que le consigan los refuerzos que pretende. No pidió cantidad, sino calidad en los puestos en los que entiende que necesita oxigenar. "Para ascender, son necesarios nombres competitivos", resaltó en la intimidad de las conversaciones. ¿Usain Bolt? Es una movida de marketing, que si se concreta está ligada más a la marca de relojes que auspicia al Diez y al velocista devenido futbolista que a una cuestión de pizarrón. O necesidad. Maradona sabe separar.
En consecuencia, son dos los puestos en los que el ex capitán de la selección argentina puso el foco. Quiere un volante creativo que se asocie con Vinicio Angulo, el ecuatoriano figura de su escuadra; Vinicius, como le dice cariñosamente el Diez. Y un delantero-centro, porque piensa que cada vez que le faltó Jorge Córdoba le faltó una referencia en el área adversaria. "No hay que descartar que observe futbolistas argentinos", le advirtieron a Infobae desde el entorno de Diego.
En ese contexto, un nombre que ya había sonado es el de Brian Fernández, el ex delantero de Racing, de 24 años, que no tiene la continuidad deseada en el Necaxa. Pertenece a la escudería Bragarnik, algo que facilitaría su arribo. No habría que descartarlo.
Después de, tal vez, su mejor semestre en el banco de suplentes (más allá de su paso por la Selección, que terminó en Sudáfrica 2010), Maradona seguirá corriendo detrás de la gloria en la Segunda División de México. El anzuelo del dinero no lo corrió de su objetivo.