Manny Pacquiao sumó un hito más en su carrera al proclamarse campeón mundial absoluto (WBA) del peso welter. Un cinturón que consiguió tras cumplir los 40, algo que solo cuatro púgiles habían logrado antes. Su triunfo ante Thurman está en boca de todos, ahora repasamos las claves que le dieron la victoria...
1- La diferencia de envergadura no fue clave
Keith Thurman tiene más envergadura que Pacquiao, algo que intentó aprovechar de inicio. En los primeros instantes de la pelea el filipino se quedó expuesto al precipitarse, pero no necesitó el round al completo para leer la pelea. Supo acortar la distancia y conectar dos manos que acabaron con Thurman en el suelo. Ahí estuvo la clave, pues desde ese momento PacMan descubrió el tiempo en el que boxeaba su rival y lo utilizó para que la diferencia de tamaño no fuese clave en la pelea. Para Pacquiao no fue un debe y para Thurman tampoco fue una ventaja.
2- Diferencias al afrontar la pelea de manera psicológica
Una de las principales diferencias entre ambos boxeadores fue la gestión de las emociones. Thurman intentó calentar a Pacquiao en la previa, pero el filipino nunca entró en el juego y habló sobre el ring. Cuando PacMan cazó al estadounidense en el primer asalto, el campeón se vino abajo. No fue capaz de gestionar que le había roto su esquema y que lo que creía que sería un camino fácil no lo iba a ser. Por el otro lado, cuando el filipino se vio sometido supo aguantar y sacar trabajo para reponerlo. Es decir, Thurman no supo reponerse a los inconvenientes y Pacquiao, sí.
3- Pacquiao era consciente de sus limitaciones
Uno de los momentos que dejó claro el plan de Pacquiao ocurrió en el décimo asalto. El filipino cazó en la zona hepática a su rival, y este lo sintió, pero PacMan decidió no atacar a Thurman y seguir boxeando con cautela. A su edad, la leyenda es consciente de lo que puede hacer y lo que no. Por ello, aunque Thurman estuvo tocado en varias ocasiones en ninguna se volvió loco. Esperó su momento. No podía cruzar golpes, ahí el estadounidense era superior, y no lo hizo. Cuando pudo acabar esperó y durante la lucha tiró de rapidez para entrar, hacer sus series y salir. La experiencia es un grado y lo dejó claro.
4- Pacquiao supo variar muy bien los planos de golpeo
Manny Pacquiao fue consciente desde el inicio que debía ser rápido para sorprender y para lograrlo tenía que ser imprevisible. Así, siempre varió sus planos de golpeo de manera constante para que Thurman no pudiese prever por donde llegarían sus manos. Dos ejemplos fueron claros. En la caída de Thurman, PacMan sacó un golpe bajo duro y cuando el estadounidense bajó las manos, le atacó al rostro. Por otro lado, en el décimo asalto, tras varias acciones buscando el rostro, clavó su mano en la zona hepática. Imprevisible. Algo muy necesario para conectar sus golpes.
5- La derecha de Thurman no fue determinante Está claro que Pacquiao realizó un combate excepcional, pero tuvo un debe durante los doce asaltos. No era capaz de quitarse la derecha recta de Thurman. El estadounidense la utilizó poco, pero cuando lo hizo la conectó con facilidad, algo que se pudo apreciar en cada repetición. Golpes duros, pero que PacMan supo encajar. Otra clave, pese a tener más de 40 años, el filipino tiene aguante y lo dejó bien claro. Si esa derecha hubiese sido letal, el devenir de la pelea habría cambiado, Pacquiao no logró evitarla en doce asaltos.