LIMA (AP) — En su tercer intento por demostrar su superioridad, los Pumas no fallaron. Se vengaron de sus viejos verdugos y se devoraron el oro del rugby siete en los Juegos Panamericanos.

 

Con dos tries de Luciano González Rizzoni, Argentina apabulló el domingo 33-10 a Canadá en la final, y consiguió por primera vez la presea dorada en estas justas.

 

Para nadie es un secreto que Argentina es uno de los escasos bastiones del rugby en América. Pero no había podido subir a lo más alto del podio en las dos ediciones de los Juegos Panamericanos transcurridas desde este deporte se incorporó al programa, en la modalidad de equipos con siete integrantes.

Cayeron en las finales de Guadalajara 2011 y Toronto 2015, ambas veces ante Canadá. En Lima, los canadienses se colocaron en ventaja pero luego no tuvieron posibilidad alguna.

 

“Fue un torneo redondo para Argentina, no sólo porque alcanzamos esa medalla que se nos había negado en los dos últimos Juegos Panamericanos. A pesar de que nos anotaron un try rápido, nunca perdimos el orden, y los superamos en lo físico y lo táctico”, comentó Santiago Mare, quien totalizó ocho puntos. “Además, la organización del certamen estuvo buena y nos vamos agradecidos por cada atención”.

 

Mare se unió en una fila a sus compañeros en el festejo, frente a los seguidores en el estadio de Villa María del Triunfo. Todos saltaron al compás de un cántico.

 

“¡Dale campeón, dale campeón!”, corearon los Pumas.

 

Germán Schulz, Lautaro Bazán y Franco Sábato aportaron sendos tries a la causa argentina.

 

El bronce fue para Estados Unidos, que más temprano se impuso 24-19 a Brasil.

 

En la rama femenina, el oro fue para Canadá, con un triunfo por 24-10 sobre Estados Unidos en la final. Colombia obtuvo un bronce no presupuestado al imponerse 29-24 sobre Brasil.