YEDA, Arabia Saudí (AP) — El Real Madrid venció al Atlético de Madrid por penales el domingo para llevarse una renovada Supercopa de España que se celebró en Arabia Saudí.
El conjunto merengue se impuso 4-1 en la tanda, que se hizo necesaria después de que la final terminó 0-0 tras el tiempo extra.
Dani Carvajal, Rodrygo, Luka Modric y Sergio Ramos anotaron desde los 11 pasos para el Madrid.
Saúl Ñíguez falló su primer tiro penal y el portero del Madrid Thibaut Courtois bloqueó el segundo intento, de Thomas Partey. Kieran Trippier fue el único que convirtió para el Atlético.
“Los repasé en el banquillo”, dijo Courtois cuando se le preguntó en la transmisión televisiva si había estudiado a los cobradores de penales del Atleti. “Lo de Saúl me sorprendió un poquito, pero lo de Thomas lo tenía claro: Fue un paradón, porque lo tiró duro y muy fuerte. Estoy muy feliz por acabar con la portería a cero y con buenas paradas”.
El Madrid disputó los últimos cinco minutos del alargue con 10 hombres. Federico Valverde recibió la tarjeta roja tras una falta sobre Álvaro Morata quien se enfilaba solo frente a Courtois y se disponía a vencerlo.
“Le pedí disculpas a Álvaro, era el único que quedaba por el equipo, me tocaba hacer eso. No llegaba a otra cosa porque iba muy rápido”, reconoció el uruguayo Valverde. “Estoy feliz por el título, pero me queda esa espina... porque no está bien”.
Para el entrenador argentino del Atlético, Diego Simeone, no hay duda de que ésa fue la jugada clave del encuentro.
“El premio del MVP (jugador más valioso) del torneo a Valverde tiene algún punto en la expulsión, porque ganó el partido él en esa expulsión”, dijo. “fue la jugada más importante del partido, la de Valverde. Si esa jugada hubiera seguido, posiblemente era gol. Le dije: ‘No te preocupes, cualquiera hubiera hecho lo mismo en tu lugar’. Él hizo lo que tenía que hacer. Veremos cuántas jornadas le dan”.
Para el Atleti, ésta fue otra derrota amarga en una final ante su acérrimo adversario. El Madrid venció al Atlético también por penales en la final de la Liga de Campeones en 2016 y lo derrotó en tiempo extra, en el partido por el título de ese mismo certamen en 2014.
Zinedine Zidane, el técnico madridista, mejoró su estadística impresionante. Ha guiado al Madrid al triunfo en las nueve finales en que lo ha dirigido, incluidas tres de la Liga de Campeones.
“Siempre he dado todo en el campo. He ganado muchas cosas como jugador y me está pasando como entrenador, pero primero hay que felicitar a los jugadores, porque son ellos los que luchan en el campo”, valoró el francés. “Esto también es el ADN del club”.
Pocos aficionados españoles viajaron para presenciar estos partidos disputados a miles de kilómetros de su país. El público en el Estadio Rey Abdalá apoyó mayoritariamente al Real Madrid.
En la final, se registraron más pases errados y faltas que oportunidades de gol, hasta finales de la prórroga. El trámite del tiempo regular incluyó fallas de Valverde y del delantero del Atleti, João Félix.
La Real Federación Española de Fútbol firmó un acuerdo para jugar estos encuentros en Arabia Saudí. Según distintos reportes de prensa, el contrato ascendió a 120 millones de euros (134 millones de dólares).
La competición se amplió de dos a cuatro equipos, y se mudó del comienzo a la mitad de la temporada. De acuerdo con la Federación, el acuerdo ayudará a España en su intento por ser sede del Mundial de 2030, en una candidatura conjunta con Portugal.
Pero mediante el convenio, la Federación desoyó las críticas de activistas de derechos humanos y la recomendación del presidente de la UEFA Aleksander Ceferin, quien dijo que los clubes europeos no debían jugar en países “donde las garantías fundamentales de las mujeres no fuesen respetadas”.
El presidente de la Federación, Luis Rubiales, ha tratado de desviar las críticas, al subrayar que el permiso para que las mujeres asistieran al graderío fue una parte del acuerdo para realizar los encuentros en este reino del Medio Oriente, que posee una gran riqueza petrolera.
Amnistía Internacional organizó el miércoles una pequeña protesta pacífica frente a la embajada saudí en Madrid, para exigir la liberación de mujeres activistas que han luchado por sus derechos en el país árabe.