CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Cumplidas las primeras fechas de la Liga de Naciones de la CONCACAF, el nuevo torneo regional tiene a México malhumorado.
Al tocarle medirse contra rivales de menor jerarquía, los mexicanos temen que no tendrán el fogueo adecuado para poder trascender en una Copa del Mundo — el objetivo de alcanzar la ronda de cuartos de final que se ha convertido en una obsesión de aficionados y dirigentes por igual.
Aunque no citó a lo mejor de su arsenal, el equipo dirigido por el entrenador argentino Gerardo Martino logró victorias de 5-1 de visita sobre Bermudas y de 3-1 ante Panamá, en el estadio Azteca, para apoderarse del control del Grupo B.
El triunfo ante los panameños salió costoso para el Tri: Hirving Lozano, el delantero del Napoli, salió del encuentro en el segundo tiempo luego de una dura entrada del volante Abdiel Ayarza.
“Lo mejor sería competir contra los mejores, jugar Copa América y Copa Libertadores”, dijo el “Tata” Martino antes del choque ante Panamá. “En algún momento les decía (a los jugadores) que la Liga de Naciones es volver al amateurismo, como jugar en la inferiores de Pachuca o de México, así se juega en un estadio de esa características”.
Bermudas, archipiélago localizado a unos 1.000 kilómetros de las costas de Carolina del Norte, disputa sus encuentros en el estadio Nacional de Hamilton, un vetusto escenario construido en la década de los 70 con capacidad para poco más de 8.000 aficionados y que no tuvo las regaderas suficientes para que todos los jugadores mexicanos se tomaran una ducha. El equipo no tuvo otro remedio que trasladarse del estadio al hotel para poder hacerlo.
Se trata de condiciones muy distintas a las que están acostumbrados los jugadores mexicanos, incluso los de la liga local porque los reglamentos de la Liga MX exigen, entre otras cosas, que los escenarios de la máxima categoría tengan capacidad mínima para 20.000 aficionados, además de regaderas y vestuarios adecuados.
“Serviría más jugar contra selecciones de mejor nivel, tener partidos amistosos ante Argentina o Brasil, pero es lo que toca y tenemos que cumplir con esto”, dijo el delantero Rodolfo Pizarro a la cadena TUDN. “Pero los que estamos aquí estamos con hambre, ganas de triunfos y trascender con la selección”.
Pizarro, de 25 años, se quedó fuera del Mundial de Rusia 2018 en el último corte hecho por el entonces seleccionador, Juan Carlos Osorio. El jugador del Monterrey junto con varios integrantes de la selección Sub23 son la apuesta de Martino y los dirigentes del fútbol local para tratar de que en Qatar 2022 el Tri finalmente rompa la barrera de los octavos de final, que ha sido su techo en los últimos siete Mundiales consecutivos.
El problema es que muchos de eso jugadores han tenido escaso roce internacional y con la Liga de Naciones su competencia se verá limitada a enfrentar a rivales del área.
“El reto mayor para Estados Unidos, México y Costa Roca es que no puedes tener los partidos grandes ante países de Europa o Sudamérica que te servirían para hacer crecer tu programa, para que crezcan tus jugadores”, dijo el entrenador alemán Jürgen Klinsmann, ex seleccionador estadounidense en entrevista para la cadena ESPN. “Cuando literalmente estás atrapado en la CONCACAF y no juegas ante Argentina, Brasil, Colombia y Chile cada año, o no te mides con Holanda, Inglaterra, España e Italia cada año, no tienes oportunidad de crecer”.
Klinsmann tiene razón. No es secreto que el salto de calidad para el fútbol mexicano se dio en la década de los 90, cuando comenzó a disputar la Copa América, un torneo que lo vio alcanzar la final en Ecuador 1993 y Colombia 2001 y en el que participó por última ocasión en la Copa América Centenario realizada en 2016.
“Con el sistema que se ha creado aquí, es casi imposible que Estados Unidos y México mejoren”, agregó Klinsmann.
En el pasado reciente, México y los países de la región tenían oportunidad de enfrentar rivales de fuera de la zona en las fechas FIFA, que ahora se dedican a la Liga de Naciones. La próxima será en noviembre de este año y después en marzo del 2020, cuando los mexicanos y demás naciones del área podrán enfrentar a rivales de mejor calidad porque la fase final del torneo se disputará hasta junio del próximo año.
“La ‘Nations League’ no me impide tener esta clase de partidos (ante rivales de gran calidad), pero la sensación es que todo va empeorando porque a la Copa Oro y a la eliminatoria se le agrega un torneo oficial más”, dijo Martino. “Lo más importante sería jugar contra los mejores, pero como no podemos crecer ante rivales de más relevancia, lo que hacemos es mezclar a los jóvenes con los grandes y sacar conclusiones, pero si me preguntas, preferiría jugar la Copa América y que los equipos jueguen la Copa Libertadores”.
El sueño de volver a esas competencias es vigente para México y sus dirigentes afirman estar haciendo lo posible por lograrlo, pero mientras eso pasa, México deberá vivir la dura realidad a la que la geografía lo condenó.