Las futbolistas de la selección de Estados Unidos solicitan más de 66 millones de dólares en daños dentro de su demanda por discriminación de género contra la Federación de Fútbol de Estados Unidos (USSF, por sus siglas en inglés).
La reclamación se incluyó en los documentos presentados el jueves en la noche en el Tribunal de Distrito de Estados Unidos en Los Ángeles, antes del juicio que está previsto que comience el 5 de mayo.
Entre la gran cantidad de documentación presentada estaban los acuerdos de convenio colectivo para los equipos masculino y femenino, que no se habían hecho públicos antes.
Las jugadoras de la selección nacional denunciaron a la federación el pasado marzo alegando discriminación de género institucionalizada, que incluye una compensación desigual a los combinados femenino y masculino.
Cada parte en la demanda colectiva solicitó en juicio sumario a su favor. La estimación de daños, que incluye intereses, fue proporcionada por Finnie Bevin Cook, un economista de Deiter Consulting Group contratado por las demandantes.
Los acuerdos colectivos mostraron una disparidad en las bonificaciones a hombres y mujeres, pero también las diferencias en las estructuras salariales de los dos quipos.
“A las jugadoras del equipo nacional femenino se les paga de forma diferente porque lo pidieron específicamente y negociaron un contrato completamente diferente al del equipo nacional masculino, a pesar de que se les ofreció, y rechazaron, un acuerdo similar de pago por juego durante las últimas negociaciones”, dijo la USSF en un comunicado.
“Su preferencia fue un contrato que proporciona beneficios adicionales significativos que la selección masculina no tiene, incluidos salarios anuales garantizados, seguro médico y dental, asistencia pagada para el cuidado de hijos, embarazo pagado y baja maternal, indemnización por despido, continuación del salario durante periodos de lesiones, acceso a un plan de jubilación, múltiples bonificaciones y más”, agregó.
Molly Levinson, vocera de las demandantes, cuestionó las afirmaciones de la federación.
“En la negociación del acuerdo colectivo más reciente, la USSF dijo repetidamente que el pago igualitario no era una opción, independientemente de la estructura salarial”, señaló Levinson en un comunicado.
“La USSF propuso una ‘estructura de pago por jugar’ con mejor paga en todos los ámbitos. En cada caso, para un partido amistoso o de competición, a las futbolistas se les ofreció menos dinero que a sus homólogos hombres. Esta es la definición misma de discriminación de género, y por supuesto las jugadoras lo rechazaron”, afirmó la portavoz.
La demanda acaparó titulares en todo el mundo. Cuando Estados Unidos ganó el Mundial femenino el pasado verano en Francia, la afición en la grada coreó “¡Pago equitativo!”.
Antes este mes, el sindicato de futbolistas de la selección masculina instó a la federación a aumentar drásticamente el salario del equipo femenino, al tiempo que acusó al órgano gestor del fútbol estadounidense de hacer ofertas a la baja en sus negociaciones contractuales en curso.
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La periodista de The Associated Press Anne Peterson contribuyó a este despacho.