INDIANÁPOLIS, Indiana, EE.UU. (AP) — Frente a un Indianapolis Motor Speedway completamente vacío, Takuma Sato logró el domingo su segundo triunfo en las 500 Millas de Indianápolis en un final extraño y anticlimático del “Mayor Espectáculo del Automovilismo”.
Sato mantuvo a raya a Scott Dixon y se enfiló al triunfo bajo bandera amarilla después de que su compañero de equipo Spencer Pigot chocó a cinco vueltas del final de la competencia, realizada sin gente en las tribunas por primera vez en 104 ediciones debido a la pandemia del coronavirus.
Pigot requirió atención médica en la pista, la escena del accidente fue un enorme campo de escombros y el tiempo de limpieza habría sido muy prolongado. También restaban sólo cuatro vueltas, tiempo insuficiente para un reinicio adecuado.
Dixon, cinco veces campeón de IndyCar que había dominado la competencia, preguntó vía radial si el serial les daría a los pilotos una última rearrancada.
“¿Van a poner la roja?” preguntó Dixon. “Tienen que poner la roja. No hay forma de que limpien eso”.
La respuesta fue no, convirtiendo el final de la carrera en un juego de preguntas hipotéticas.
“Es un poco tonto predecir lo que hubiera sucedido. La realidad es que Takuma ganó”, dijo el dueño del auto ganador Bobby Rahal. “No son las primeras 500 que terminan en amarillo, y había un enorme desastre allá afuera”.
En un comunicado al concluir la carrera, IndyCar señaló que “había muy pocas vueltas restantes para reunir a los pilotos detrás del pace car, sacar la bandera roja y reiniciar en bandera verde”.
Dixon estaba evidentemente decepcionado luego ir al frente en 111 de las 200 vueltas en busca de su segunda victoria en Indy.
“Definitivamente es algo difícil de digerir. Tuvimos un día muy bueno”, declaró Dixon. “Es la primera vez que los veo hacer eso. Pensé que iban a sacar la bandera roja”.
Fuente AP: (https://apnews.com/c86dda3f0046e09c4404318959406eb2)