MADRID (AP) — Lionel Messi dirá presente cuando el Barcelona inicie su temporada el domingo, tal y como lo ha hecho las últimas dos décadas.
Como nunca, cada uno de sus pasos será escudriñado.
Después de todo, como nunca, el crack argentino le había comunicado el club que quería y, nunca antes, fue obligado a quedarse.
¿Dará Messi lo mejor? ¿Estará motivado? ¿El novelón de su transferencia que no pudo ser le afectará?
Algunas de esas preguntas empezarán a dilucidarse desde el domingo salga a escena ante el Villarreal en el Camp Nou. Los azulgranas debutan en La Liga, después que sus primeros dos partidos fueron pospuestos por sus participación en las últimas instancias de la Liga de Campeones la pasada temporada.
El último partido oficial del Barça fue el bochornoso revés 8-2 ante el Bayern Múnich en los cuartos de final de la Champions en agosto, uno de las derrotas más calamitosas en la historia del club y la carrera de la “Pulga”. El resultado sumió a los azulgranas en una de sus peores crisis, y provocó que Messi expresara su deseo de buscar otro horizonte.
Terminó echando marcha atrás luego que el Barcelona se negó a cederle gratis. Salió a decir que no quería enfrascarse en una batalla legal con el único club en el que ha militado. Pero Messi fue explícito al señalar que hubiera preferido irse, y criticó al presidente Josep Bartomeu por incumplir la promesa de permitir su salida.
De todas formas, Messi prometió seguir dando el máximo. No se percibieron señales de un desinterés en los partidos de fogueo con miras a la que podría ser su última campaña con el club.
“Pensé lo mismo que cualquier culé, que no podía ser verdad que Leo no continuara con nosotros”, dijo su compañero azulgrana Sergi Roberto. “Es nuestro capitán, es el mejor jugador que ha tenido el Barça y en la historia del fútbol y por tanto yo no me imaginaba un Barça sin Leo”.
“Desde que estoy en el primer equipo siempre le he visto con las mismas ganas y ambición. Ahora no será menos”, añadió.
Messi se quedó, pero este Barcelona es muy distinto.
Como parte de los profundos cambios que el club anunció tras la debacle ante el Bayern, Ronald Koeman asumió como técnico en reemplazo de Quique Setién. El holandés no tardó mucho en ordenar una renovación del plantel.
Varios referentes de años recientes debieron empacar maletas: Luis Suárez al Atlético de Madrid, Arturo Vidal al Inter de Milán e Ivan Rakitic al Sevilla.
Otro detalle nuevo para el conjunto catalán es que viene de una temporada sin títulos por primera vez 2007-08. Quedaron cinco puntos detrás del Real Madrid en la liga la pasada temporada, dejando escapar el liderato cuando el torneo se reanudó tras la paralización por la pandemia de coronavirus.
MADRID VS. PELLEGRINI
El campeón defensor Real Madrid tendrá una complicada segunda prueba el sábado al medirse contra un Real Betis que inició la temporada con un par de victorias bajo la dirección del veterano técnico chileno Manuel Pellegrini, ex timonel merengue.
Al equipo de Zinedine Zidane le faltó pegada en el empate 0-0 de visita a la Real Sociedad el domingo, cuando Eden Hazard no pudo jugar. No se antoja probable que el atacante belga esté en condiciones para enfrentar al Betis en el estadio Benito Villamarín.
EL ATLÉTICO DE SUÁREZ
Los colchoneros también debutarán el domingo frente al Granada en el estadio Wanda Metropolitano, pero no está claro que el goleador uruguayo podrá estar disponible.
Diego Costa estará en el ataque tras la salida de Álvaro Morata rumbo a Juventus para abrirle espacio a Suárez.
SEVILLA EUROPEO
Como el Atlético y el Barcelona, los primeros dos partidos del Sevilla fueron pospuestos por sus compromisos europeos. Ganaron la Liga Europa en agosto. Su estreno el domingo ante el recién ascendido Cádiz será apenas tres días después de la derrota 2-1 ante el Bayern en la Supercopa.
Fuente AP: (https://apnews.com/article/deportes-4c126fab14c496f2a8a940a5ad5d2ed1)