KABUL (AP) — Afganistán se recuperaba el martes de un atentado talibán contra una base en el este del país que causó al menos 45 muertos y más de 70 heridos, en su mayoría personal militar, en la víspera, según las autoridades provinciales.
Se teme que la cifra de fallecidos pueda aumentar. Las instalaciones militares, que sirven además como centro de formación para una milicia progubernamental, están gestionadas por el servicio de inteligencia afgano.
El asalto comenzó cuando un suicida talibán condujo un Humvee hasta el interior de la base y lo hizo estallar al chocar con la entrada al edificio principal, explicó Khawanin Sultani, miembro del consejo de la provincia de Maidan Wardak.
El inmueble se vino abajo a consecuencia de la explosión, lo que podría haber contribuido al elevado número de víctimas mortales.
Los talibanes, que reclamaron la autoría del atentado en un comunicado enviado a los medios de comunicación apenas unas horas después, dijeron más tarde en otra nota que el lunes se reunieron de nuevo con representantes estadounidenses para discutir “el final de la invasión de Afganistán” en conversaciones que seguirían el martes. Las dos partes se reúnen en Catar, donde los talibanes tienen una oficina política.
La concurrencia de los dos acontecimientos, el ataque _ que fue el más letal de la milicia radical contra las fuerzas de seguridad en los últimos años _ y la reunión de Catar _ que busca allanar el camino para cerrar la guerra de 17 años en el país _, ponen de manifiesto la audacia de los insurgentes ante los renovados esfuerzos de Washington para la paz.
Los talibanes, que ahora controlan casi la mitad del país, perpetran ataques casi diarios contra las asediadas fuerzas de seguridad nacionales.
La base atacada está a las afueras de Maidan Shar, la capital de la región, y a unos 40 kilómetros (25 millas) de Kabul. Según Sultani, tras el coche bomba, otros cuatro atacantes iniciaron una balacera con las fuerzas afganas, que abatieron a todos los insurgentes.
En las instalaciones militares había alrededor de 150 personas, entre personal militar y otros, en el momento del ataque, dijo Sultani. Por el momento se desconoce cuántos de los muertos eran miembros de la milicia en formación y cuántos militares, agentes de inteligencia o instructores.
Un funcionario de seguridad de la región, que habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a informar a los medios, dijo a la AP que él mismo contó hasta 75 cadáveres en la base.