ROMA (AP) — Silvio Berlusconi está de regreso. Una vez más.
Quien fuera primer ministro italiano durante tres periodos, y cuya vida ha sido sacudida por problemas legales, escándalos personales y de salud, y reveses políticos, anunció el jueves su candidatura al Parlamento Europeo en las elecciones de mayo.
Berlusconi, de 82 años, dijo que desea “llevar mi voz a una Europa que debería cambiar, una Europa que ha perdido su reflexión profunda sobre el mundo”.
A Berlusconi se le había impedido buscar un puesto público durante cerca de cinco años debido a una condena por fraude fiscal. Citando su buena conducta, una corte decretó el año pasado que podía contender nuevamente.
El partido Forza Italia de Berlusconi, que dominó la política italiana por un cuarto de siglo, ahora aparece en las encuestas con preferencias de un solo dígito, detrás de los dos partidos en el primer gobierno populista de Europa Occidental: la Liga, de derecha, y el Movimiento 5 Estrellas, que se opone a la clase dirigente tradicional.
Berlusconi arrancó su campaña el mismo día que el gobierno italiano dio a conocer detalles sobre la manera en que buscará cumplir dos promesas de campaña por los partidos en coalición: brindar un ingreso básico a italianos que buscan empleo y reformar las normas de un sistema de pensiones que es rechazado por muchos.
Durante una conferencia de prensa en Roma, el viceprimer ministro Luigi Di Maio subrayó orgullosamente que el gobierno había “creado un nuevo estado de bienestar social en Italia... una revolución en el mundo laboral”.
Berlusconi, un magnate de los medios, explicó en sus primeras declaraciones de campaña que desea ver una centro-derecha unida en Europa. Fue evidencia de su constante deseo de que la Liga, que fue un aliado menor a lo largo de todos sus periodos como premier, eventualmente abandone al Movimiento 5 Estrellas a nivel nacional y vuelva al redil de la centro-derecha tradicional.
“Una centro-derecha unificada y victoriosa, con sus valores e ideales, es el futuro de Italia, Europa y el mundo”, afirmó Berlusconi en Sardinia, donde posee una enorme propiedad.