LEUVEN, Bélgica (AP) — El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo el viernes que las medidas anunciadas por el gobierno de Israel para aumentar la entrada de ayuda a Gaza son bienvenidas, pero podrían no ser suficientes para satisfacer las exigencias de Washington de drásticas mejoras en la situación humanitaria en el sitiado enclave palestino.
Blinken apuntó que la apertura de más pasos fronterizos, si se aplica plenamente, tiene el potencial de aumentar la asistencia a los palestinos atrapados en los combates entre Israel y Hamás. Pero Estados Unidos quiere ver también medidas tangibles para la protección de la población civil y los trabajadores humanitarios, agregó.
Además, pidió una “investigación independiente, exhaustiva y totalmente pública” del reciente asesinato de cooperantes. Siete empleados de la ONG World Central Kitchen, incluyendo seis voluntarios internacionales, perdieron la vida debido a múltiples ataques aéreos israelíes contra el convoy en el que se movían por Gaza el lunes.
El incidente desató la indignación internacional y puso a Israel a la defensiva acerca de su conducta en los seis meses de guerra contra Hamás, especialmente ante el elevado número de civiles palestinos muertos.
“Celebramos los pasos que han sido anunciados por Israel”, dijo Blinken. “Son avances positivos, pero la prueba real es el resultado y es lo que esperamos ver en los próximos días y las próximas semanas”.
Al mismo tiempo, dijo que Washington quiere un “mejor sistema para la desescalada del conflicto y la coordinación”, para que la ayuda pueda llegar y distribuirse de forma segura dentro del territorio.
“Todas estas cosas son críticas y deben medirse por sus resultados”, afirmó Blinken ante reporteros en la ciudad de Leuven, a las afueras de Bruselas, donde se reunió con funcionarios estadounidenses y europeos de Comercio e Industria.
El ejército de Israel anunció el viernes que destituyó a dos oficiales y amonestó a otros tres por su implicación en los ataques que mataron a los trabajadores humanitarios que participaban en una misión de reparto de alimentos en Gaza, alegando que habían manejado mal la información crítica y que violaron las reglas de combate del ejército.
La oficina del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, señaló a primera hora del día que su gabinete de seguridad aprobó una serie de “medidas inmediatas” para aumentar el flujo de ayuda, incluida la reapertura de un importante cruce fronterizo con el norte de Gaza que fue destruido durante el ataque de Hamás del 7 de octubre.
La iniciativa se dio a conocer horas después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, le dijese al líder israelí durante una conversación telefónica en la víspera que el futuro del apoyo de Washington a la guerra dependía de que el país tomase más medidas para proteger a la población civil y a los cooperantes.
La oficina de Netanyahu informó que el cruce de Erez, que durante años ha servido como la única terminal de pasajeros para que las personas puedan entrar y salir de Gaza, sería reabierto de manera temporal. Además, indicó que permitirá el uso de su puerto de Ashdod, a 37 kilómetros (22 millas) al norte de la Franja, para procesar los cargamentos de ayuda que se dirijan al territorio y que facilitará la entrada de más envíos procedentes de Jordania a través de otro cruce terrestre. El anuncio dio detalles sobre las cantidades o productos que entrarían.
Biden le dijo también a Netanyahu que alcanzar “un cese al fuego inmediato” a cambio de los 100 rehenes que se cree que siguen en Gaza era “esencial”, e instó a Israel a cerrar el acuerdo “sin demora”, indicó la Casa Blanca.
Israel declaró la guerra a Hamás en respuesta al asalto insurgente del 7 de octubre sobre el sur del país, en el que murieron unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y otras 250 fueron capturadas como rehenes.
La ofensiva aérea y terrestre israelí se ha cobrado la vida de más de 33.000 palestinos y deja otros 75.600 heridos, según el Ministerio de Salud del enclave controlado por Hamás. El ministerio, que no distingue entre víctimas civiles y combatientes en su conteo, afirma que dos tercios de los fallecidos son mujeres y menores.
Los combates han desplazado a más del 80% de los 2,3 millones de residentes en Gaza y dejaron a cientos de miles al borde de la hambruna.
Por otra parte, la policía israelí detuvo a ocho fieles palestinos por supuestos cánticos incendiarios en el complejo de la mezquita de Al-Aqsa, en Jerusalén, mientras miles de personas se congregaban en el tercer sitio más sagrado del islam para rezar al amanecer del último viernes del mes sagrado del Ramadán.
El incidente es la primera confrontación entre las fuerzas israelíes y los fieles en el complejo durante este Ramadán, en el que los musulmanes ayunan desde el amanecer hasta que se pone el sol, mientras en la Franja de Gaza continúa la guerra entre Israel y Hamás.
El grupo insurgente Hamás, por su parte, hizo un llamado a los musulmanes de todo el mundo que participen en un “Viernes de rabia por Palestina”.
Según la policía, los ocho arrestados realizaron cánticos en favor de lo que calificaron como “organizaciones terroristas”, en una aparente referencia a Hamás. Los ocho fueron detenidos para ser interrogados, añadió.
La televisora israelí Channel 13 TV reportó que algunos de los fieles mostraron su apoyo a las Brigadas Izzedine al-Qassam, el brazo militar de Hamás.
Tanto Channel 13 TV como la cadena qatarí Al-Jazeera informaron que las fuerzas israelíes lanzaron gases lacrimógenos contra los fieles.
El Ramadán ha transcurrido de forma pacífica en Jerusalén a pesar de la guerra. Desde hace años, el complejo de la mezquita de Al Aqsa es un recinto religioso en disputa. Se ubica sobre el Monte del Templo, el lugar más sagrado del judaísmo, donde, según su tradición, se levantaban los templos bíblicos judíos.
(AP Foto/Leo Correa)
BY MATTHEW LEE