TEHERÁN, Irán (AP) — El ministro de Exteriores de Irán viajó el viernes a China dentro de una gira por Asia que busca mantener los mercados mundiales abiertos a Teherán en medio de una intensa campaña de sanciones por parte de Estados Unidos en un momento de altas tensiones en el Golfo Pérsico.
Las preocupaciones sobre un posible conflicto aumentaron desde que la Casa Blanca ordenó el envío de buques que guerra y bombardeos a la región para contrarrestar una supuesta amenaza no especificada de Irán, que ha hecho que Washington retire además a su personal diplomático no esencial de Irak.
Por otra parte, las autoridades reportaron un sabotaje que habría afectado a cuatro buques petroleros el domingo ante la costa de Emiratos Aranes Unidos, y rebeldes yemeníes alineados con Irán se atribuyeron la autoría de un ataque con un dron contra un oleoducto vital para Arabia Saudí el martes. Riad culpó directamente a Teherán del incidente, y un diario local vinculado a la familia real saudí Al Saud pidió el jueves a Estados Unidos que lance “ataques quirúrgicos” contra Teherán.
El desencadenante de la escalada parece ser la decisión tomada el año pasado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de abandonar el acuerdo nuclear entre Irán y varias potencias internacionales e iniciar una campaña de asfixiantes sanciones sobre la República Islámica.
Trump suavizó su tono el jueves, un día después de tuitear que esperaba que Irán buscase una negociación. Preguntado por si el país se estaba encaminando a una guerra con los iraníes, el dirigente respondió “Espero que no”.
Las autoridades iraníes siguen siendo escépticas.
Imponer sanciones mientras se busca un diálogo es como “apuntar a alguien con un arma y exigirle amistad”, señaló el general iraní Rasool Sanaeirad en declaraciones publicadas por la agencia noticiosa semioficial Mehr.
Zarif llegó el viernes a Beijing, donde se reunirá con su homólogo. China es una de las naciones que firmó el histórico pacto nuclear con Irán en 2015, que limitaba su enriquecimiento de uranio a cambio de un alivio de las severas sanciones económicas que pesaban sobre el país.
“Por el momento, la comunidad internacional ha hecho principalmente declaraciones en lugar de salvar el acuerdo”, señaló Zarif según un reporte de la agencia de noticias estatal IRNA. “El paso práctico está bastante claro: las relaciones económicas con Irán deben normalizarse. Esto es lo que aborda claramente el acuerdo”.
Antes de China, Zarif visitó Japón, un destacado importador de crudo procedente del Golfo Pérsico.
Teherán dijo recientemente que reanudaría el enriquecimiento de uranio a niveles más altos si no se cierra un nuevo acuerdo nuclear con Europa antes del 7 de julio. Eso podría acercar a la República Islámica a desarrollar un arma nuclear, algo que insiste que nunca ha buscado.