LA PAZ, Bolivia (AP) — Los incendios forestales continúan arrasando millones de hectáreas en el oriente de Bolivia, afectando a más de una decena de comunidades indígenas que, junto a otros sectores, exigen al gobierno declarar el desastre nacional para enfrentar la crisis.
“Ya no podemos más; el fuego y el humo no nos dejan vivir en paz. Nuestras tierras se están quemando. Necesitamos ayuda”, declaró Beatriz Tapanaché, representante de los chiquitanos, a The Associated Press. Esta población indígena habita en la Chiquitanía, una de las zonas boscosas más afectadas en la región oriental de Santa Cruz, fronteriza con Brasil.
Esta es una de las 11 comunidades indígenas afectadas por los incendios —que incluyen también a los ayoreos y guaraníes— según dijo el Defensor del Pueblo, Pedro Callisaya el jueves en conferencia de prensa. “Estos pueblos indígenas están en alta vulnerabilidad”, agregó.
Santa Cruz, el motor agroindustrial del país, es la región más afectada con cinco millones de hectáreas que se han quemado, según la gobernación. “Hemos superado el desastre del año 2019”, dijo el coordinador del Centro de Operaciones de Emergencia de la Gobernación de Santa Cruz, Jhonny Rojas.
Hasta septiembre de 2019 se quemaron 5.3 millones de hectáreas en todo el país.
La intensidad de los incendios en Santa Cruz obligaron al gobierno del presidente Luis Arce a declarar emergencia nacional y sanitaria el 8 de septiembre. Tres días después, Arce decretó una pausa ambiental indefinida —prohibición temporal de quemas provocadas— para evitar más incendios. Ahora se suman las voces que piden que se declare desastre nacional para poder gestionar mayor ayuda internacional.
“Frente a esta situación de desastre natural, queremos exhortar al Presidente del Estado Plurinacional... que pueda declarar desastre nacional… No podemos permitir que nuestra casa esté llegando a un estado de cenizas”, dijo Callisaya el jueves.
El viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes dijo el jueves a la AP que aún no se ha contabilizado cuántos damnificados han quedado hasta ahora por los incendios en el oriente del país pues las zonas afectadas son de difícil acceso, pero aseguró que los indígenas que habitan en esa área son de los más afectados y que necesitan alimentos, agua y medicamentos. “Estamos enviando hoy mismo una ayuda para por lo menos 6.000 personas”, señaló.
Los incendios comenzaron a finales de julio, muchos de ellos producto de las quemas provocadas para renovar pasturas y eliminar barbechos — una práctica común entre los agricultores y ganaderos— se salieron de control debido a una sequía prematura y vientos fuertes que autoridades y ambientalistas atribuyeron al cambio climático.
La temporada de quema se extiende generalmente hasta fines de octubre.
By ASSOCIATED PRESS