NUEVA YORK (AP) — Aretha Franklin sigue recibiendo R-E-S-P-E-T-O tras su muerte: la Reina del Soul fue reconocida el lunes con el Premio Pulitzer Mención Especial, convirtiéndose en la primera mujer en recibirlo desde que se instauró este honor en 1930.
La junta del Pulitzer dijo que le otorgaba el premio a Franklin por sus increíbles aportes a la música y la cultura estadounidenses a lo largo de más de cinco décadas.
Franklin murió el 16 de agosto de cáncer de páncreas en su casa en Detroit. Tenía 76 años.
La superestrella fue la primera mujer incorporada al Salón de la Fama del Rock and Roll en 1987.
La junta del Pulitzer entregó más recientemente la mención especial en 2010 a Hank Williams, el emblemático músico country que murió en 1953. Entre otros artistas honrados con el galardón están Duke Ellington, Bob Dylan, John Coltrane, Thelonious Monk, George Gershwin, Ray Bradbury, William Schuman, Milton Babbitt, Scott Joplin, Roger Sessions, Richard Rodgers y Oscar Hammerstein II.
Sólo otros 41 premios especiales se han entregado desde 1930, y los ganadores han ido desde individuos hasta organizaciones y grupos, como el New York Times, los escritores E.B. White, Alex Haley y Kenneth Roberts, la Universidad de Columbia y su escuela de posgrado en periodismo.
La inclusión de Franklin al exclusivo club reconfirma el impacto que su música y su voz tuvieron y siguen teniendo.
Franklin se convirtió en un ícono cultural de la canción y dominó de lejos como la voz popular más grande de su época. Su voz trascendió edades, categorías y su propia vida.
Era cantante profesional y pianista consumada para finales de su adolescencia y una superestrella en su veintena. Criada en Detroit, grabó cientos de canciones y tuvo docenas de éxitos a lo largo de medio siglo, incluyendo 20 No. 1 en las listas de R&B.
Pero su reputación fue definida por una extraordinaria cadena de éxitos Top 10 a finales de la década de 1960, desde ”(You Make Me Feel Like) A Natural Woman”, hasta “Chain of Fools” y “Respect”, una canción de Otis Redding que transformó en un himno mundial _ en especial para los movimientos feministas y derechos civiles _ haciéndola una de las canciones más reconocibles de todos los tiempos.
Vendió millones de discos y ganó incontables premios, incluyendo 18 Grammy, la Medalla Nacional de las Artes y la Medalla Presidencial de la Libertad, el máximo honor de la nación a un civil en Estados Unidos.
Cantó en las ceremonias de investidura de los presidentes Barack Obama, Bill Clinton y Jimmy Carter, e incluso en el funeral de la pionera de los derechos civiles Rosa Parks y la dedicatoria del monumento de Martin Luther King Jr.
Rolling Stone encabezó con Franklin su lista de los 100 mejores cantantes y también fue nombrada una de las artistas más importantes del siglo XX por la revista Time.
Franklin nació en Memphis, Tennessee, pero su familia se mudó a Buffalo, Nueva York, y luego se estableció en Detroit. Creció cantando en la iglesia con su padre, el reverendo C.L. Franklin, un prominente ministro bautista que grabó docenas de discos de sermones y de música. Ella lo acompañó en sus giras y lanzó un álbum góspel en 1956. Cuatro años después, firmó con Columbia Records y cuando su contrato se venció en 1966, se unió a Atlantic Records.
Fue ahí que su carrera se disparó con éxitos en las listas de pop y R&B como “Respect”, “I Say a Little Prayer”, “Think”, “Chain of Fools”, “Day Dreaming”, “(Sweet Sweet Baby) Since You’ve Been Gone”, “Rock Steady” y “Until You Come Back to Me (That’s What I’m Gonna Do)”.
Su álbum ganador del Grammy “Amazing Grace” es uno de los discos trascendentales no sólo en su discografía, sino en la música popular estadounidense. También es la base de la película “Amazing Grace”, filmada durante dos conciertos que dio en enero de 1972 en una iglesia de Los Ángeles y recientemente estrenada.