ORURO, Bolivia (AP) — El Carnaval de Oruro dio inicio el sábado con una procesión católica de miles de danzantes y músicos en las calles de esta ciudad del oeste de Bolivia hacia un templo donde los devotos adoran a la Virgen María, una peregrinación colorida y multitudinaria que se prolongará hasta la madrugada del domingo.
El carnaval, que reúne cada año a más de 25.000 danzantes y músicos, es la exhibición más fastuosa del rico folclore andino boliviano y en 2001 fue decretado Obra Maestra del Patrimonio Cultural por la UNESCO.
Miles de turistas del país y extranjeros se apostan en las calles a lo largo de seis kilómetros (3,7 millas) para presenciar el desfile.
“Esta es la única fiesta religiosa en la que los diablos son devotos y bailan junto a los ángeles para rendir pleitesía a la Virgen del Socavón (María)”, señaló Javier Medina, quien participa desde hace más de dos décadas en una danza centenaria llamada Diablada. Los danzantes portan una ornamentada careta de largos cuernos en forma de tirabuzón, dientes relucientes de espejos y adornos modernos.
La danza se origina en las creencias religiosas prehispánicas, que se funden con ritos cristianos durante la colonia y desde mediados del siglo XIX se mezclan los diablos, con la minería, el carnaval y el culto a la Virgen, explicó el historiador Fernando Cajías.
En esta ciudad minera a 120 kilómetros (74,6 millas) al suroeste de La Paz, los mineros inician sus jornadas con oraciones católicas y encomiendan sus vidas al diablo, al que llaman “tío” y que, según sus creencias, habita los profundos socavones.
Otro medio centenar de danzas de diverso origen y mestizaje se luce en esta festividad en la “capital del folclore” de Bolivia.
Similares festividades folclóricas tienen lugar en otras ciudades, aunque de menor relevancia, durante el carnaval y el largo feriado que finalizará el martes con una ofrenda a la Pachamama (Madre Tierra), a la que sus seguidores tributan por buenos augurios.
En la región rural andina, el carnaval también está asociado con el ciclo agrícola y se danza para pedir buenas cosechas y lluvias, según el antropólogo Milton Eizaguirre.
En otras ciudades del oriente, como Santa Cruz _la más poblada del país_ el carnaval tiene menos elementos andinos y en las fiestas callejeras bailan reinas sobre carruajes.