El príncipe George salió de paseo con su abuela Carole Middleton en Berkshire, Inglaterra, e inocentemente confesó su sobrenombre.
El pequeño se encontraba en la residencia de la mamá de Kate, junto con su hermana, la princesa Charlotte, ambos estaban disfrutando de una bonita tarde cuando se encontró con un lindo cachorro que llamó su atención.
El hijo del príncipe William se acercó a jugar con el canino y fue el momento en que la dueña del animal le preguntó su nombre, el cual ya sabía, sin embargo se llevó una gran sorpresa cuando el nene le respondió con un apodo inesperado.
La mujer no quiso revelar su identidad pero le contó al periódico "The Sun", "Un oficial me pidió que no tomara fotos de los niños, lo que no hice, pero George comenzó a acariciar a mi perro. Solo para ser amigable, le hice la plática y le pregunte cuál era su nombre, aunque obviamente ya lo sabía".
"Para mi sorpresa me dijo: 'Me dicen Archie' con una gran sonrisa en su rostro. No sé por qué se llama a sí mismo Archie, pero los niños usualmente juegan con sus nombres y creo que es adorable", aseveró la británica.
No se sabe si el príncipe usa este sobrenombre con su familia o si se presenta así por cuestiones de seguridad o para proteger su verdadera identidad. Lo que es un hecho es que los miembros de la familia real tienen distintos apelativos para distintas situaciones.
Por ejemplo, el nieto de la reina Isabel, William, cuando entró a la universidad eligió el nombre de Steve para poder pasar por un estudiante más y vivir una experiencia universitaria como la de cualquier otro.
Por su parte, el príncipe Harry usaba el apellido Gales dentro del ejército, tal como George usa Cambridge en el colegio.