CIUDAD DE MÉXICO (AP) — La familia de Emiliano Zapata visitó el miércoles una exposición que incluye una controversial pintura en la que se retrata al caudillo de la Revolución Mexicana de forma afeminada, lo que podría ser el inicio del fin de la polémica que provocó la obra esta semana.
“Creo que les gustó”, afirmó el miércoles a The Associated Press Luis Vargas, el curador de la exhibición “Emiliano. Zapata después de Zapata”, que abarca 100 años de representaciones visuales del líder campesino, incluida la pintura en que aparece desnudo sobre un caballo, con pose afeminada y con zapatos de tacón.
El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció por la mañana que la Secretaría de Cultura mediaría en la disputa entre el artista y la familia, y la visita de 15 descendientes de Zapata al Palacio de Bellas Artes podría ser parte de ese acercamiento.
De hecho, Vargas, el encargado de recorrer la exposición y explicarla a los familiares de Zapata, consideró que “el balance fue positivo” y no descartó el próximo fin de la polémica.
El cuadro, titulado “Revolución”, provocó la ira de familiares del “Caudillo del Sur”, quienes consideran que denigra su memoria y causó que el martes un centenar de campesinos tomaran durante unas horas el museo -el principal recinto artístico del país- para exigir el retiro de la pintura. Esa protesta acabó con el ataque de estos manifestantes a activistas por la diversidad sexual que llegaron a defender la obra.
López Obrador condenó el miércoles la violencia, dijo que a él la pintura no le incomodó --aunque no la había visto en vivo-- y abogó por el diálogo y la libertad de expresión. “Los artistas tienen toda la libertad y no puede haber censura”, señaló. “Y lo reprobable es que estas diferencias se quieran resolver con el uso de la fuerza”.
Fabián Cháirez, el artista chiapaneco autor de la obra, lamentó toda la polémica fruto, a su juicio, de una interpretación mal informada del cuadro y celebró la visita de la familia “para que vean de qué se trata”.
Según dijo, en ningún momento pretendía burlarse del histórico personaje, sino presentar “otra forma distinta de masculinidad, lejos de la hegemónica”.
“Es triste que se hagan estas declaraciones con encono y desinformación porque así se incita a la violencia”, señaló. Y abogó por que todos los mexicanos sigan cuestionando y defendiendo la libertad de expresión.
Jorge Zapata González, nieto de Zapata y quien se autodenomina vocero de la familia, dijo desconocer la visita del miércoles a la exposición, pero indicó a la AP en conversación telefónica que las autoridades culturales le habían llamado para sostener una reunión el jueves.
Zapata González insistió en su intención de demandar al pintor, aunque, según dijo, todavía está en consultas con sus abogados para saber cómo proceder y apoyó a los campesinos que se manifestaron agresivamente el martes, tanto en contra de la pintura como para denunciar problemas en el sector agrario del país.
La situación “se le ha salido de las manos al gobierno y a la secretaría de Cultura”, dijo. “Si no toman en serio el asunto y no hacen lo que exigimos, convocaremos a los campesinos”.
Estas palabras parecen indicar que dentro de la familia de Zapata hay claramente posturas encontradas y, de hecho, el propio López Obrador afirmó que los que se manifestaron violentamente no representaban a los descendientes de quien fuera uno de los líderes de la Revolución Mexicana de principios del siglo XX.
Mientras la familia paseaba por el museo, cerrado al público el miércoles por protestas laborales ajenas a la muestra, varias decenas de activistas de la comunidad LGTB defendían la libertad de expresión frente una bandera del arco iris extendida en la puerta del Palacio de Bellas Aires. Portaban pancartas con lemas como “Hasta que la diversidad sea costumbre”.
“Hay que aprovechar la polémica”, indicó Arturo Huerta, un arquitecto de 27 años que participó en el plantón y que se mostraba satisfecho de que haya sido el gobierno quien montara la exposición que, señaló, ha puesto de manifiesto brotes de intolerancia y homofobia en el seno de la sociedad mexicana. “Es todo un símbolo que el gobierno la impulse, es ejemplo de que sí podemos avanzar”.
Cháirez, por su parte, no ocultó su sorpresa. Recordó que esa pintura data de 2014 y que también entonces suscitó críticas, aunque en menor grado. No obstante, agradeció el apoyo del museo y de las autoridades culturales que, en todo momento, han defendido la exhibición de la obra.