CIUDAD DE MÉXICO (AP) — En su ópera prima “Manto de gemas”, la directora mexicana Natalia López Gallardo busca reflejar el impacto de la violencia de México sin llegar a imágenes o planteamientos obvios, aproximándose de manera intuitiva a una realidad compleja y matizada.
“Creo que el cine va mucho más allá de contar una historia, tiene que convertirse en una experiencia y una experiencia que está asentada en el cuerpo y en los sentidos”, dijo López Gallardo, en una entrevista reciente por videollamada desde su residencia en Ocotitlán, en el estado central de Morelos, donde también se filmó la película que se estrena este fin de semana en México.
“Manto de gemas”, galardonada con el Oso de Plata en el Festival de Cine de Berlín y el premio a la mejor dirección en el Festival Internacional de Cine de Morelia en 2022, presenta a una policía madre de un hijo que se involucra con el narcotráfico. Una mujer adinerada que ayuda a su empleada doméstica en su búsqueda de justicia y la aproximación de esta empleada con el crimen organizado.
Las tres viven en una zona rural de México y a pesar de que sus historias suenan como material de series o películas sangrientas, en el filme las cosas ocurren de forma pausada y con muchas capas que evitan picos de agresión, más bien como si fueran vistas a través de una cortina traslúcida o una nube de polvo.
“Mi intención era realmente captar una dimensión más psicológica y una especie de herida”, dijo la directora. “Hablando con la gente y conviviendo con ella, me di cuenta de que todos tenían la misma herida... Y que todos estábamos inmunizados. Las tragedias se normalizan y aprendemos a convivir con ellas de una manera natural y creo que es lo que nos ha sucedido”.
López Gallardo realizó una investigación por años sobre el impacto de la violencia en México, a la que califica de casi antropológica. Conversó con todo tipo de personas y pasó mucho tiempo “oyendo historias y sueños y recuerdos”, dijo.
“En un momento realmente me cuestioné si yo iba a poder transmitir esa dimensión del dolor que ha causado la violencia en todas sus manifestaciones y fue un momento de muchísima duda”, recordó.
En México, donde de cada 100 delitos que se cometen, solo casi 6 se denuncian y de cada 100 delitos denunciados, sólo 14 se resuelven, según datos de la organización no lucrativa Impunidad Cero, la falta de justicia es clave para los altos índices de violencia.
En “Manto de gemas” esto queda manifiesto en una escena en un ministerio público, donde niños, funcionarios, archivos y familiares, que tienen mejor información que las autoridades, conviven en un ambiente caótico desde el cual se pueden escuchar gritos de dolor, posiblemente de un familiar al que le han notificado de la muerte de un ser querido.
La oficina, como la presenta López Gallardo, es efectivamente un ministerio público real de Morelos, en la que la cámara ve y escucha a todos y a la vez a nadie.
“Cuando estuve en lugares así, donde la gente efectivamente iba a denunciar casos de secuestro, de desaparición, de robo, todo estaba mezclado”, dijo la cineasta. “Era una especie de mezcla de información, más información, más información y todo se apuntaba y se apuntaba y uno se preguntaba a dónde iba todo eso. Realmente si toda esa información y todos esos datos que la gente le invertía tenían un sentido práctico o era nada más el hacer algo para no desesperar en el dolor”.
López Gallardo estudió arquitectura y, posteriormente, cine en el Centro de Capacitación Cinematográfica de México. Previamente, se había desempeñado como editora de filmes como “Las tinieblas”, “Jauja”, “Heli” y “Luz silenciosa”. También tuvo una participación como actriz en el filme “Nuestro tiempo” del director Carlos Reygadas, quien es su esposo.
“Es una experiencia completamente diferente. Creo que la posición ideal a lograr o desde donde puedes pararte para hacerlo (dirigir) es la humildad”, señaló. “También la dirección parte un poco de un proceso de honestidad con uno mismo y después con los demás porque es un trabajo en equipo”.
“Manto de gemas” tiene un elenco protagónico integrado por actores naturales como Aída Roa y Antonia Olivares, así como por actores profesionales como Nailea Norvid (“Chronic”, “El club de los idealistas”) y Juan Daniel García Treviño (“Ya no estoy aquí”, “La civil”).
“Partí desde una posición de mucha apertura, no sabía si tenían que ser actores o actores naturales”, dijo López Gallardo. “Fue un disfrute trabajar con ellas porque realmente fue un trabajo basado en la confianza”.
A todos les dio el guion, pero en retrospectiva le gustaría no haberlo hecho, señaló la directora, que prefiere trabajar con indicaciones de forma oral: “La palabra escrita es muy severa”.
El filme es una coproducción entre México, Argentina y Estados Unidos. Parte del toque argentino lo tiene gracias a la artista plástica Mónica Poggio, quien en su papel debut interpreta a la madre de Isabel (Norvind), una mujer muy elegante, totalmente sumida en el privilegio.
“Justo la conocí cuando estaba empezando a escribir el guion y escribí para ella, pensando en ella”, dijo la directora. “Es una mujer que siempre me inspira una vitalidad brutal; Mónica tiene más de 70 años y es una mujer muy viva, siempre me atrajo su energía y su presencia”.
Olivares, quien da vida a María, es quizá la intérprete con el papel más complejo, al ser víctima y colaborar con victimarios, como muchos en México, sin cuestionárselo y sin poder decir su verdad.
“Esos dos universos a los que esta mujer pertenece son un cuestionamiento importante, que es bueno hacérselo”, dijo López Gallardo, quien seleccionó a Olivares en una prueba en el pueblo de Amatlán, en Morelos, después de observar a muchas candidatas.
“Desde que la vi, me cautivó la manera en la que se conectó”, dijo. “Me di cuenta de que ella tenía que ser María”.
Tras su estreno en México, “Manto de gemas” continuará su recorrido por festivales, incluyendo Italia y contempla un posible debut en salas de Estados Unidos. En abril, llegará al servicio de streaming Mubi. Su título proviene de una lectura de la directora.
“Creo que es una idea budista, no sé dónde lo leí, que dice que la realidad es un manto de gemas y que en cada gema se reflejan las demás”, dijo.