CIUDAD DE MÉXICO (AP) — En 1968, días después de la represión contra los estudiantes de Tlatelolco, un joven Alex Lora se preparaba para su primera tocada de rock. Cincuenta años e igual número de discos después, Lora sigue practicando “el deporte del rock and roll” y encuentra algunas cosas muy parecidas con aquel entonces.
“Las mismas incógnitas, los mismos cuestionamientos siguen existiendo y la situación es la misma, si te das cuenta”, dijo el músico en un entrevista reciente con The Associated Press a propósito de la celebración de su medio siglo de carrera. “En el 68 pasó todo, igual que ahora en el 2018 ha pasado de todo”.
José Alejandro Lora Serna, nacido en 1952 en Puebla, es artífice de himnos del rock mexicano como “Piedras rodantes”, “Triste canción”, “A.D.O.” y “El niño sin amor”, con las cuales ha sumado más de una generación de seguidores.
“El propósito es trascender y la música del Tri trascendió generaciones, trascendió estratos sociales, trascendió fronteras, trascendió. Para eso se necesita una poca de gracia”, dijo Lora, para quien el verdadero rock “tiene que decir cosas ciertas”.
“Si tú nada más lo que quieres es que compren tus discos, que te aplaudan y triunfar, pues puede ser que te dure un rato, pero si no dice cosas ciertas que tienen que ver con la vida de las personas no va a trascender... Cuando la música comunica el sentir de la raza es infinita, en el estilo musical que sea; cuando no, es desechable”.
En una época en la que el hip hop y la música urbana gozan de la celebridad que tenía el rock en décadas pasadas y fallecen cada vez más astros del género, Lora no teme que este tipo de música deje de existir, pues es consciente de que una nueva generación de rocanroleros lo contempla.
“El rock and roll no puede desaparecer porque es la música de la gente joven y el mundo es un mundo de gente joven, para que el rock and roll desapareciera tendría que morirse toda la gente joven”, dijo. “Los chavitos son los que se saben mejor que yo mis rolas y las disfrutan más, son los más prendidos porque sienten que es una música que no tiene compromisos y que hace lo que le da la gana”.
Lora dice sin titubear que nunca imaginó llegar a los 50 años en el rock, los cuales han implicado para él muchos años de ser chofer, jalar cables y cargar equipo. Lo que mejor le sabe de estas décadas es que han sido años ininterrumpidos y cuando dice ininterrumpidos es literal e incluye los años en los que su banda tocaba de lunes a domingo, algunos días con más de un concierto.
“Nunca hemos parado, no ha habido un receso de que vamos a pensar ahorita cómo va a ser nuestro próximo disco y luego vamos a hacer la gira del próximo disco”, dijo.
Entre sus grandes impulsos para mantenerse en activo destaca su esposa, mánager y corista Chela Lora, a quien de cariño dice es su domadora.
“Su participación es clave para que esto exista”, dijo. “Todo se lo debo _ como diría el (boxeador) Ratón Macías_ a mi mánager y a la virgencita de Guadalupe... A mi mánager porque ella es la que me organiza todo el numerito y a la virgencita porque es la que me ha dado la salud para cantarle a la raza durante tanto tiempo y la inspiración para inventar las rolas que he inventado”.
La fe de Lora en la virgen es total. En su estudio tiene más de un cuadro de la virgen, el día de su entrevista con AP llevaba una camiseta con su imagen estampada, y previo a su concierto del Palacio de los Deportes planeaba una misa en la Basílica de Guadalupe.
La virgen lo remonta a los orígenes de su carrera, cuando su madre le decía que se iba a morir de hambre si se dedicaba al rock.
“Yo le pedí a la virgencita que me concediera el milagro de poder dedicarme a la música y realmente es un milagro”, dijo. “Es un milagro que me concedió que pueda hacer lo que me gusta y vivir para hacer lo que me gusta”.
La presencia de la virgen es para Lora “definitiva”. Cuando era joven fue su ancla para pasar la etapa de sexo y drogas. Otro momento en el que la virgen fue un apoyo fue cuando su hija Celia Lora estuvo en prisión en 2010 por un accidente automovilístico en el que murió un hombre que trabajaba en la vía pública.
“Y ahorita en este momento sigue siendo mi ancla”, dijo Lora, y aseguró que antes de cada concierto o evento importante se encomienda a ella. “Es un impulso para seguir adelante”.
Para el concierto del sábado, Lora ha invitado a Andrés Calamaro y Panteón Rococó. El rockero espera que sean más de cuatro horas de música.
“A pesar de las broncas, las envidias, la satanización, los vetos, todo lo que hemos tenido que brincar para poder seguir adelante rocanroleando, aquí estamos tan frescos como hace 50 años”, dijo. “Todo el mundo está muy contento y todo mundo quiere participar porque es histórica, no cualquier día se cumplen 50 años de rocanrolear”.