A bordo de “La Bestia”, el auto blindado de 7 toneladas que lo condujo por las avenidas de Buenos Aires, el presidente Donald Trump llegó casi media hora más tarde de lo pautado a la Casa Rosada, donde lo esperaba su amigo Mauricio Macri. Ambos presidentes se sacaron una foto en el Salón Blanco ante la prensa del mundo e improvisaron una pequeña charla.
"Estamos muy contentos de tenerte acá, en nuestro país", saludó Macri y le agradeció el apoyo de Estados Unidos "especialmente en este año que estamos atravesando tiempos difíciles" y con relación al acuerdo con el Fondo Monetario. El Presidente destacó el trabajo conjunto en crimen organizado y seguridad interna entre los dos países: "Encontraremos muchas formas más de cooperar".
"Conozco a Mauricio desde hace un largo tiempo, era un hombre muy joven y muy apuesto, hicimos negocios con su familia, con su padre. En la época en que yo era solamente un ciudadano civil, sin saber que su hijo, en un momento, se convertiría en presidente de Argentina. Y, creo que tú tampoco sabías que yo me iba a convertir en presidente de los Estados Unidos", señaló Trump, relajado.
"Estaremos hablando de comercio, compras militares, de los viejos tiempos. Es un honor estar contigo. Estás haciendo un trabajo fantástico", finalizó el presidente norteamericano.
Tras el breve intercambio con la prensa se marcharon para desayunar juntos en el despacho del mandatario argentino. La reunión duró cerca de 45 minutos y fue a “agenda abierta”.
Del encuentro participaron seis funcionarios de cada país. Por Argentina estuvieron el jefe de Gabinete Marcos Peña, el canciller Jorge Faurie, los ministros Nicolás Dujovne y Patricia Bullrich, el embajador Fernando Oris de Roa, el secretario de Asuntos Estratégicos Fulvio Pompeo y Norberto Pontiroli. Por el lado de Estados Unidos, concurrieron John Kelly, el jefe de Gabinete, el secretario de Estado Michael Pompeo, el embajador Edward Prado, John Bolton (asesor en seguridad nacional), el asesor económico Larry Kudlow y la vocera de la Casa Blanca, Sarah Sanders.
La visita de Trump a Macri fue catalogada como “de Estado”, lo que le da una jerarquía que también consiguió el presidente chino Xi Jinping, que almorzará con Macri formalmente el domingo. Para el Gobierno, Estados Unidos es hoy el principal aliado internacional y los funcionarios valoran particularmente el apoyo fervoroso y explícito del estadounidense a las reformas económicas de Macri y al reciente acuerdo stand by alcanzado con el FMI para frenar las turbulencias financieras.
Dada la imprevisibilidad del presidente Trump y de lo poco que le agradan estas cumbres, el hecho de que haya venido finalmente a la Argentina es considerado todo un gesto, dado el antecedente de que ya había cancelado su visita a la cumbre de las Américas de Lima en abril, pocos días antes de que comenzara.
La visita de Trump a la Argentina es, además, la primera del jefe de la Casa Blanca a América Latina desde que asumió en enero de 2017 y la séptima de un jefe de Estado de EE.UU. al país. Barack Obama fue el último en pisar suelo argentino en marzo de 2016, apenas tres meses después de la toma de mando del presidente Macri.
Macri y Trump se reunieron por primera vez en la Casa Blanca, en abril del año pasado, junto a sus esposas Juliana y Melania. Allí Trump dijo que Macri era su “amigo desde hace más de 25 años” y la sintonía entre ambos fue evidente. Luego de un breve contacto durante la cumbre del G7 en Quebec, Canadá, en junio, volvieron a verse hace poco en septiembre durante un cóctel que el estadounidense ofreció a los presidentes que asistieron a la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.