WASHINGTON (AP) — El gobierno de Donald Trump impuso el lunes sanciones contra la compañía petrolera estatal de Venezuela, en una medida dirigida a aumentar las presiones sobre el presidente Nicolás Maduro para que ceda el poder a la oposición.
Con las sanciones anunciadas por el secretario del Tesoro Steven Mnuchin y el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Bolton, el gobierno cada vez más aislado de Maduro perdería el acceso a una de sus fuentes de ingresos y divisas más importantes, así como a aproximadamente 7.000 millones de dólares en activos de Petróleos de Venezuela, S.A.
Horas después del anuncio, Maduro catalogó de “criminales” las sanciones. En un mensaje transmitido en cadena de radio y televisión, el mandatario acusó a Washington de pretender “robarnos la empresa Citgo a todos los venezolanos. Alerta Venezuela”.
La medida fue tomada tras la inusual decisión de más de 20 países, incluido Estados Unidos, de reconocer al líder opositor de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, como presidente interino de Venezuela en lugar de Maduro, que fue reelegido el año pasado en unos comicios considerados por muchos como fraudulentos. La otrora próspera nación sudamericana vive un colapso económico por el que varios millones de sus ciudadanos han estado huyendo a países vecinos.
Bolton, en una conferencia de prensa en la Casa Blanca, resaltó que Washington sigue “exponiendo la corrupción de Maduro y sus compinches, y la medida de hoy asegura que ya no puedan saquear los bienes del pueblo venezolano”..
Bolton dijo que prevé que las medidas contra PDVSA resultarán en la pérdida de más de 11.000 millones de dólares en ingresos por exportaciones el año próximo.
La producción de crudo _el alma de la economía de Venezuela_ ha venido disminuyendo desde hace años. A pesar de contar con las mayores reservas del planeta, en la actualidad el país bombea apenas una tercera parte de los 3,5 millones de barriles diarios que extraía cuando el fallecido Hugo Chávez ascendió al poder en 1999.
La capacidad de refinación venezolana también ha declinado debido al deficiente mantenimiento y a la falta de personal capacitado. Ello ha provocado que dependa de Citgo, la rama de refinación de PDVSA con sede en Houston, para que refine el petróleo y envíe gasolina de vuelta a Venezuela a fin de satisfacer el mercado interno.
“Acaban de perder esa fuente de suministro”, dijo Russ Dallen, socio administrativo de Caracas Capital, una correduría.
Venezuela depende mucho de Estados Unidos para sus ingresos petroleros, ya que el 41% de sus exportaciones de crudo van a territorio estadounidense. Maduro puede canalizar los aproximadamente 500.000 barriles diarios de petróleo que se le venden actualmente a las refinerías de la costa del Golfo de México a mercados en Rusia, China, la India, Malasia y Tailandia.
Pero procesar las transacciones financieras internacionales es difícil sin tener que pasar por bancos estadounidenses o europeos. Los costos de transporte también aumentarían porque los puertos de Venezuela no están equipados adecuadamente para cargar los buques tanque con el fin de que lleven el petróleo a mercados distantes.
Eso significa que el país, que depende casi completamente de las exportaciones de petróleo para obtener divisas, tendrá aún menos capacidad para comprar alimentos y otros productos importados, lo que podría empeorar la escasez y profundizar el desplome de su economía.
Afuera de la sede de PDVSA en Caracas, oficinistas que hacían fila para abordar los autobuses rojos de la compañía buscaban información sobre el impacto inmediato de las sanciones de Estados Unidos.
En su mensaje, Maduro indicó que en las próximas horas anunciaría medidas en respuesta a las sanciones, sin dar otros detalles.
“Ya he dado las instrucciones precisas al presidente de PDVSA, dueño de Citgo, (para) iniciar las acciones políticas, legales ante tribunales estadounidenses y el mundo para defender la propiedad y la riqueza” de la filial estadounidense de la petrolera venezolana, afirmó en un acto de recibimiento del personal diplomático venezolano que regresó de Estados Unidos.
“Hago responsable a Donald Trump de cualquier violencia que pueda haber en Venezuela”, agregó.
Además, Maduro afirmó que las medidas adoptadas por Washington son “pedidas y amparadas por el diputado Guaidó, que se ha autoproclamado inconstitucionalmente jefe de Estado venezolano. Él ha promovido estás medidas, él avala estás medidas que le hacen daño económico a Venezuela”, acotó.
Guaidó, por su parte, agradeció a Washington que haya atendido la petición de la Asamblea Nacional, controlada por la oposición, que el 15 de enero aprobó un acuerdo para solicitar a 46 países _entre ellos Estados Unidos, Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Panamá, Perú, Rusia, China, Turquía, Emiratos Árabes y la Unión Europea_ la protección de los activos de Venezuela en el exterior ante la “usurpación de poder” por parte del Ejecutivo.
Esa medida tiene “el único objetivo que no sigan robando al pueblo de Venezuela”, afirmó Guaidó en una entrevista difundida la noche del lunes en la cadena de noticias CNN en español.
La medida “responde a proteger los activos de Venezuela” y evitar “que continúe el saqueo”, insistió.
Mnuchin dijo que cualquier dinero utilizado por entidades estadounidenses para adquirir petróleo venezolano se irá a una cuenta bloqueada en Estados Unidos, no al gobierno de Maduro.
Si Venezuela desea que se suspendan las sanciones, agregó, tendría que haber una transferencia rápida del control a Guaidó y a un gobierno elegido democráticamente que esté “comprometido a tomar acciones concretas y significativas para combatir la corrupción”.
Mnuchin dijo que el Departamento del Tesoro también tomó medidas el lunes para autorizar ciertas transacciones y actividades con PDVSA. Indicó que se permitirá que los activos de Citgo en Estados Unidos sigan operando, siempre y cuando cualquier fondo que estuviera destinado a la petrolera de propiedad estatal sea enviado a una cuenta bloqueada en Estados Unidos.
Venezuela “es un país muy rico en recursos petroleros”, afirmó Mnuchin. “No hay razón por la cual estos recursos no se usen para el beneficio económico de la gente allí”.
El funcionario dijo que no prevé que las sanciones eleven los precios de la gasolina en Estados Unidos.
La asociación American Fuel & Petrochemical Manufacturers, que representa al 95% del sector de refinación, ha cabildeado intensamente durante los últimos dos años contra cualquier sanción que pudiera interrumpir las importaciones de petróleo venezolano. El organismo emitió un comunicado en el que dijo que respalda el objetivo del gobierno de Trump de generar un cambio en el gobierno de Venezuela.
“Para ese fin, colaboraremos con el gobierno para minimizar cualquier interrupción innecesaria o impacto negativo al mercado y a los consumidores estadounidenses”, afirmó.
Mnuchin insistió en que las sanciones sólo tendrían un impacto “modesto” sobre las refinerías estadounidenses porque las exportaciones de crudo venezolano a Estados Unidos han disminuido constantemente a través de los años, especialmente en la última década luego de que su producción se desplomó como consecuencia de su larga crisis política y económica.
Estados Unidos importó menos de 500.000 barriles diarios de crudo venezolano y derivados del petróleo en 2017, un descenso en comparación con los más de 1,2 millones de barriles al día en 2008, de acuerdo con la Administración de Información de Energía.
Aun así, Venezuela ha sido el tercero o cuarto mayor abastecedor de crudo a Estados Unidos, y cualquier interrupción pudiera ser costosa para las refinerías. En 2017, Venezuela representó 6% de las importaciones estadounidenses de crudo.
Valero y Citgo están entre los mayores importadores de crudo venezolano.