WASHINGTON (AP) — Después de casi dos años de espera, el Departamento de Justicia de Estados Unidos se aprestaba a publicar el jueves por la mañana una versión expurgada del informe del fiscal especial sobre la injerencia rusa en las elecciones norteamericanas que ganó Donald Trump, con lo que comenzarán meses, o incluso años, de luchas sobre lo que significa el documento en un país profundamente dividido.
El presidente Trump repitió el jueves lo que se ha convertido en su estribillo diario de críticas contra la pesquisa sobre Rusia. “¡ACOSO PRESIDENCIAL!”, tuiteó. Agregó, sin presentar pruebas, que los agentes federales cometieron delitos como parte de la investigación.
Con la difusión del documento, con muchas partes ocultadas intencionalmente con franjas negras, Estados Unidos obtendrá algunas respuestas directamente del fiscal especial Robert Mueller, pero no antes de que el secretario de Justicia del presidente Donald Trump haga sus propios comentarios.
Incluso la mera publicación del reporte de casi 400 páginas rápidamente se convirtió en una lucha política el miércoles sobre si el secretario de Justicia, William Bar, intentará proteger al presidente que lo designó, tratando de sesgar los hallazgos del reporte antes de que los estadounidenses lo lean y saquen sus propias conclusiones.
Barr dará una conferencia de prensa a las 9:30 de la mañana para presentar su interpretación de los hallazgos del reporte, antes de ofrecer ejemplares expurgados al Congreso y a la ciudadanía. La conferencia de prensa, que primero anunció Trump durante una entrevista en radio, provocó de inmediato críticas de los demócratas en el Congreso.
La presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, dijo que Barr había “tirado su credibilidad y la independencia del Departamento de Justicia con su decidido intento de proteger” a Trump. Adicionalmente, el líder de la minoría del Senado, Chuck Schumer dijo: “el proceso está envenenado, incluso ante de que se publique el reporte”.
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Los periodistas de The Associated Press Mary Clare Jalonick, Lisa Mascaro y Zeke Miller en Washington y Jonathan Lemire y Jennifer Peltz en Nueva York contribuyeron con este despacho.