NACIONES UNIDAS (AP) — El mundo volvió a condenar el jueves el embargo contra Cuba, incluso después de que Estados Unidos presionara para inclinar la balanza a su favor en el voto anual que la Asamblea General de las Naciones Unidas hace cada año para denunciar ese bloqueo.
Un total de 189 países que componen la Asamblea de 193 Estados miembros votaron a favor de condenar el bloqueo que Estados Unidos impuso a la isla desde la década de 1960. Sólo Israel y Estados Unidos votaron en contra de la condena, no hubo abstenciones y Moldavia y Ucrania no votaron.
La votación ocurrió después de que la mayoría del organismo se declarara en contra de ocho enmiendas que Estados Unidos propuso a la resolución que condena el embargo. Las enmiendas llamaban a que Cuba permita a sus ciudadanos tener derecho a la libre expresión y condenaban la falta de acceso a la información. Asimismo, expresaban la preocupación por la existencia de una central única de trabajadores y pedían que se rindiera cuentas sobre las violaciones a los derechos humanos en la isla.
Nikki Haley, la embajadora estadounidense ante las Naciones Unidas, expresó su decepción tras el voto.
“No hubo ganadores hoy aquí, sólo hubo perdedores”, señaló. “La ONU ha perdido. Ha rechazado la oportunidad de hablar a favor de los derechos humanos. El estatuto de la ONU nos obliga a cada país aquí presente a promover la paz, la seguridad y los derechos humanos. Ese estatuto fue traicionado hoy”.
La resolución se vota cada año en la ONU para condenar las medidas impuestas por Washington a fin de presionar un cambio de sistema político y social en la isla tras la llegada de Fidel Castro al poder. La votación se hace desde 1992 y no tiene carácter vinculante, por lo que Estados Unidos puede hacer caso omiso de la opinión del resto de los países.
Antes del voto el canciller cubano Bruno Rodríguez dio un largo discurso criticando el bloqueo y las enmiendas estadounidenses a la resolución del jueves, calificándolas de “burla a esta Asamblea”.
“Debo denunciar que la escalada de pronunciamientos, actos y amenazas del gobierno de Estados Unidos contra Cuba no tiene otro objetivo que conducir a un clima de mayor tensión bilateral”, señaló.