El expresidente Donald Trump y la vicepresidenta Kamala Harris coinciden al menos en una cosa: ambos dicen que quieren eliminar los impuestos federales sobre las propinas de los trabajadores.

Pero los expertos dicen que hay una razón por la que el Congreso no ha hecho ya un cambio de ese tipo. Sería complicado, por no hablar de enormemente costoso para el gobierno federal, promulgarlo. Animaría a muchos trabajadores mejor pagados a reestructurar su remuneración para clasificar parte de ella como "propinas" y así evitar impuestos. Y, al final, probablemente no ayudaría a millones de trabajadores de bajos ingresos.

"No hay manera de que no sea un desastre", dijo James Hines Jr., profesor de derecho y economía y director de investigación de la Oficina de Investigación de Política Tributaria de la Escuela de Negocios Ross de la Universidad de Michigan.

Ambos candidatos dieron a conocer sus planes en Nevada, un estado con una de las mayores concentraciones de trabajadores del sector servicios que reciben propinas en el país. Trump anunció una propuesta para excluir las propinas de los impuestos federales el 9 de junio. Harris anunció una propuesta similar el 10 de agosto.

Los detalles han sido escasos. Ninguno de los dos equipos de candidatos ha dicho si eximiría las propinas sólo del impuesto sobre la renta, sólo del impuesto sobre la nómina o de ambos. El impuesto sobre la nómina financia la Seguridad Social y Medicare.

La campaña de Harris ha dicho que trabajaría con el Congreso para redactar una propuesta que incluiría un límite de ingresos y otras disposiciones para evitar abusos por parte de individuos ricos que podrían intentar estructurar su compensación para clasificar ciertos honorarios como propinas.

Su campaña dijo que estos requisitos, que no especificó, tendrían como objetivo “evitar que los administradores de fondos de cobertura y los abogados estructuren sus compensaciones de manera que intenten sacar ventaja de la política”. La campaña de Trump no ha dicho si su propuesta incluiría tales requisitos.

Aun así, Hines sugirió que millones de trabajadores —no sólo los ricos— buscarían modificar su remuneración para incluir propinas, e incluso podrían hacerlo legalmente. Por ejemplo, dijo, una empresa podría crear una entidad separada que recompensaría a sus empleados con propinas en lugar de bonificaciones de fin de año.

“Los contribuyentes presionarán a sus abogados para que traten de caracterizar sus ingresos por sueldos y salarios como propinas”, dijo Hines. “Y algunos tendrán éxito, inevitablemente, porque es imposible redactar reglas infalibles que cubran todas las situaciones”.

Los partidarios republicanos de Trump sostienen que las preocupaciones de Hines son exageradas. Darin Miller, portavoz del senador Ted Cruz de Texas, dijo que el Servicio de Impuestos Internos tiene una definición precisa de propinas y sostuvo que la reclasificación de los salarios se consideraría fraude.

Miller señaló que algunos demócratas se han sumado a la causa de un proyecto de ley que Cruz presentó en junio y que eximiría las propinas del impuesto federal sobre la renta. También se ha presentado en la Cámara un proyecto de ley que exime las propinas del impuesto sobre la nómina y sobre la renta.

Aunque los partidarios dicen que las medidas están diseñadas para ayudar a los trabajadores con salarios bajos, muchos expertos dicen que hacer que las propinas estén libres de impuestos solo brindaría una ayuda limitada a esos trabajadores.

El Budget Lab de Yale, un centro de investigación de políticas no partidista, estima que en 2023 había 4 millones de trabajadores estadounidenses en ocupaciones que recibían propinas. Eso equivalía a alrededor del 2,5% de todos los empleados, incluidos camareros de restaurantes y esteticistas.

Los trabajadores que reciben propinas tienden a ser más jóvenes, con una edad promedio de 31 años, y con ingresos más bajos. El Budget Lab dijo que el salario semanal promedio de los trabajadores que reciben propinas en 2023 fue de $538, en comparación con aproximadamente $1,000 para los trabajadores que no reciben propinas.

Como resultado, muchos trabajadores que reciben propinas ya soportan una carga impositiva menor. En 2022, el 37% de los trabajadores que reciben propinas tenían ingresos tan bajos que no pagaban ningún impuesto federal sobre la renta, según The Budget Lab.

"Si el problema es que le preocupan los contribuyentes de bajos ingresos, hay formas mucho mejores de abordar ese problema, como ampliar el Crédito Tributario por Ingreso del Trabajo o cambiar las tasas impositivas o modificar las deducciones", dijo Hines.

En su discurso en Nevada, Harris también pidió aumentar el salario mínimo federal (la plataforma en el sitio de campaña de Trump no menciona el salario mínimo).

Cambiar la política fiscal federal sobre las propinas también sería costoso. El Comité para un Presupuesto Federal Responsable, un grupo no partidista, estima que eximir todos los ingresos por propinas de los impuestos federales sobre la renta y la nómina reduciría los ingresos entre 150.000 y 250.000 millones de dólares entre 2026 y 2035. Y dijo que esa cantidad podría aumentar significativamente si la política cambiara de comportamiento y más personas declararan los ingresos por propinas.

Ya sea que Trump o Harris ganen las elecciones presidenciales, la política fiscal ocupará un lugar destacado en la agenda del Congreso en 2025, porque los recortes impositivos de la era Trump, aprobados en 2017, están a punto de expirar. Pero Hines dijo que cree que el Congreso no tendrá prisa en agregar “enormes cantidades de complejidad” al código tributario.

“Un candidato presidencial puede decir lo que quiera, pero son la Cámara y el Senado los que tienen que hacerlo”, dijo.

DEE ANN DURBIN

Cubro la industria de alimentos y bebidas.

(AP Foto/Mark Lennihan, Archivo)