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FORESTHILL, California, EE.UU. (AP) — Un enorme incendio forestal en el norte de California sigue expandiéndose y amenazando a miles de viviendas, pero los bomberos han logrado algunos avances gracias a un clima más frío, informaron autoridades el domingo.
El Incendio Mosquito Fire en las colinas al este de Sacramento creció a unos 168 kilómetros cuadrados (65 millas cuadradas), aunque está contenido en un 10%, según el Departamento de Bosques y Protección de Incendios de California (Cal Fire).
“Las temperaturas más frías y la mayor humedad ayudaron a contener el fuego” pero los fuertes vientos llevaron las llamas más hacia el este y noreste, según un reporte de Cal Fire.
Más de 5.800 estructuras en los condados de Placer y El Dorado estaban amenazadas. Más de 11.000 habitantes de comunidades incluyendo Foresthill y Georgetown han recibido órdenes de evacuación.
En el sur de California, las temperaturas más frescas y la lluvia ayudaron a los bomberos en el combate al enorme Incendio Fairview, a unos 121 kilómetros (75 millas) al sudeste de Los Ángeles, luego de sufrir un sofocante calor la semana pasada.
El incendio, de 114 kilómetros cuadrados (44 millas cuadradas) estaba contenido en un 45% el domingo. Esas llamas han destruido por lo menos 30 viviendas y otras estructuras en el condado Riverside. Dos personas murieron cuando trataban de huir de las llamas.
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CIUDAD DE MÉXICO (AP) — México y Estados Unidos planean aprovechar la enorme inversión del gobierno del presidente estadounidense Joe Biden en la manufactura de semiconductores para impulsar la integración de sus cadenas de suministro y la producción de vehículos eléctricos a través de la industria mexicana del litio, informaron funcionarios de ambos países el lunes.
Las iniciativas de las dos naciones tienen como fin disminuir la ventaja de Asia en el terreno de los semiconductores y de las baterías necesarias para los vehículos eléctricos, y promover la producción norteamericana.
Esos fueron algunos de los principales temas que se abordaron en el Diálogo Económico de Alto Nivel entre los dos países en la capital mexicana.
“Elementos fundamentales de las cadenas de suministro de semiconductores ya están bien establecidos en México, con compañías estadounidenses como Intel y Skyworks que realizan investigación y desarrollo, diseño, ensamblado y manufactura de prueba en partes de México”, dijo el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken.
Blinken y la secretaria de Comercio estadounidense, Gina Raimondo, habían hablado horas antes con el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador acerca de las oportunidades para que México aproveche una ley aprobada recientemente en el Congreso de Estados Unidos, la cual proporcionaría 28.000 millones de dólares en incentivos para la producción de semiconductores, 10.000 millones de dólares para nueva manufactura de chips y 11.000 millones de dólares para investigación y desarrollo.
López Obrador, por su parte, explicó su plan para convertir al estado norteño de Sonora en líder en la producción de litio, vehículos eléctricos y energía solar, indicó el secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard. El presidente mexicano dijo el mes pasado que ya había discutido la idea con Biden.
Leer más: México y EEUU cooperan en semiconductores y autos eléctricos
WASHINGTON (AP) — Los estadounidenses conmemoraron el domingo los sucesos del 11 de septiembre de 2001 con homenajes en medio de lágrimas y promesas de “nunca olvidar”, 21 años después de los atentados terroristas más letales en la historia del país.
Bonita Mentis, que portaba un collar con una fotografía de su hermana asesinada, Shevonne Mentis, aún siente la pérdida como si hubiese ocurrido ayer.
“Han pasado 21 años, pero para nosotros no son 21 años. Parece que fue apenas ayer”, dijo antes de leer los nombres de las víctimas en el World Trade Center frente a una multitud en la que estaban la vicepresidenta Kamala Harris y su esposo Doug Emhoff.
En el Pentágono, que también fue atacado ese 11 de septiembre, el presidente Joe Biden se comprometió a que Estados Unidos seguirá trabajando para erradicar los atentados terroristas, y exhortó a los estadounidenses a defender la “democracia misma que garantiza el derecho a la libertad que esos terroristas intentaron sepultar el 11 de septiembre en el fuego, humo y cenizas”. La primera dama Jill Biden habló en el monumento conmemorativo al Vuelo 93 en una pradera en Shanksville, Pensilvania, y estuvo acompañada por su hermana Bonny Jacobs.
El 11 de septiembre de 2001, extremistas de la red Al Qaeda se apoderaron de cuatro aviones de pasajeros para utilizarlos como misiles, estrellándolos contra el Pentágono y las Torres Gemelas del World Trade Center. La cuarta aeronave se dirigía a Washington, pero se estrelló cerca de Shanksville luego de que tripulantes y pasajeros intentaran allanar la cabina de los pilotos.
Los atentados derivaron en la muerte de casi 3.000 personas, obligaron a reconfigurar las políticas de seguridad nacional y desataron una “guerra contra el terrorismo” por parte de Estados Unidos a nivel mundial. Las ceremonias del domingo se llevaron a cabo poco más de un mes después de que Ayman al Zawahri, un personaje clave de Al Qaeda que ayudó a orquestar los ataques del 11 de septiembre, muriera al ser atacado por un dron estadounidense.
Pierre Roldan, que perdió a su primo Carlos Lillo, un paramédico, dijo que “tuvimos cierta forma de justicia” cuando Osama bin Laden murió a consecuencia de un ataque de Estados Unidos en 2011.
“Ahora que Al Zawahri se ha ido, al menos se nos sigue haciendo justicia”, declaró Roldan.
El autoproclamado cerebro de los ataques, Jalid Shaikh Mohamed, aún aguarda su presentación ante un tribunal militar, acción largamente postergada. Un abogado de uno de los codemandados de Mohamed confirmó esta semana las negociaciones en curso para un posible acuerdo con el fin de evitar un juicio y que se impongan sentencias menos duras, aunque largas de todas formas.
En una entrevista el sábado con The Associated Press, Jill Biden recordó haberse “muerto de miedo” al pensar que su hermana, azafata de United Airlines, pudiese estar en uno de los cuatro aviones secuestrados por los terroristas.
“Le llamé a Bonny para ver dónde estaba porque estaba muerta de miedo... No sabía dónde estaba, si estaba volando, dónde estaba”, recordó la primera dama. “Y entonces hallé que estaba en su casa”.
Biden había acudido a impartir su clase al Delaware Technical Community College, y luego se fue directo a casa de su hermana después de que las clases se suspendieron.
En sus declaraciones en Shanksville, la primera dama dijo que, después de que la conmoción por los hechos del 11 de septiembre “se tornó en tristeza” y ella ya había hablado con su esposo y sus hijos, pensó en su hermana, que sigue laborando como azafata para United Airlines.
“Es un trabajo que ella ha amado por muchos años, y sabía que el peso de esta tragedia sería más duro para ella”, señaló Jill Biden “Cuando llegué a su casa, me di cuenta que tenía razón. Ella no sólo había perdido a colegas. Había perdido a amigos”.
“Pero sé que, a medida que nos enteramos de más cosas acerca de ese día oscuro, ella sintió orgullo por lo que ocurrió aquí también, orgullo de que fueron sus colegas sobrecargos y los pasajeros del Vuelo 93 de United los que contraatacaron, los que ayudaron a detener el avión para que no cobrara un incontable número de vidas en la capital de nuestra nación”, agregó.