
El ritual tuvo un significado adicional para Joenia Wapichana, la primera mujer indígena de Brasil en encabezar la agencia encargada de proteger la selva amazónica y su gente. Una vez que preste juramento el próximo mes bajo el gobierno del nuevo presidente Luiz Inácio Lula da Silva, Wapichana promete limpiar una agencia que, según los críticos, ha permitido que se exploten los recursos de la Amazonía a expensas del medio ambiente.
Mientras Wapichana realizaba el ritual, indígenas y funcionarios coreaban con entusiasmo: “¡Yuju! ¡La Funai es nuestra!”, una referencia a la Fundación Nacional del Indio, la agencia que ella dirigirá.
Ambientalistas, pueblos indígenas y los votantes que simpatizan con sus causas fueron importantes para la estrecha victoria de Lula ante el expresidente Jair Bolsonaro. Ahora Lula trata de cumplir las promesas de campaña que hizo sobre una amplia gama de temas, desde la expansión de los territorios indígenas hasta detener el aumento de la deforestación ilegal.
Para llevar a cabo estos objetivos, Lula está nombrando a ambientalistas e indígenas reconocidos a puestos clave en la Funai y otras agencias que Bolsonaro ocupó con aliados de la agroindustria y jefes militares.

En la más reciente de las manifestaciones que por más de un mes han sacudido a la nación y que han dejado al menos 55 fallecidos, los manifestantes caminaron por las calles del centro histórico de Lima y tras acercarse a la icónica plaza San Martín, cientos de agentes les impidieron el ingreso.
Los manifestantes se mantuvieron en una calle cercana de forma pacífica. Algunos lanzaron piedras a los policías, que respondieron con bombas lacrimógenas. Las autoridades también desalojaron a varias personas que se encontraban en un parque aledaño.
En otras regionales del país, como Cusco y Arequipa, también se registraron manifestaciones y algunos intentos de tomar los aeropuertos locales, según las autoridades.
La presidenta Boluarte criticó por la noche las protestas por no tener “ninguna agenda social que el país necesita” y cuestionó quién financia a los manifestantes.
“Ustedes quieren quebrar el estado de derecho, quieren generar caos y para dentro de ese caos y desorden, tomar el poder de la nación, están equivocados”, dijo la mandataria.

“Esas venganzas de politiqueros y corruptos nosotros no las vamos a aceptar, más cuando intentan vulnerar la soberanía nacional, así que ellos toman sus decisiones, nosotros las nuestras”, aseguró Petro a la prensa desde Suiza, donde asiste al Foro Económico Mundial de Davos.
El desacuerdo inició el lunes luego de que el Ministerio Público de Guatemala anunciara que emprenderá acciones legales contra Iván Velásquez, actual ministro de Defensa colombiano y quien lideró la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG).
La CICIG, un organismo de las Naciones Unidas, cerró en 2019 y Velásquez tuvo que salir de Guatemala por tensiones con el presidente Jimmy Morales a raíz de sus investigaciones. La CICIG llevó a juicio a tres expresidentes, incluido el general Otto Pérez Molina y acusó a más de 1.500 personas por corrupción, entre ellas a funcionarios de gobierno, jueces y empresarios.

“Este es un momento crucial. Rusia se está reagrupando, está reclutando y está intentando reequiparse”, advirtió el secretario estadounidense de Defensa, Lloyd Austin, al inicio de la reunión.
Zelenskyy, que intervino en directo por videoconferencia, señaló que el “terror no admite discursión” y que “la guerra que inició Rusia no permite demoras”.
Afirmando que este es un momento decisivo para Ucrania y una “década decisiva para el mundo”, Austin apuntó que la presencia del grupo de aliados en Alemania demostraba su unidad y compromiso de seguir apoyando a Kiev.
“Tenemos que mantener nuestro impulso y nuestra determinación. Tenemos que ir aún más allá”, dijo el funcionario estadounidense a los 50 líderes de defensa presentes, presencialmente u online, en la cumbre.

Los partidarios de Castillo, el primer presidente de origen rural en 200 años de república, esperan que la protesta abra un nuevo capítulo en las movilizaciones que comenzaron hace más de un mes y exigen la renuncia de Boluarte y un cambio estructural en el país. Castillo fue destituido tras un intento fallido de disolver el Congreso.
Hasta ahora, las protestas se habían registrado principalmente en el sur de los Andes. En total, 53 personas han muerto en los disturbios, la mayoría en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
Al dirigir la protesta a Lima, los manifestantes esperan dar un nuevo impulso al movimiento que comenzó cuando Boluarte, que entonces era la vicepresidenta, juró el 7 de diciembre en sustitución de Castillo pese a haber prometido exactamente un año antes en una ceremonia pública en el sur del país que, si el mandatario era cesado, ella renunciaría al cargo porque su lealtad era “a prueba de balas”.