José Altuve, Carlos Correa y compañía buscan más laureles. El venezolano Luis García parece haber encontrado ya la fórmula para brillar en playoffs. Los demás lanzadores de Houston, incluido el dominicano Framber Valdez, se enfrentarán a Ozzie Albies, Austin Riley y a todos esos bateadores jóvenes de Atlanta.
Y Dusty Baker seguirá persiguiendo una coronación en otoño como mánager.
Bravos-Astros, mucho sabor en esta Serie Mundial, en la que incluso un padre se enfrentará a su hijo.
Brian Snitker es manager de los Bravos. Su hijo Troy se desempeña como coach de bateo en Houston.
“Sabemos que los Snitker vamos a tener un trofeo de la Serie Mundial en casa”, dijo el piloto de los Bravos. “No sé quién va a obtenerlo, pero vamos a tener uno, y eso es muy agradable”.
Un duelo que tardó seis décadas en gestarse confrontará a dos equipos que llegaron a militar en la Liga Nacional y que se han topado más de 700 veces, incluidas cinco series de playoffs.
Tan sólo hay que recordar a Hank Aaron y Jimmy Wynn librando un Derby de Jonrones en el Astrodome. O a Greg Maddux, Tom Glavine y John Smoltz enfrentando a Jeff Bagwell y Craig Biggio en una noche de junio.
Por la calendarización y el COVID-19, los Astros y los Bravos no se enfrentan desde 2017. Chocarán el martes, en el primer juego del Clásico de Otoño, en Houston.
Los Astros abren como favoritos por 3-2, de acuerdo con el sitio FanDuel.
Y hay que ser claros: Hay muchos fanáticos que preferirían no ver a ninguno de estos dos equipos a estas alturas de octubre.
El venezolano Altuve, el boricua Correa, Alex Bregman y el cubano Yuli Gurriel cargarán por siempre con la etiqueta de tramposos, tras formar parte de los Astros que idearon un sistema para robar señales, en camino a la conquista de la Serie Mundial de 2019.
En el Minute Maid Park encuentran ovaciones. En todos los demás parques los recibe la hostilidad reservada a los peores villanos de las mayores.
“Desde que surgieron las malas noticias, hemos tenido que lidiar con lo ocurrido en 2017, y creo que todos queremos demostrar la clase de jugadores que somos”, dijo el cubano Yordan Álvarez, Jugador Más Valioso de la Serie de Campeonato de la Liga Americana.
“Yo no estaba aquí con el equipo en 2017, pero me han abucheado como a todos los demás. Así que pienso que tenemos la misma mentalidad de querer un triunfo en la Serie Mundial para demostrar que somos un gran equipo”.
Los Bravos se sobrepusieron a las lesiones que pusieron fin a las campañas del dinámico venezolano Ronald Acuña Jr. en julio. Repuntaron tras languidecer con una foja de 52-55 a comienzos de agosto, gracias a la ayuda que brindó Eddie Rosario, el Jugador Más Valioso de la Serie de Campeonato de la Nacional.
Aunque el plantel cambió, los sonidos e imágenes persisten. Durante la Serie de Campeonato, los fanáticos en el Truist Park hicieron referencia a los “tomahawks” y entonaron cánticos supuestamente inspirados en etnias originarias de Estados Unidos.
Durante una era en que se busca una mayor justicia social, los Indios de Cleveland cambiaron su nombre a Guardianes, y el equipo de fútbol americano de Washington se deshizo de su mote considerado racista.
Atlanta no ha anunciado modificaciones, y ello seguramente llamará la atención durante la Serie Mundial.
En el terreno — y en la cueva — las miradas estarán puestas en Baker.
Fue campeón de la Serie Mundial como jugador con los Dodgers de Los Ángeles en 1981 y ha conducido a cinco equipos a los playoffs como mánager pero sin poder conquistar la corona.
Baker tomó este trabajo en 2020 tras el escándalo de Houston — “aún tengo algunas cosas que tengo pendiente” — y a sus 72 años, con copiosas credenciales, tendrá otra oportunidad.
“El año pasado, me sentí como un maestro suplente, la verdad que sí. Era un extraño”, dijo Baker. “Pero este año, me hicieron sentir como uno de ellos, y yo estoy con ellos. De eso se trata. Todo el mundo habla del trabajo colectivo, de un equipo, pero es una cuestión de armonía mutua”.
Baker guarda muchos recuerdos con respecto a este duelo. Al jugar en los Bravos junto a Hank Aaron en 1968, dio su primer hit de Grandes Ligas en el Astrodome en una derrota ante Jimmy Wynn y Houston.
Con el paso de los años, esos equipos se midieron numerosas veces, a partir del estreno de los Colt .45s en Houston contra los Bravos de Milwaukee. Fueron los tiempos del receptor Joe Torre tirando hacia a un joven Joe Morgan, los hermanos Niekro frente a frente y Nolan Ryan contra Dale Murphy.
Los .45s pasaron a ser los Astros en 1965 y desde 1997-2005, los clubes se toparon cinco veces en series divisionales de la Liga Nacional, con Atlanta imponiéndose en tres. Houston se mudó de la Central de la Nacional al Oeste de la Americana en 2013.
Snitker no se perdió ninguno. El piloto de 66 años lleva cuatro décadas en la organización de los Bravos como jugador, coach y dirigente.
Estuvo pendiente la noche del viernes cuando los Astros de su hijo Troy derrotaron a Boston en un sexto juego para consagrarse campeones de la Liga Americana.
“Fue lindo. Estoy muy orgulloso de él. Charlamos por FaceTime. Pude ver la celebración”, dijo Snitker padre previo a que los Bravos doblegaron en el sexto duelo por el título de la Nacional.
“Lo que le dije que fue la primera vez no era fácil, que cuesta mucho llegar a esto, lo que vimos. Pero ha sido una gran experiencia para él y estoy feliz por él. Le dije que esperaba tener un encuentro”, relató.
Horas después, él y los Bravos estaban en camino.