El domingo, en el General Santander todo fue festivo. Unos 25 mil hinchas se dieron cita para apoyar al equipo motilón que con goles supo compensar el apoyo. Hasta el técnico Sebastián Méndez se sorprendió al ver las tribunas llenas.
Sin más novedades que Jhon Hernández por Jeysen Núñez en la titular, el equipo motilón salió a atacar desde el primer minuto y el Bucaramanga esperó a ver el planteamiento de los de casa.
Al minuto 5, Hernández puso un pase a Luis Miranda que se topó con el arquero visitante y evitó el primero del Cúcuta. Ya se preveía lo que sería el partido.
Y a los 13 minutos, en una jugada colectiva por la banda derecha, liderada por James Castro, se empezó a gestar el triunfo motilón con un balón al centro que el goleador del Cúcuta Jhonathan Agudelo envió al fondo de la red, con un potente cabezazo al lado izquierdo del portero visitante.
Con el marcador a favor, seis minutos después del primer gol, un nuevo centro al área de Castro, que encontró bien ubicado a Luis Miranda, aumentó el marcador para los motilones. El gol encendió la fiesta en el General Santander. El técnico celebró a rabiar y los jugadores se animaron entre sí.
Sin embargo, cuando el Cúcuta hacía su mejor fútbol, el partido se tuvo que detener porque en la tribuna hubo un desafortunado incidente entre las barras. Los jugadores del equipo motilón tuvieron que ir a calmar los ánimos en la grada. Esos minutos afectaron el buen ritmo de juego que llevaban los de casa y les dio un respiro a los de la visita.
Cuatro minutos después, el juego se reanudó y el Bucaramanga se vio más agresivo futbolísticamente y consiguió el gol del descuento por intermedio de Jhon Pérez.
Motivados por el momento, siguieron llegando con peligro al área cucuteña y cuando ya se jugaba el tiempo de reposición, Gabriel Gómez remató de cabeza a quemarropa desde el lado derecho y anotó el gol del empate.
Ahora, con un Bucaramanga con confianza, la tarea de los motilones era reencontrar ese orden de los primeros minutos y volver a generar opciones de gol.