Cuidándose de filtraciones de sus planes tácticos, los dos protagonistas de la primera final única de la Copa Libertadores empezaron a entrar en calor para el partido que se jugará en el estadio Monumental de Lima el sábado.
La práctica de Flamengo fue en un estadio donde el gramado estaba rodeado de una inmensa tela de color negro que impedía ver las estrategias del técnico portugués Jorge Jesús.
Cientos de hinchas del Mengao estuvieron alentando a su equipo en los exteriores de la Villa Deportiva Nacional, y algunos subieron hasta el cuarto piso de una casa cercana para ver trotar al equipo de Río de Janeiro.
Luego de las prácticas, el lateral izquierdo Filipe Luis dijo a la prensa que River Plate es el “mejor equipo del momento...y tiene un grupo acostumbrado a jugar finales”. Pero el ex del Atlético de Madrid detalló que el sábado “los detalles” serán vitales en el triunfo, por lo que su equipo buscará “estar tranquilo” y no podrán “dejar pasar a las emociones”.
Por su parte, el volante uruguayo Giorgian de Arrascaeta comentó que la final única será “un día que pasará a la historia” porque su “sueño siempre fue conquistar la Libertadores”.
River, bajo las órdenes de su entrenador Marcelo Gallardo, fue más abierto durante sus prácticas por la tarde en el estadio del popular equipo Alianza Lima, en el distrito capitalino de La Victoria.
“Este tipo de partidos son los que nos gustan”, dijo el atacante colombiano Rafael Santos Borré. “Estamos preparados para la final”.
Durante la mañana, antes de que abandonen sus respectivos hoteles, los jugadores del Mengao y el Millonario fueron sorprendidos por los equipos de la CONMEBOL que les tomaron muestras para el control antidopaje.
Es la primera vez que la final de la Copa Libertadores se definirá en un único encuentro. El partido en el estadio Monumental de Lima se decidió de forma sorpresiva a inicios de mes luego que la CONMEBOL cambió la sede inicial en Santiago debido a las intensas protestas en las calles de miles de chilenos que reclaman mejores condiciones de vida.
También es la segunda vez consecutiva que el partido decisivo de la Libertadores cambió de sede. El año pasado, el cotejo de vuelta de la final River-Boca Juniors debió trasladarse a Madrid. La decisión se tomó luego que hinchas de River atacaron con piedras y otros proyectiles el autobús en el que llegaban los jugadores de Boca al estadio de sus rivales acérrimos para disputar el encuentro.
River ganó por 3-1 en el estadio Santiago Bernabéu de la capital española.