RAFAH, Franja de Gaza (AP) — Ataques israelíes mataron al menos a 28 palestinos en el sur de Gaza y sus tropas asaltaron uno de los últimos hospitales operativos en el norte, mientras el país continuaba con su ofensiva contra Hamás el martes con apoyo renovado de Estados Unidos, pese a la creciente alarma internacional.
La ofensiva, lanzada en respuesta al ataque de Hamás del 7 de octubre contra Israel, ha matado a más de 20.000 palestinos, desplazado a unos 1,9 millones de personas, arrasado buena parte del norte de Gaza y provocado ataques contra objetivos estadounidenses e israelíes en toda la región.
Los ataques contra barcos en el mar Rojo por parte de los rebeldes hutíes yemeníes con apoyo iraní han hecho que grandes compañías navieras —así como la gigante energética BP— suspendan el tráfico por la crucial ruta, lo que llevó a Estados Unidos y sus aliados a emprender una nueva misión para contrarrestar la amenaza.
Pero tras una reunión con funcionarios israelíes el lunes, el secretario de Defensa de Estados Unidos, dijo que “no estoy aquí para dictar cronogramas o términos”.
Sus declaraciones indicaban que Estados Unidos seguiría protegiendo a Israel del creciente clamor internacional en favor de un alto el fuego, antes de que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas celebrara otra votación el martes, y que Washington seguiría prestando ayuda militar para una de las guerras aéreas y terrestres más mortales del siglo XXI.
Un ataque contra una vivienda en Rafah donde se refugiaban personas desplazadas dejó al menos 25 muertos, incluidos mujeres y niños, y otro mató al menos a tres personas, según periodistas de Associated Press que vieron los cuerpos llegar a dos hospitales locales el martes por la mañana.
Rafah, que está en la zona sur de Gaza donde Israel dijo que se cobijaran los palestinos, ha sufrido bombardeos reiterados en los últimos días, mientras Israel golpea lo que describe como objetivos milicianos en todo el territorio, y a menudo mata a un gran número de civiles en el proceso.
Había intensas batallas en el norte de Gaza, donde Hamás seguía resistiendo en lo que ahora es un erial, siete semanas después de que ingresaran los tanques y soldados israelíes.
ASALTO AL HOSPITAL
Fuerzas israelíes asaltaron durante la noche y el martes de madrugada el hospital de Al-Ahli en Ciudad de Gaza, donde destruyeron un muro en la entrada principal y detuvieron a casi todo el personal, según la iglesia que lo gestiona.
En el lugar, también conocido como Hospital Baptista, se produjo una explosión al inicio de la guerra en la que murieron decenas de palestinos, y que según determinó después una investigación de The Associated Press, probablemente se debió a un cohete palestino fallido.
Don Binder, pastor de la catedral anglicana de San Jorge en Jerusalén, que gestiona el centro, dijo que la incursión había dejado sólo dos médicos, cuatro enfermeras y dos celadores para atender a unos 100 heridos graves, sin agua corriente ni electricidad.
“Ha sido una gran misericordia para los muchos heridos en Ciudad de Gaza que pudiéramos mantener abierto tanto tiempo nuestro hospital anglicano Ahli”, escribió Binder en Facebook el lunes por la noche. “Eso se acabó hoy”.
Había un tanque israelí estacionado en la entrada del hospital, añadió, lo que impedía entrar y salir a nadie.
El ejército israelí no hizo comentarios en un primer momento. Sus fuerzas han asaltado otros hospitales en el territorio y acusan a Hamás de utilizarlos con fines militares. El personal de los hospitales ha desmentido esas afirmaciones y acusa a Israel de poner en peligro a civiles heridos y enfermos de gravedad.
En noviembre, tras asaltar y prácticamente vaciar el hospital de Shifa —el más grande de Gaza— el ejército presentó lo que describió como un escondite miliciano bajo el recinto y otras pruebas de que había combatientes de Hamás dentro. Aún no ha respaldado sus afirmaciones de que Shifa era un importante centro de mando de Hamás, lo que afectaría a la cuestión de si estaba protegido por el derecho internacional.
Shifa vuelve a atender a cientos de pacientes heridos y acoge a decenas de miles de desplazados en condiciones precarias, según la Organización Mundial de la Salud, que describió su sala de urgencias como un “baño de sangre”. Los testigos dijeron que un ataque israelí golpeó el complejo médico el lunes y dejó varios muertos y heridos.
REPAROS INTERNACIONALES
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aplazó al martes la votación sobre una resolución impulsada por países árabes que pide un alto en las hostilidades para permitir un acceso sin trabas para la ayuda humanitaria. Los diplomáticos dijeron que había negociaciones para que Estados Unidos se abstuviera o votara a favor de la resolución, después de vetar una petición anterior de un cese el fuego.
Francia, Reino Unido y Alemania —algunos de los aliados más cercanos de Israel— se sumaron el fin de semana a las peticiones globales de un cese el fuego. En Israel ha habido protestas para pedir negociaciones con Hamás que faciliten la liberación de las docenas de rehenes que aún retienen los milicianos.
El primer ministro, Benjamin Netanyahu, ha insistido en que Israel seguirá peleando hasta poner fin al gobierno de Hamás sobre Gaza, aplastar su capacidad militar y liberar a todos los rehenes capturados en el ataque del 7 de octubre. Al menos por ahora, parece tener pleno apoyo de Washington para una campaña que podría tomar meses o años.
Los milicianos mataron a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a otras 240 el 7 de octubre. Casi la mitad fueron liberadas en noviembre durante una tregua de una semana, a cambio de que Israel entregara a 240 prisioneros palestinos. Los liberados en ambos bandos eran principalmente mujeres y niños.
Magdy informó desde El Cairo.
AP Foto/Leo Correa)
BY NAJIB JOBAIN AND SAMY MAGDY