CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Cuando los mexicanos vayan a las urnas el 2 de junio, lo harán en un país cada vez más polarizado que continúa luchando contra niveles asombrosos de violencia en grandes extensiones de territorio.
Decenas de bandas del crimen organizado controlan ahora ciudades, barrios y aldeas rurales. Los cárteles más grandes de México han abierto nuevos frentes violentos en rincones remotos como los tramos selváticos de la frontera entre México y Guatemala. No sólo pelean entre ellos, sino que extorsionan incluso a los más bajos en la escala económica para alimentar sus empresas ilícitas.
Incluso la Iglesia católica se ha visto obligada a intervenir, intentando negociar la paz en zonas de conflicto, pero viendo cómo sus propios sacerdotes fueron secuestrados y asesinados .
Es casi seguro que el próximo presidente de México será una mujer. Los dos principales candidatos son mujeres y el tercero, un hombre de un partido más pequeño, va detrás. Esa perspectiva ha despertado la esperanza entre algunos de los sectores más marginados de México, incluidas las mujeres indígenas y los 2,5 millones de trabajadores domésticos del país , de que sus voces serán escuchadas. Una de las dos candidatas ofrece continuidad. Las otras promesas cambian.
Otras mujeres, las madres de los más de 100.000 desaparecidos en México , tienen menos motivos para esperar ver cambios. La política de “abrazos, no balazos” del presidente saliente Andrés Manuel López Obrador para enfrentar a los cárteles de la droga no ha logrado reducir significativamente los asesinatos. La estrategia de sus predecesores de perseguir a los narcotraficantes en una guerra total tampoco mejoró las cosas.
Algunos mexicanos tienen la esperanza de que cualquiera de los principales candidatos pueda acelerar los vacilantes y limitados pasos de México hacia la energía limpia. La mayoría está de acuerdo en que López Obrador, amante de los combustibles fósiles y que ha mantenido una enorme presencia en las elecciones incluso sin aparecer en las boletas, representó un paso atrás: construyó una enorme refinería de petróleo nueva y puso en desventaja a los productores de energía limpia.
Su ungida sucesora, la favorita y ex alcaldesa de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, tiene experiencia en ciencia climática. Dado que gran parte del país sufre escasez de agua y una sequía prolongada, existe cierta urgencia y sed de acción.
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(AP Foto/Aurea Del Rosario, Archivo)