WASHINGTON (AP) — Representantes de los gobiernos de México y Estados Unidos no lograron el jueves alcanzar un acuerdo para evitar los aranceles que el presidente Donald Trump quiere imponer a los productos mexicanos como medio para obligar al vecino del sur a detener el flujo de migrantes centroamericanos que se dirigen a Estados Unidos.
El vicepresidente Mike Pence, que supervisaba las negociaciones desde Pensilvania, dijo que Estados Unidos estaba “motivado” por las propuestas más recientes de México, pero que hasta ahora se sigue teniendo previsto que los aranceles entren en vigor el lunes.
Añadió que será “el presidente quien decida” si el gobierno mexicano está haciendo lo suficiente para impedir la imposición de los aranceles. Pence dijo que, entre otros temas, los negociadores habían conversado sobre un posible acuerdo que dificultaría que quienes ingresen a México soliciten asilo en Estados Unidos. Las autoridades mexicanas han rechazado desde hace tiempo esa solicitud.
Sarah Sanders, portavoz de la Casa Blanca, emitió un comunicado el jueves diciendo que la posición de Trump “no ha cambiado” y que el presidente “sigue adelante con los aranceles en este momento”.
Trump ha amenazado con imponer aranceles del 5% a todos los productos mexicanos a partir del lunes, parte de una táctica a la que se oponen muchos en el Partido Republicano, al cual pertenece el mandatario.
Las frenéticas negociaciones ponen en relieve el caótico enfoque de Trump, incluso cuando las decisiones tienen enormes consecuencias económicas tanto para Estados Unidos como para sus aliados más cercanos. El mandatario ha recurrido a los aranceles como una herramienta que puede utilizar para tratar de sacar ventaja de otros países, ignorando las consecuencias que tendrán para los productores y consumidores estadounidenses.
De viaje por Europa, Trump comentó a los reporteros que los negociadores habían hecho “un gran avance”, pero que seguían siendo reticentes.
“Veremos qué pasa”, dijo Trump a la prensa en Irlanda antes de partir a Francia para una ceremonia conmemorativa por el Día D. “Algo muy grande podría pasar. Le hemos dicho a México que los aranceles van. Y lo digo en serio. Estoy muy feliz con ello”.
Sin embargo, no queda claro a qué tipo de acuerdo se llegará mientras Trump está fuera del país. Muchos en Washington aún esperan que los aranceles entren en vigor, salvo que México haga una gran concesión. En tanto, los legisladores que han sostenido conversaciones con funcionarios estadounidenses y mexicanos dijeron que tenían la esperanza de que se pudiera llegar a un acuerdo que satisfaga a Trump, o que por lo menos postergue la implementación de los aranceles.
El secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, pasó varias horas en el Departamento de Estado el jueves por la mañana, mientras que el asesor legal de Trump se reunió con otros funcionarios mexicanos en la Casa Blanca por la tarde.
Ebrard dijo a la prensa al salir del Departamento de Estado que hubo avances y que probablemente regresaría después de realizar consultas en la embajada. El canciller regresó por la tarde, pero volvió a irse al poco tiempo y comentó a los reporteros: “Aún no tenemos un acuerdo... Entonces mañana tendremos otra sesión en la mañana y seguimos adelante”.
Posteriormente su portavoz, Roberto Velasco, tuiteó que se seguían “explorando opciones”, pero que no se había concretado un acuerdo.
“La postura de Estados Unidos está enfocada en las medidas de control migratorio, la nuestra en desarrollo. No hemos llegado aún al acuerdo, pero continuamos negociando”, escribió.
Sin embargo, Ebrard manifestó que México desplegaría 6.000 elementos de la Guardia Nacional en su frontera con Guatemala para ayudar a controlar el flujo de migrantes.
Funcionarios de la Casa Blanca han minimizado la probabilidad de que se logre un acuerdo para evitar los aranceles. Mercedes Schlapp, portavoz de la residencia presidencial, dijo en una entrevista que las conversaciones continuaban, pero advirtió: “Parece que avanzamos por el rumbo de los aranceles porque lo que hemos visto hasta ahora es que lo que proponen los mexicanos simplemente no es suficiente”.
Durante las negociaciones del miércoles, la brecha entre ambos países era muy clara luego de que México ofreció pequeñas concesiones que hasta ahora no han sido reveladas, y Estados Unidos exigió más medidas. Un alto funcionario del gobierno dijo que Washington volvió a presionar a México para que acceda a un “acuerdo de tercer país seguro” que dificultaría que quienes ingresen a México soliciten asilo en Estados Unidos.
Pero las autoridades de México sorprendieron a los funcionarios estadounidenses el jueves cuando regresaron a la mesa de negociación y dijeron que se comprometerían a lo que Pence había solicitado, de acuerdo con el funcionario, que advirtió que todavía quedan por resolver cuestiones sobre el cuándo y la implementación.
Representantes del gobierno estadounidense han dicho que México puede evitar los aranceles si refuerza la vigilancia de su frontera con Guatemala, ataca a las organizaciones de tráfico de personas y mejora su sistema de asilo, pero Estados Unidos tampoco ha propuesto estándares concretos para evaluar si México está cumpliendo, y no queda claro si esas medidas bastarán para satisfacer a Trump en el tema de la inmigración ilegal, un asunto prioritario para su presidencia y que él considera crucial para su campaña de reelección en 2020.
Excepto por Trump y algunos de sus asesores, pocos en el gobierno creen que la imposición de aranceles sea una buena idea, según funcionarios al tanto de las deliberaciones internas. La mayoría temen que los aranceles tengan consecuencias económicas negativas para los estadounidenses y creen que perjudicarán políticamente al gobierno, además de que probablemente generen gravámenes en represalia sobre las exportaciones de Estados Unidos. Los funcionarios hablaron bajo la condición de anonimato porque no estaban autorizados a discutir el tema de manera pública.
Trump también está sopesando declarar una nueva emergencia nacional para justificar la medida. La Casa Blanca había dicho que el mandatario impondría el arancel apoyándose en la Ley de Facultades Económicas en Emergencias Internacionales, que le permite a los presidentes actuar “para hacer frente a cualquier amenaza inusual y extraordinaria, que tiene su fuente totalmente o en una parte sustancial fuera de Estados Unidos... si el presidente declara una emergencia nacional con relación a una amenaza así”.
Sin embargo, un funcionario gubernamental dijo que no estaba claro si una medida así sería necesaria, e indicó que había abogados revisando la cuestión. Los republicanos en el Capitolio habían argumentado que añadir los aranceles a una declaración existente _que Trump ha utilizado para asegurar el dinero para el muro fronterizo que desea erigir y que los republicanos han respaldado en gran medida_ minimizaría la resistencia, prácticamente asegurando que el Congreso no podría reunir los votos suficientes para anular un veto presidencial. Invocar una nueva declaración de emergencia podría facilitarle a los senadores romper con Trump.
Los legisladores republicanos han advertido a la Casa Blanca que están listos para enfrentarse al presidente para tratar de bloquear sus aranceles, temerosos de que provocarían aumentos de los precios al consumidor, daños a la economía y significarían un peligro para el acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, el cual aún está pendiente de aprobación.
El presidente de la Comisión de Recursos y Arbitrios de la Cámara de Representantes, el demócrata Richard Neal, dijo que presentará un proyecto de ley para bloquear los aranceles si Trump cumple su amenaza, con el argumento de que es una extralimitación presidencial.