KABUL, Afganistán (AP) — Tres militares estadounidenses y un contratista estadounidense murieron el lunes cuando una bomba caminera estalló al paso de su caravana cerca de la principal base de Estados Unidos en Afganistán, según fuerzas estadounidenses. Los talibanes reclamaron la autoría del ataque.
Las cuatro víctimas murieron cerca de la base aérea de Bagram, al norte de Kabul, y otros tres resultaron heridos en la explosión, según la misión Apoyo Decidido de Estados Unidos y la OTAN. La base en el distrito de Bagram se encuentra en el norte de la provincia de Parwan y es el principal aeródromo de Estados Unidos en el país.
Los heridos fueron evacuados y estaban recibiendo atención médica, indicó el comunicado. Cumpliendo la política del Departamento de Defensa de Estados Unidos, los nombres de los militares fallecidos en acto de servicio no se harían públicos hasta notificar a sus allegados.
En su reivindicación del ataque, los talibanes dijeron que uno de sus atacantes suicidas había detonado su vehículo cargado de explosivos cerca de la base de la OTAN. En un primer momento no fue posible aclarar las diferencias en las descripciones del suceso.
Al menos cinco civiles resultaron heridos en la conmoción tras el ataque contra la caravana estadounidense, indicaron el martes las autoridades locales. Cuatro eran personas que pasaban por la zona y el quinto era el conductor de un auto que circulaba por la carretera, indicó Abdul Raqib Kohistani, jefe de la policía del distrito de Bagram. Abdul Shakor Qudosi, responsable administrativo del distrito en Bagram, dijo que los soldados estadounidenses abrieron fuego inmediatamente después de que su caravana fuera atacada.
Las muertes del lunes elevan a siete el número de soldados estadounidenses caídos este año en Afganistán, en un reflejo de las dificultades para llevar paz al país devastado por la guerra mientras Washington redobla sus esfuerzos por buscar una salida a los 17 años de guerra, la más larga de Estados Unidos.
Hay unos 14.000 efectivos estadounidenses en Afganistán que prestan apoyo a las fuerzas afganas, que luchan en dos frentes: el resurgir del Talibán, que ahora tiene influencia en casi medio país y también la filial del Estado Islámico, que ha intentado expandir su presencia en Afganistán ante el colapso de su autoproclamado “califato” en Siria e Irak.
El año pasado murieron 13 militares estadounidenses en Afganistán.
Los talibanes han mantenido sus ataques contra las fuerzas de seguridad afganas pese a celebrar varias rondas de conversaciones de paz con Estados Unidos en los últimos meses. Los talibanes se han negado a reunirse con el gobierno afgano, al que consideran una marioneta estadounidense.
Por otra parte, un funcionario afgano reportó el martes la muerte de al menos cinco miembros de las fuerzas de seguridad estatales en un ataque talibán a una base conjunta del ejército y la policía en Sari Pul, en el norte del país, en la víspera. Otros siete efectivos resultaron heridos en el asalto registrado en el distrito de Sangcharak, agregó Zabihullah Amani, vocero del gobernador de la región.
Los talibanes no realizaron comentarios de inmediato. Según Amani, cuatro insurgentes fueron asesinados durante los enfrentamientos.