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NUEVA ORLEANS (AP) — En Nueva Orleans, el apagón provocado por el huracán Ida hace insoportable el calor del verano. Pero en algunas zonas fuera de la ciudad, esa miseria se ve agravada por la falta de agua, inundaciones en barrios enteros y graves daños en las casas.
Cuatro días después del impacto inicial del huracán Ida, las consecuencias de la tormenta -y los progresos en la recuperación- se sentían de forma dispar en las poblaciones afectadas de Luisiana.
En Nueva Orleans, un pequeño número de negocios y viviendas recuperaron el servicio eléctrico el miércoles. Los equipos municipales limpiaron algunas calles de escombros y árboles caídos y varios comercios de barrio reabrieron.
Un sistema actualizado de diques protegió a la ciudad de las inundaciones catastróficas después de que Ida castigara la ciudad el domingo con vientos de 230 kilómetros (150 millas) por hora, que igualaron el quinto huracán más fuerte jamás registrado en el territorio continental estadounidense.
Fuera de Nueva Orleans, algunos vecindarios seguían inundados y los vecinos aún trataban de evaluar el daño a sus casas y propiedades. Más de 1.200 personas caminaban por algunas de las comunidades más afectadas por Ida para buscar a los que necesitaban ayuda, según la oficina de bomberos de Luisiana. El presidente, Joe Biden, tenía previsto visitar el viernes Luisiana para evaluar los daños, indicó la Casa Blanca.
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TALLAHASSEE, Florida, EE.UU. (AP) — Florida empezará a imponer multas de 5.000 dólares a los negocios, escuelas y agencias gubernamentales que soliciten a la gente mostrar una prueba de su estatus de vacunación contra el COVID-19.
El gobernador republicano Ron DeSantis promulgó una ley este año que prohibía los pasaportes de vacunación. Las multas se empezarán a imponer a partir del 16 de septiembre a los establecimientos o instalaciones que pidan una prueba de vacunación.
“Promesas hechas, promesas cumplidas”, dijo el miércoles Taryn Fenske, vocera del gobernador.
La comisionada de Agricultura, Nikki Fried, que es la única demócrata elegida para ocupar un cargo a nivel estatal y que desea competir con DeSantis en las elecciones para gobernador del año próximo, criticó las multas.
“El gobernador DeSantis está tomando medidas en represalia contra los floridanos que están tratando de protegerse y a sus comunidades del COVID-19”, señaló Fried en un comunicado enviado por correo electrónico. “Esto no sólo va en contra del sentido común, también es un insulto a los principios del libre mercado que dice defender”.
Los casos de COVID-19 en Florida han aumentado drásticamente durante el verano, y el estado ha sido uno de los más afectados por la variante delta en Estados Unidos. El Departamento de Salud y Servicios Humanos ha reportado que actualmente más de 15.000 pacientes están hospitalizados en Florida, respecto a los 1.800 de junio.
WASHINGTON (AP) — En un mensaje a la nación con un tono a la defensiva, el presidente de Estados Unidos Joe Biden calificó el martes de ”éxito extraordinario” el puente aéreo militar establecido por su gobierno para sacar de Afganistán a más de 120.000 afganos, estadounidenses y otros aliados —y con ello poner fin a una guerra que comenzó hace 20 años—, aunque todavía quedan más de 100 estadounidenses y miles de afganos que quieren marcharse.
Veinticuatro horas después de la salida del último avión estadounidense de Kabul, Biden defendió enérgicamente su decisión de poner fin a la guerra más larga de Estados Unidos y retirar a todas las tropas antes del plazo del 31 de agosto.
“No iba a prolongar esta guerra perpetua”, afirmó Biden en un discurso desde el Comedor de Estado de la Casa Blanca. “Y no iba a prolongar una salida perpetua”.
Biden ha sido objeto de duros cuestionamientos por la forma como Estados Unidos salió de Afganistán: con una evacuación caótica y con espasmos de violencia que incluyeron un atentado suicida que mató a 13 militares estadounidenses y a 169 ciudadanos afganos.
El mandatario enfrenta duras críticas, en especial de parte de los republicanos, por la forma en que ha dirigido la evacuación, a pesar de que consiguió sacar a más de 120.000 personas del aeropuerto de Kabul por vía aérea.
No obstante, declaró que era inevitable que la salida final luego de dos décadas de guerra fuera difícil y con posibilidades de violencia, independientemente del momento en que se planificara y se realizara.
NUEVA ORLEANS (AP) — Los residentes en Luisiana se recuperaban el miércoles de las inundaciones y los daños provocados por el paso del huracán Ida buscaban comida, gasolina, agua y alivio ante el sofocante calor, mientras miles de electricistas trabajaban para restablecer el suministro y las autoridades prometían habilitar más sitios donde la población pudiese recibir comida gratis y refrescarse.
Hubo un rayo de esperanza el miércoles temprano cuando la compañía eléctrica Entergy anunció que sus cuadrillas habían “encendido la energía para algunos clientes en el este de Nueva Orleans”. Aún así, los cortes de energía y agua afectaban a cientos de miles de personas.
“No tengo auto. No tengo más remedio que quedarme”, dijo Charles Harris, de 58 años, el martes mientras buscaba un lugar en el que comer en un vecindario de Nueva Orleans donde Ida arrancó postes y derribó el tendido eléctrico dos días antes.
Harris no tenía acceso a un generador y dijo que el calor estaba empezando a hacer mella. Nueva Orleans y el resto de la región estaban bajo un aviso por calor, y la previsión apunta que la combinación de altas temperaturas y humedad podría dejar una sensación térmica de 41 grados Celsius (106 Fahrenheit) el miércoles.
WASHINGTON (AP) — Con los últimos aviones de carga estadounidenses sobrevolando lo picos del Hindú Kush, el presidente Joe Biden cumplía su promesa electoral de poner fin a la guerra más larga librada nunca por Estados Unidos, una que no pudo ganar.
Pero mientras la guerra terminaba con una caótica y sangrienta evacuación que dejó varados a cientos de ciudadanos estadounidenses y a miles de afganos que habían colaborado con su ejército, el presidente estuvo visiblemente al margen. Delegó en un comandante de alto rango y en su secretario de Estado la tarea de informar a los estadounidenses de los últimos momentos de un conflicto que acabó con una rotunda derrota estadounidense.
Biden, por su parte, elogió en una declaración escrita a los soldados que supervisaron la evacuación aérea de más de 120.000 afganos, ciudadanos estadounidenses y aliados por su “incomparable valor, profesionalidad y determinación”. Y apuntó que tendrá más que decir el martes.
“Ahora, nuestra presencia militar de 20 años en Afganistán ha terminado”, afirmó el dirigente.
La discreta reacción se basa en una dura realidad: la guerra puede haber acabado, pero el problema que supone Afganistán para Biden no.
El presidente sigue enfrentando los abrumadores retos derivados del abrupto final de la guerra, incluyendo cómo ayudar a salir a hasta 200 estadounidenses y miles de afganos que se han quedado atrás, la reubicación de miles de refugiados que sí pudieron ser evacuados y el próximo escrutinio del Congreso sobre cómo, a pesar de las crecientes advertencias, su gobierno se vio sorprendido por el rápido colapso del liderazgo afgano.