ANCHORAGE, Alaska, EE.UU. (AP) — Altos funcionarios de Estados Unidos y China volverán a reunirse el viernes luego de ofrecer puntos de vista totalmente distintos sobre el otro y el mundo en sus primeras conversaciones cara a cara desde la llegada del presidente Joe Biden a la Casa Blanca.
Tras la primera jornada del jueves, los dos bandos intercambiaron reproches: Estados Unidos acusó a la delegación china de “grandilocuencia” para consumo interno en China, y Beijing respondió el viernes diciendo que había un “fuerte olor a pólvora y drama” en la sala y que solo era culpa de los estadounidenses.
En unas declaraciones inusualmente duras en una reunión diplomática de alto perfil, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y el responsable del Partido Comunista chino para asuntos exteriores, Yang Jiechi, atacaron las políticas del otro. El tono contencioso de sus declaraciones públicas sugirió que las conversaciones privadas podrían ser aún más complicadas.
La cumbre de Anchorage, que continuará con una sesión a puerta cerrada el viernes, fue una nueva prueba en las cada vez más conflictivas relaciones entre la dos naciones, que están enfrentadas por una serie de asuntos, desde comercio a los derechos humanos en Tíbet, Hong Kong y en la región china de Xinjiang, a Taiwán, los reclamos de Beijing en el Mar de la China Oriental y la pandemia de coronavirus.
Blinken dijo que el gobierno de Biden está unido a sus aliados en el rechazo al creciente autoritarismo chino y a su agresividad tanto en su territorio como en el extranjero. Más tarde, Yang presentó un listado con las quejas de Beijing sobre Estados Unidos y acusó a Washington de hipocresía por criticar a su país por derechos humanos y otras cuestiones.
Los estadounidenses de origen asiático ya estaban agotados luego de un año de ataques racistas alimentados por la pandemia cuando un hombre blanco fue acusado de atacar tres centros de masaje en la zona de Atlanta y de matar a ocho personas, en su mayoría mujeres asiáticas.
Cientos de miembros de la comunidad asiático-estadounidense y de las islas del Pacífico recurrieron a las redes sociales para mostrar su ira, tristeza, miedo y desesperanza. La etiquea #StopAsianHate (#ParenElOdioAsiático) era tendencia en Twitter horas después de los asesinatos del martes en la noche.
“Creo que la razón por la que la gente se siente tan desesperada es porque los asiático-estadounidenses han estado llamando la atención sobre este problema durante mucho tiempo”, afirmó Aisha Yaqoob Mahmood, directora ejecutiva de Asian American Advocacy Fund, un grupo con sede en Atlanta que realiza labores políticas y de activismo en toda Georgia.
Muchos estaban molestos también porque el sospechoso, Robert Aaron Long, de 21 años, no fue acusado de inmediato de delitos de odio. Las autoridades dijeron que Long le contó a la policía que sus acciones no tenían motivos raciales y que atacó los centros de masaje por una “adición al sexo”. Seis de las siete mujeres asesinadas fueron identificadas como asiáticas.
El presidente Joe Biden dice que será “difícil” para Estados Unidos cumplir el plazo del 1 de mayo para el retiro total de las tropas de Afganistán, pero no tomará mucho más tiempo.
El plazo para poner fin a la guerra más larga que haya librado Estados Unidos fue fijado por un acuerdo entre el entonces presidente Donald Trump y el Talibán sin el concurso del gobierno afgano.
En una entrevista con la cadena ABC a emitir el miércoles, Biden dijo que estaba consultando con los aliados sobre el retiro. Acerca del plazo del 1 de mayo, dijo que “podría cumplirse, pero es difícil”. Pero si se extiende el plazo, no será por “mucho tiempo más”, añadió.
Tal como su predecesor, Biden ha prometido poner fin a los casi 20 años de conflicto y traer de regreso a los más de 2.500 efectivos que permanecen en el país, comparado con 13.000 hace un año. El acuerdo de Trump sorprendió a algunos aliados de Estados Unidos, ya que los 7.000 efectivos de la OTAN dependen de Estados Unidos para la logística y el apoyo de seguridad.
“El acuerdo que negoció el presidente, el expresidente, no fue demasiado sólido”, dijo Biden en la entrevista. “Estamos consultando con nuestros aliados y también con el gobierno, y estamos en proceso de tomar esa decisión”.
WASHINGTON (AP) — Delegaciones de legisladores a la frontera. Advertencias apocalípticas. Una conferencia de prensa tras otra.
Los republicanos, aún divididos en torno al legado del expresidente Donald Trump, están aprovechando el que fuera su principal tema de campaña, poniendo su atención en la inmigración en momentos en que intentan recuperar terreno político.
Frente a la popularidad temprana del presidente Joe Biden, las buenas noticias sobre las campañas de vacunación y la aceptación de la población del paquete de ayuda por COVID al que los legisladores republicanos se opusieron, el Partido Republicano se ha centrado en el controversial tema en medio de un incremento de cruces fronterizos. Esperan que la inmigración pueda unir al partido rumbo a las elecciones del próximo año, en las que estará en juego el control del Congreso.
“Rumbo a las parlamentarias, creo que los republicanos se dan cuenta de que este puede ser uno de los temas más importantes, tanto para motivar a nuestros votantes, pero igual de importante, para atraer” a los votantes indecisos — en especial en los distritos suburbanos sin clara preferencia política — que votaron por los demócratas en 2020, dijo el exasesor de Trump Stephen Miller, quien fue el arquitecto de sus políticas migratorias. Señaló que el tema ha estado sujeto a discusión en sus conversaciones recientes con legisladores mientras el número de menores de edad que cruzan la frontera va en aumento, abrumando las instalaciones en Estados Unidos.
La situación en la frontera sur es compleja. Desde que Biden asumió la presidencia, el gobierno ha registrado un drástico aumento en el número de personas detenidas por las autoridades fronterizas, con 18.945 miembros de familias y 9.297 menores sin compañía de un adulto durante febrero, un incremento de 168% y 63%, respectivamente, en comparación con el mes previo, según el Pew Research Center. Eso crea un enorme desafío logístico, ya que los niños, en particular, requieren mayores estándares de atención y coordinación entre agencias.
WASHINGTON (AP) — El gobierno del presidente estadounidense Joe Biden convocó el miércoles a una reunión la semana próxima para discutir cómo enviar a los niños de regreso a las aulas en medio de la pandemia de coronavirus.
El secretario de Educación, Miguel Cardona, dijo que en las sesiones del 24 de marzo los directivos, docentes y estudiantes podrán intercambiar experiencias sobre la reapertura de las escuelas en Estados Unidos.
“Ha llegado el momento y las escuelas deben tomar medidas inmediatamente para que los estudiantes puedan regresar con seguridad”, dijo Cardona.
Biden prometió abrir la mayoría de las escuelas primarias y secundarias durante los primeros 100 días de su presidencia. Ha ordenado a los estados que den prioridad a los docentes en sus campañas de vacunación, y los Centros de Control y Prevención de Enfermedades han emitido guías para ayudar a la reapertura. Pero una de esas normas, la de una distancia de 1,8 metros (6 pies) entre los estudiantes parece difícil de lograr.
El Departamento de Educación dijo que la primera dama Jill Biden pronunciará el discurso de apertura, y la titular del CDC, doctora Rochelle Walensky, también hablará.
“Realizamos esta cumbre con el objetivo de divulgar las mejores medidas y conectar a los directivos, docentes y estudiantes de todo el país que enfrentan juntos este reto y encuentran soluciones creativas para apoyar a nuestros estudiantes y que puedan regresar al aprendizaje presencial”, dijo Cardona.
El paquete de rescate de 1,9 billones de dólares aprobado recientemente incluye 130.000 millones de dólares para la educación. Las escuelas que reciban fondos deberán presentar un plan de reapertura en los 30 días siguientes.
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