Al convertirse en la primera dueña de tres títulos mundiales bajo techo en el salto triple, la venezolana voló 15,74 metros para batir el récord del mundo.
Con el último salto de la competición el domingo en Belgrado, la campeona olímpica de 26 años alcanzó una marca que nadie había logrado ni al aire libre ni bajo techo.
El salto eclipsó su propia plusmarca de 15,67, fijada en agosto pasado al consagrarse campeona olímpica en Tokio. También trituró por 31 centímetros su previo mejor registro personal en pista cubierta, los 15,43 metros conseguido en Madrid en febrero de 2020.
“Esto es como un sueño”, dijo Rojas, de 26 años. “Me he divertido”.
La final fue otra exhibición personal de Rojas. Saltó 15,19 metros en el primer intento salto como muestra de intenciones, con un nulo en el segundo, 15,04 en el tercero y otro nulo.
Alcanzó los 15,36 en el quinto, quedándose corta por apenas siete centímetros de su propio récord mundial bajo techo.
Fue el ensayo para el sexto intento.
Agitando con reiterados “vamos” al público, Rojas volvó para su quinto oro en un campeonato mundial — al aire libre (2017 y 2019) y bajo techo (2016 y 2018).
Tal es el sello de Rojas, guardarse el mejor salto para el último acto. Fue lo que hizo en Tokio.
“La verdad es que no sé explicarlo. No tiene nada de diferente, pero es el salto de la gloria. De repente un día me conocerán como ‘la chica del sexto salto’”, afirmó.
El segundo lugar en Belgrado fue para la ucraniana Maryna Bej-Romanchuk con 14,74 metros. La tercera fue la jamaicana Kimberly Williams con 14,62 metros.
¿Y que sigue para Rojas?
La frontera de los 16 metros, desde luego.
“Quiero llegar a los 16 metros. Nací para saltarlos”, dijo. “Esto lo que más me motiva. Nada es imposible, ese es mi lema”.
Y otro objetivo es rebasar a su entrenador, el legendario Iván Pedroso. El cubano ganó cuatro títulos al aire libre y cinco bajo techo, además de un oro olímpico, en el salto de longitud.
“Quiero hacerlo mejor que mi entrenador. Él sabe que puedo hacer, y sabe que lo voy hacer”, subrayó.