
Como ha sido el patrón en este Tour, los dos fueron superiores al resto y quedaron en un mano a mano en el brutal último kilómetro de la 17ma etapa — en la cima de Peyragudes.
Una vez que Brandon McNulty — el compañero de Pogacar que le marcó el rumbo a su líder durante todo el día con un derroche de dedicación — se descolgó, llegó el momento para un último combate en las alturas.
En la pronunciada rampa hacia la meta, Pogacar aceleró a falta de 300 metros. Vingegaard respondió sin problemas, pero el campeón de las dos ediciones previas tuvo la última palabra con su remate que le permitió cruzar primero, con Vingegaard pisándole la rueda.
Cuando apenas queda una etapa de montaña y la contrarreloj individual previo a la procesión a París el domingo, Vingegaard palpita la conquista de su primer Tour.
Pero Pogacar no pierde la esperanza.
“Soy optimista de que aún puedo ganar el Tour”, dijo el esloveno de 23 años. “La de mañana será una etapa mucho más difícil, lo intentaremos otra vez”.

“No hay crisis acá y no la van a encontrar”, dijo Gallardo, el entrenador más exitoso de la historia del club argentino. “Hemos construido algo más sólido, el hincha de River no se confunde y no se deja llevar por los intentos de desestabilizar interna y externamente”.
El “Muñeco” convocó a una rueda de prensa luego de haber permanecido en silencio durante días.
La eliminación de River en los octavos de final de la Libertadores a manos de Vélez Sarsfield hace casi dos semanas fue un duro traspié para el equipo. En tanto, el domingo empató 2-2 ante Vélez por la liga local tras encajar un gol en los descuentos. Anteriormente sufrió sendas derrotas ante Huracán y Godoy Cruz en la liga, en donde apenas suma nueve unidades y se encuentra en el 16to lugar, a siete puntos de los cuatro líderes.
El jueves recibirá a Gimnasia y Esgrima La Plata en el estadio Monumental y buscará encarrilar su rumbo en el certamen local.
Gallardo se defendió argumentando que “todos los equipos del mundo tienen altibajos” y que, aunque no se pudieron cumplir ciertos objetivos en el primer semestre del año, “lejos estamos de pensar que todo está terminado”.

Ante la mirada del presidente de la FIFA, Gianni Infantino, que seguía el juego desde un palco, Estados Unidos logró romper el empate a cero cuando Rose Lavelle recibió una falta en el área y Morgan eludió a la arquera canadiense Kailen Sheridan en el penal. Fue el 118vo gol de la carrera de Morgan.
Por su parte, Jamaica derrotó 1-0 a Costa Rica en el tiempo extra en un encuentro anterior el lunes para llevarse el tercer puesto del torneo.
Las cuatro selecciones semifinalistas habían conseguido ya sus plazas para el Mundial de 2023, que se disputa el próximo verano en Australia y Nueva Zelanda. La finalista, Canadá, se enfrentará a Jamaica en una eliminatoria por la otra plaza olímpica de la región en septiembre de 2023.
Estados Unidos tiene un registro de 33-0 en partidos de clasificación del Mundial o los Juegos Olímpicos, desde que perdió 2-1 ante México antes del Mundial de 2011.
En el encuentro anterior, Kalyssa van Zanten anotó a los 102 minutos para poner a Jamaica en cabeza. Van Zanten, que juega para Notre Dame, salió como suplente a los 99 minutos y marcó con un acertado pase de Drew Spence.
Costa Rica tuvo quizá su mayor oportunidad en la primera mitad, cuando Melisa Herrera se enfrentó sin rivales a la arquera de Jamaica Rebecca Spencer, pero envió el disparo demasiado hacia la izquierda.
Costa Rica perdió 3-0 ante Estados Unidos en semifinales, mientras que Jamaica perdió ante Canadá 3-0.
Estados Unidos ha disputado todos los mundiales desde que comenzó el torneo en 1991. Las estadounidenses tienen cuatro títulos, incluidos los dos últimos en 2015 y 2019.

Más bien se sentía ansioso por no conocer cuanto antes a su sobrina, que nació hace unos días en su natal Sao Joaquim da Barra, un municipio del estado de Sao Paulo.
Ahora la verá al fin. Podrá llevarle de regalo la medalla de oro que conquistó en el Mundial de atletismo. Y podrá comer pizza, otra de las tareas pendientes que tenía en Eugene, Oregon.
“Piu” Dos Santos asombró en la recta final y se llevó los 400 metros con vallas el martes.
Si bien había obtenido el bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio y había hilado una serie de triunfos en la Liga de Diamante durante este año, nadie vio venir una victoria del brasileño de 22 años. Después de todo, participaban en la carrera varias luminarias, incluido el plusmarquista mundial.
“Vine aquí realmente para ganar el Mundial, así que no estoy sorprendido. Más bien me siento muy orgulloso de lo que hice”, dijo Dos Santos.
Dos Santos detuvo el reloj en 46,29 segundos, un récord del Mundial.

Y un público que le rindió pleitesía a su espectáculo.
Yulimar Rojas se apoderó de su tercer oro consecutivo en un Mundial de atletismo el lunes, al ganar la final con un salto de 15,47 metros, lejos de los récords del orbe que había impuesto durante sus últimos dos grandes eventos: los Juegos Olímpicos de Tokio el año pasado y el Mundial bajo techo efectuado en Belgrado recién en marzo.
“Tercer título mundial. Ha sido un día bonito”, dijo Rojas. “No te voy a decir que ha sido uno de mis mejores días de competencia porque no ha sido de esa forma, pero he dejado un buen registro. Sí es verdad que no la siento de esa forma en que sentí el Mundial de Belgrado, que lo hice con un récord, pero es muy especial, porque esta ciudad me trae muy buenos recuerdos”.
Fue en Portland, a un par de horas de Eugene en automóvil, donde Rojas obtuvo su primer título relevante en esta prueba, en el Mundial bajo techo.
Desde entonces no ha dejado de volar.
La venezolana de 26 años, había generado incertidumbre en la antesala del Mundial, tras perderse la reunión atlética del mes pasado en Madrid, debido a una lesión en el psoas ilíaco de la pierna izquierda.