MADRID (AP) — La oposición política de Venezuela indicó el martes un cambio hacia un cronograma flexible para una transición de gobierno que había insistido durante mucho tiempo que ocurriría el próximo mes, cuando está previsto que comience el nuevo período presidencial.
El cambio se produjo mientras el candidato de la facción en las elecciones presidenciales de julio, Edmundo González, seguía exiliado en España y su líder, María Corina Machado, seguía escondida en Venezuela, ambos esfuerzos destinados a evitar el arresto, cuando faltaban solo 30 días para la ceremonia de juramentación ordenada por la constitución de Venezuela.
La medida pone de relieve los desafíos que enfrenta la coalición opositora para cumplir su promesa de destituir al presidente Nicolás Maduro de su cargo, incluso cuando docenas de naciones respaldan la afirmación de victoria de la facción y denuncian al gobierno por fraude electoral.
“El 10 de enero, el que está contra el muro es realmente Maduro, no nosotros”, dijo Machado en una transmisión en vivo durante un evento en Madrid, que destacó la represión que enfrentan los opositores del partido gobernante desde las elecciones del 28 de julio. “¿Cuándo se llegará realmente a ese entendimiento y se desencadenará la transición? Podría ser antes, podría ser el 10 de enero, podría ser después”.
Machado no dio detalles de los “términos de una negociación” que, según dijo, la oposición ha ofrecido al gobierno. Pero la facción ha dicho en repetidas ocasiones que una de sus principales prioridades es la liberación de cientos de personas detenidas por ser opositores reales o percibidos del gobierno.
El Consejo Nacional Electoral de Venezuela, que está repleto de partidarios de Maduro, lo declaró ganador de las elecciones horas después del cierre de las urnas. Pero a diferencia de elecciones presidenciales anteriores, las autoridades electorales no proporcionaron recuentos detallados de los votos.
Mientras tanto, la principal coalición opositora recopiló actas de 80% de las máquinas de votación electrónica del país, las publicó en Internet y dijo que los registros de votación mostraban que González ganó las elecciones con el doble de votos que Maduro. El gobierno ignoró los pedidos de transparencia desde dentro y fuera de Venezuela y, en cambio, la Asamblea Nacional controlada por el partido gobernante envió a Maduro una invitación para su ceremonia de juramentación.
González salió de Venezuela en septiembre para exiliarse en España después de que se emitiera una orden de arresto en su contra en relación con una investigación sobre la publicación de las actas de escrutinio, mientras que Machado ha estado escondida durante meses en un lugar no revelado, que según ella está en Venezuela.
González volvió a decir a los periodistas el martes que está dispuesto a regresar a Venezuela para asumir el cargo. “Me veo asumiendo el cargo por el que fui votado por la mayoría de los venezolanos el pasado 28 de julio”, dijo sin ofrecer un cronograma.
Decenas de gobiernos, incluido Estados Unidos, han reconocido a González como ganador de las elecciones, pero no está claro si Maduro y sus aliados le permitirían ingresar a Venezuela.
Al día siguiente de las elecciones estallaron protestas antigubernamentales en todo el país, que fueron reprimidas por las fuerzas de seguridad del Estado, que detuvieron a más de 2.200 personas, entre ellas dirigentes políticos, abogados, trabajadores electorales, voluntarios electorales y manifestantes, tanto menores como adultos. Los familiares de algunos de los detenidos asistieron al acto en Madrid y hablaron de las condiciones en las que se encuentran los detenidos.
Las detenciones tuvieron un efecto amedrentador en todo el país, donde la gente elige cuidadosamente lo que dice en público o en las redes sociales. La medida también afectó la capacidad de la oposición para convocar a miles de personas a las calles. No se ha producido una sola manifestación multitudinaria desde agosto, pero Machado intentó disipar las dudas sobre la fuerza de su movimiento, argumentando que sigue ganando “cada vez más apoyo” y caracterizando la represión como las acciones de un gobierno “en estado terminal”.
“Nos dijeron que era imposible derrotar al régimen el 28 de julio, y lo hicimos”, afirmó. “Las voces que hoy quieren hacernos creer que no es posible hacer cumplir (el resultado de las elecciones) se equivocarán una vez más. Por lo tanto, es hora de avanzar con firmeza”.
(Foto AP/Bernat Armangue)