
Los principales mercados y puestos de alimentos lucían cerrados en La Paz, y ello comienza a preocupar a los comerciantes y consumidores. En tanto, las autoridades enfrentaban problemas para reabastecer de gasolina a la ciudad debido a los bloqueos carreteros.
“Esto es demasiado, Evo nos ha dejado. ¿Dónde está? Él ya debería pedir que esto se pacifique. Yo ya no tengo para pagar mi alquiler. ¿De qué voy a vivir?”, se quejó Ana Gonzáles, una vendedora de verduras, que cerró su puesto callejero porque ya no tenía qué ofrecer.
La Paz es la principal afectada por el desabastecimiento desde hace cuatro días, cuando se recrudecieron los enfrentamientos entre los seguidores de Morales y las fuerzas de seguridad. La escasez también golpea a la ciudad oriental de Santa Cruz, considerada el motor agroindustrial del país.
El ministro de Hidrocarburos, Víctor Hugo Zamora, dijo a la televisora ATB que estaban tratando de reabastecer a la ciudad de La Paz con un convoy, pero que se les está complicando por el bloqueo y unas zanjas que abrieron los manifestantes en la ruta.
“Estamos intentando llevar un convoy de gasolina y gas”, aseguró, y señaló que no pueden acordar un diálogo con los manifestantes porque, según él, ellos no plantean una exigencia clara.
La planta del energético en la vecina ciudad de La Paz estaba rodeada de lugareños que han levantado barricadas para exigir el retorno de Morales, quien se encuentra asilado en México, y presionar para que renuncie la autoproclamada presidenta interina Jeanine Áñez.

El enviado de las Naciones Unidas, Jean Arnault, convocó a una “mesa de diálogo” a dirigentes y legisladores del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Morales, con apoyo de los obispos católicos, dijo el domingo el ministro de la Presidencia, Jerjes Justiniano.
La muerte de nueve cocaleros seguidores del expresidente Morales a manos de las fuerzas de seguridad ha puesto en entredicho el llamado a la paz de la presidenta interina Áñez, quien ha dicho que la pacificación del país y la convocatoria a nuevas elecciones en tres meses son su prioridad.
Tras las muertes, los cocaleros han dado un ultimátum a Áñez para que renuncie y repliegue a las fuerzas de seguridad que les impiden ingresar a la ciudad de Cochabamba en el centro del país. El viernes intentaron romper el cerco y se desencadenó la refriega en la jornada más violenta desde que iniciaron la protestas tras elecciones del 20 de octubre.
Las negociaciones son con grupos movilizados y con legisladores del MAS, dijo Justiniano. La bancada “masista” que controla casi dos tercios del voto legislativo se autoconvocó a una sesión el martes para exigir el repliegue de los militares, según Sergio Choque, presidente de los diputados.
En el bando gubernamental, hay el temor de que los “masistas” rechacen la renuncia de Morales a la presidencia del país, con lo cual el mandatario quedaría habilitado para regresar desde su exilio en México.
“Buscan entorpecer la gestión transitoria. Si no se avienen a un acuerdo, la presidenta Áñez podría convocar a elecciones por decreto”, dijo el diputado oficialista Gonzalo Barrientos. Las elecciones deben ser convocadas por ley, lo que hace imprescindible el apoyo del MAS. Pero los oficialistas dicen que hay jurisprudencia a su favor.

En una rueda de prensa, Áñez dijo que “toda la convulsión social” que atraviesa Bolivia es consecuencia de la insistencia de Morales de postularse a un cuarto mandato y aconsejó al Movimiento al Socialismo (MAS), el partido del exmandatario ahora asilado en México, que busque otro candidato.
“El MAS tiene todo el derecho para participar en elecciones, que busquen candidatos. Evo y (el exvicepresidente Álvaro) García Linera no pueden participar, no están habilitados”, dijo Áñez.
Morales quedó habilitado para participar en las elecciones del 20 de octubre, calificadas de fraudulentas por la oposición, por un fallo constitucional después de perder un referendo que le dijo “no” a su postulación no autorizada por la constitución. Añez declaró la víspera que hará gestiones para anular ese fallo, que sólo puede ser revocado por el mismo tribunal que lo dictó.
Más temprano acusó a Morales de avivar las protestas desde su exilio y anticipó que presentará una queja a la administración de Andrés Manuel López Obrador.
“México debe hacer respetar el protocolo de refugiado con Evo Morales”, dijo Áñez y acotó que el exmandatario se ha dado a la tarea de “hacer descalificaciones”.
Morales se refugió el México tras renunciar acorralado por las protestas sociales y la presión de las fuerzas armadas tras las elecciones. En una rueda de prensa en México la víspera, llamó a un acuerdo nacional para pacificar a Bolivia con el apoyo de países “amigos” y dijo que está dispuesto a volver si el pueblo se lo pide.

Los manifestantes avanzaron hacia la policía desde fuera del perímetro mientras otros salían del campus, enarbolando sus emblemáticos paraguas. En algunos lugares, la policía intervino para reducir a manifestantes y hacer detenciones.
No estaba claro si alguno de los manifestantes que estaban en la Universidad Politécnica de Hong Kong había logrado escapar.
La semana laboral en Hong Kong comenzó con varias protestas que interrumpieron el tráfico y escuelas cerradas por motivos de seguridad. Por un momento hubo un receso en la enconada batalla por el control del campus de la Politécnica, cuando la policía pasó de emplear gas lacrimógeno y cañones de agua contra los activistas a esperar a que salieran.
Los inconformes pasaron días fortificando el complejo universitario para impedir el acceso de la policía. El lunes, arrinconados por las autoridades, intentaban salir.
La policía rechazó un intento de salida por la mañana con gas lacrimógeno, empujando a cientos de manifestantes de vuelta al campus.
Es un patrón que se ha repetido en los meses de protestas contra el gobierno en la ciudad. Los manifestantes quieren evitar ser detenidos. La policía quiere arrestar al mayor número posible.
“Estos alborotadores también son delincuentes. Tienen que afrontar las consecuencias de sus actos”, afirmó Cheuk Hau-yip, comandante del distrito de Kowloon Oeste, donde se encuentra la universidad.
“Aparte de salir para rendirse, no veo en este momento que haya ninguna opción viable para ellos”, dijo.

El principal organismo médico de Chile tiene registradas a 230 personas que han perdido la vista tras recibir disparos en un ojo durante las manifestaciones que por prácticamente un mes han sacudido al país en demanda de mejoras sociales.
Y de ellas, al menos 50 necesitarán prótesis oculares. “Lo que significa que el paciente no sólo pierde la visión de su ojo, sino que pierde el ojo propiamente”, dijo a The Associated Press el doctor Patricio Meza, vicepresidente del Colegio Médico chileno.
Los afectados tienen en promedio 30 años, el 85% de ellos son hombres. “En el 80% de ellos el daño está causado por el impacto en sus ojos un balín o de un perdigón”, aseveró Meza.
“Estamos frente a una verdadera crisis sanitaria, a una emergencia sanitaria, puesto que en tan pocos días, en tres semanas tenemos el mayor número de casos con complicaciones oculares severas por golpes en el ojo”, afirmó Meza.
Las protestas iniciaron tras un incremento al precio del boleto del subterráneo, pero rápidamente la gente comenzó a exigir cambios en distintas áreas para terminar la desigualdad que afecta al país e inclusive la modificación de la Constitución, aprobada en 1980, en plena dictadura militar.
En las manifestaciones es común ver a policías disparar sus escopetas antidisturbios, muchas veces dirigidas al cuerpo. Meza afirmó que muchas veces “son disparadas en 90 grados, es decir, directo a la cara”.
Organismos como el Instituto Nacional de Derechos Humanos han dicho que si bien es condenable cualquier acto violento de los manifestantes, eso no justifica “el uso indiscriminado de escopeta antimotines”.